El futuro rey
Este era el gran día para todos y especialmente para el príncipe Daemon Targaryen, príncipe de Rocadragón y Heredero al Trono de Hierro y también para su princesa consorte, Lady Alana Hightower. Los Siete Reinos estaban afortunados y agradecidos de tenerlos a ellos dos como sus futuros gobernantes, eran la pareja perfecta y destinados el uno con el otro. Para ponerle un punto y final a la mala relación entre la Casa Targaryen y la Casa Hightower con esta alianza.
Daemon era apodado por Champiñón, el bufón de la Corte, como el "Príncipe de la Ciudad". Ya que detrás de ese semblante oscuro y tenebroso que portaba el príncipe, tenía uno más amable y realmente tenía un buen sentido de la justicia. Tanto que cuando fue Comandante de la Guardia de la Ciudad, el crimen bajo considerablemente.
Sería un gran rey.Sin embargo, Alana era concisa también tras anunciarse su compromiso con Daemon como "La Princesa del Pueblo". Debido a su constante caridad a los más necesitados, dar techo y comida a los niños del orfanato y su personalidad nada parecida a la mayoría de nobles de su categoría. Que no pensaban nada en el pueblo llano y solo en su propio interés. Todos la amaban, nobleza y pueblo.
Se miraba al reflejo en su espejo, era una buena vestimenta para su gran día y algunas otras cosas más que le dijo Rhaenyra de las que ni se acordaba. Adorable simplemente, era su única sobrina y a él le gustaba consentirle de todas las formas posibles y que ella quisiera. Viceversa se podría decir. Admitía que este matrimonio ya no le sentaba tan mal como cuando recién se enteró de todo esto. Y supo al instante que era otro de los planes de Otto Hightower para conseguir su sangre en el Trono.
Primero se decidió en hacer todo lo posible por anular este compromiso, pero vio una mejor oportunidad. Hacer que Alana estuviese de su lado y eso funcionó bastante bien, ahora que contaba con el apoyo de uno de los Hightower. Todo podría salir mejor. Aunque todas esas oportunidades doradas vinieron con estos sentimientos extraños que le tenía a Alana, la mayor de las dos hijas de Otto Hightower.
Era una belleza total pero una Hightower por sangre, ya que ese físico era de la madre y gracias a Dios que no de su padre.—Alana Hightower, ¿qué me has hecho?—murmuró Daemon.
La apreciaba, recordaba sus cuidados de la noche anterior y le estaba agradecido. Pero aún no demostraba que fuera una persona merecedora de su completa confianza. "Podría ser todo un acto aún." pensaba a menudo Daemon cuando la veía por los pasillos de la Fortaleza Roja. Y era muy a menudo, sonreía y se reía pero él no creía que lo hiciera genuinamente. Lo hacía todo porque tenía que hacerlo. Quizás esas palabras solo era el único "pero" que tenía para amarla, ya que sino, la hubiera amado desde hace tiempo.
Tenía que admitirlo, nadie se preocupaba por los huérfanos del orfanato y del pueblo llano como ella lo hacía. La única razón por el amor que le tenían a la Casa Hightower, ella y la Fe de los Siete.De cómo le hizo entendido su hermano, los llevarían a Pozo Dragón y el mismísimo Septon Supremo realizaría sus ritos matrimoniales. No le hacía mucha gracia eso, pero lo aguantaría para no causarle más dolores de cabeza a su hermano.
"Ya era tiempo de que madurara"
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El carruaje en el que iba la familia inmediata de la novia, es decir, la segunda familia de la Casa Hightower. Ninguno hablaba excepto el patriarca de esa mini destructurada familia, era el único que lucía un poco feliz de que sus deseos se hubieran cumplido.
—Cuando le des un hijo, un futuro rey, seguro que se ablandará. La cama de parto para todas las mujeres es difícil, pero no dudo que tú no tendrás ninguna complicación.—comentó Otto.
—No lo dudo, espero no acabar como la Reina Aemma Arryn. Era una buena persona amada por todos y realmente quería darle un hijo al rey, hasta que falleció.—respondió Alana, no muy emocionada de nada de esto.—Ese si que es un final trágico.
—Hermana, le rezaré a la Madre para que tengas un embarazo y matrimonio seguro.—dijo Alicent, quien llevaba un vestido de color azulado y símbolos de la Fe de los Siete.
