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La Conspiración

La noche anterior

Alana se estaba preparando para ir a dormir en sus nuevos aposentos, ya que la habían movido de la habitación normal que tenía en la Torre de la Mano a uno de los aposentos que habían en el Torreón de Maegor, que eran los cuales estaban destinados para la familia real. En pocas palabras, la Casa Targaryen. Ella sentía que todo esto se sentía tan apresurado, ni siquiera estaba casada oficialmente con Daemon y ya la querían tan cerca de él. Probablemente a estas horas de la noche, Daemon estaría en uno de los mucho burdeles de la Calle de la Seda follándose a cualquier puta que hubiera por ahí.

Le comentaron que su boda sería en el tiempo de tres días, algo rápido a decir verdad. Pero no protestó porque no podría cambiarlo igualmente.

—Oh, ya estás aquí.—comentó decepcionado Daemon mientras entraba al dormitorio.

—Lo dices en un tono tan decepcionado como si yo estuviese tan feliz de tener que permanecer en tus aposentos reales cuando aún ni casados estamos.—contestó Alana.—Estoy seguro que prefieres la compañía de tus putas antes que yo.

—Tal vez pero tengo que decirte algo.

—¿Qué es lo que sucede?—estaba intrigada hasta un punto de lo que fuera que Daemon necesitaba decirle.

—Empezaré por preguntarte algo, ¿qué es lo que sabes sobre la muerte de la Reina Aemma?—preguntó mientras tomaba una silla y se sentaba frente de Alana.

—¿Por qué me preguntas eso?

—Solo respóndeme.

—Bueno, ella murió alumbrando al príncipe Baelon Targaryen, quien murió pocas horas después del parto. Fue una muerte ciertamente horrible para una mujer y de la que los demás pagamos las consecuencias.

—Pues puede que no sea así.

—¿A qué te refieres?—inquirió.

—Durante los últimos días me di cuenta que tú no eres nada como tu padre, él es un hombre manipulador y hecho de maldad pura.—hizo una pausa larga.—Me han llegado saber que la Reina Aemma tomaba un té especial que se supone que la ayudaría en cada parto, pero todos sabemos cómo acababa cada uno de ellos. La única vez que no tomo el té fue la vez que nació Rhaenyra.

—¿Estas sugiriendo que mi padre ha conspirado a matar a la Reina Aemma?

"¿Este hombre está borracho o drogado ahora? Seguramente está borracho." pensó Alana, no creyendo ni una sola palabra que soltaba Daemon en aquel momento. Era la primera vez que hablaba con él en este tipo de entorno privado, y que le soltara esta conspiración era el colmo. No es que Alana no creyera que su padre era una persona malvada, pero ella no estaba segura si era capaz de llegar a tales extremos. Otto era ambicioso, pero Alana dudaba si llegaría a tales extremos como para envenenar a la Reina Aemma.

Sin embargo, ella le expresó su preocupación por la Reina Aemma un día antes del parto. Y él le respondió con esto "Estoy seguro que los maestres ya habrán buscado sobre esto desde hace tiempo, tienen todo planeado para el nacimiento. No hay necesidad para preocupación." Ahora que analizaba sus palabras mejor, quizás si tenía algo que ver con su muerte. Alana nunca veía a su padre sonreír, excepto cuando él le dijo esto que sonrió tenuemente.

—¿No me crees?—dijo Daemon, tras el silencio que provenía de Alana.

—No lo sé Daemon, ahora todo encaja. Por eso mi padre sonreía tanto los días antes del parto, por mi padre envía a Alicent a los aposentos del rey. Oh, Dios.—murmuró Alana.

—Por más que me cueste admitirlo, necesitaré a alguien para desenmascarar a Otto Hightower. Y creo que tú serás la persona indicada, probablemente lo odies tanto como yo lo hago. Estoy seguro que te vendiera a los Targaryen como nada tras haber estado diciéndote que eras su hija preferida, no te habrá sentado muy bien.

—Por supuesto, mi padre debería de ser castigado por sus crimines.

—Entonces, ¿puedo contar contigo, Alana?

Ella se encontraba sentada en la cama, antes de esta conversación, estaba a punto de irse a dormir. Miraba al príncipe que estaba sentado frente a ella, él mostraba un semblante ¿tranquilo? ¿sereno? No era capaz de leerlo. Pero ella estaba segura de que Daemon definitivamente tenía los ojos más fascinantes que había visto en su vida. De un vivido color púrpura y te podías pasar seguramente horas contemplando. Era increíblemente atractivo, eso se lo daría. Sino, ninguna doncella de la Corte estaría de pies por Daemon.

—Puedes contar con mi apoyo.

|•••|

—¿Vas a creer la palabra de Daemon Targaryen sobre la de tu propio padre?

—En esta ocasión si, no puedo confiar en ti más desde que me traicionaste. Ya no importará si tratas de salvar nuestra relación de padre e hija, la confianza que una vez tenía en ti. Se desvaneció y no se si podrá restaurarse.

—Estás eligiendo al hombre que hace pocos días odiabas con todo tu alma, ¿estás consciente?

—Si.—respondió Alana con un tono de voz serio, no se dejaría manipular por su padre más.—Me encargaré de cada crimen que hayas cometido, salga a luz y no vuelvas a estar en una posición de poder nunca más.

Tras eso, Alana se fue de la Torre de la Mano. Dejando a Otto entre sorprendido y medio orgulloso de esta fase rebelde que estaba teniendo, le recordaba a él. Ahora ella había abiertos su alas y estaba yendo por su propio camino sin su consejo. Había salido del nido, como dirían algunos. Ella había dejado de creer en su padre.

—Su alteza.

—Alana, es bueno verte.—murmuró la princesa Rhaenyra al verla.—¿Puedo hablar contigo?

—Por supuesto, ¿qué te está molestando, mi querida Rhaenyra?

—Bueno...quería pedirte perdón por ignorarte y evitarte durante estos días, es que estaba lidiando con algunos problemas que tenían que ver contigo.—trataba de buscar las mejores palabras posibles.—Estoy molesta por el compromiso que tienes con Daemon.

—No creo que ni yo ni Daemon estemos muy contentos con esto, pero creo que nos aguantaremos. Así que el sentimiento es mutuo.

—¿Enserio?

—Así es, quiero que la próxima vez que sientas algo así. Que vengas a hablar conmigo, yo nunca podré enfadarme contigo, eres mi hermana menor también y estoy para lo que necesites.

Dijo la Hightower, finalmente mientras abrazaba a la Targaryen y se quedaban así por un par de minutos. Lo que nadie sabía era que la hermana menor biológica de Alana, Lady Alicent Hightower, estaba observando toda esta interacción desde lejos.

"Miraba con envidia, Alicent no