—Te lo agradezco Alicent.
Le disgustan tanto su padre, como solo decidía todo por su propio bien y futuro y no pensaba en nadie más. O a quiénes dañaría en el proceso. Ese tipo de daño irreversible como la muerte de una persona que te cambia completamente. Alana debía admitir que ahora que su padre mencionaba el asunto de darle hijos al Príncipe Daemon, no pensó en eso hasta ahora. Ya que se ocupó a mejorar un poco la imagen que tenían los nobles de él y eso implicaba muchas horas de trabajo social.
Pero tenía que admitir que al haber visto muchos de los intentos de la Reina Aemma, algo de temor le entraba tener que hacer eso ella misma. "Quizás me deje de lado si no consigo darle príncipes, o si muero durante el parto." pensó. La Reina Aemma era como su segunda madre, así la recordaba porque Rhaenyra era como su otra hermana menor de otros padres. Se atrevía a decir que su fallecimiento le dolió tanto como su madre biológica.
—Su alteza, me han invado que su familia pase primero dentro y luego usted cuando me lo ordenen.—dijo un guardia en cuanto llegaron a Pozo Dragón.
Alana asintió, su familia de bajo del carruaje y se fue primero a dentro. Ella tenía un vestido diferente al que tenía ayer, este representaba mejor a la Casa Targaryen y se desviaba bastante de la Casa Hightower. Algo con lo que su padre no estaba muy de acuerdo pero no tenía poder en cuanto su vestido de boda se trataba, ya que Daemon mismo fue el que lo escogió cuando se les presentaron los tres posibles diseños.
—Su alteza, puede pasar ahora, el príncipe Daemon la llevará a dentro. Esos son los protocolos.—le indicó el guardia.
Salió del carruaje, encontrándose a Daemon muy arreglado, demasiado para su gusto y estaba segura de que él pensaba igual. Le sonrió tenuemente y ella también lo hizo, pocas veces empezaba él este tipo de interacción. Les indicaron que tenían que tomarse de las manos mientras subían los escalones hasta la Cúpula de Cristal y estar ante el Septon Supremo. Hicieron lo indicado, llegaron ahí y el Septon Supremo inició los ritos matrimoniales necesarios ante los altares del Padre y la Madre. Luego concluyó todo diciendo algunas palabras y dijo las ansiadas palabras tras horas y horas de rituales.
—Puedes besar a tu esposa.—dijo el Septon Supremo.
Daemon la tomó de la cintura y la acercó a un beso con pasión y amor, que los dejó a los dos sin aire. Era el primer beso que compartían entre ellos dos, se miraron y luego al público de nobles. Quienes aplaudieron pero los aplausos del pueblo eran aún más fuertes. Caminaron hasta fuera de Pozo Dragón, parándose a medio camino del carruaje que los llevaría a la Fortaleza.
—Solo haz lo que yo hago, ella te aman y con solo demostrarles un poco de cariño. Te ganaras su gratitud eterna.—le susurró Alana a Daemon mientras tomaba su mano y la alzaba para que el pueblo la viese.
Y ellos vitorearon y aplaudieron aún más fuerte, gritando de felicidad por la nieve pareja que tanto adoraban.
"Daemon y Alana tenían el futuro como reyes asegurado, nobleza y pueblo los tenían en alta estima pero los problemas serían internos y dolerían como todo en su relación."
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𝐇𝐀𝐓𝐄𝐑𝐒-daemon targaryen fanfiction
Hayran Kurgu𝐀𝐋𝐀𝐍𝐀 𝐇𝐈𝐆𝐇𝐓𝐎𝐖𝐄𝐑 ||| ʜᴏᴛᴅ ғᴀɴғɪᴄ ❝ La vida de Lady Alana Hightower y el Príncipe Daemon Targaryen cambió completamente cuando fueron obligados a casarse por órdenes del rey.❞ 𝐝𝐚𝐞𝐦𝐨𝐧 𝐭𝐚𝐫𝐠𝐚𝐫𝐲𝐞𝐧 𝐱 𝐨𝐜 ᴇɴᴇᴍɪᴇs ᴛᴏ ʟᴏᴠᴇʀs ᴛʀᴏ...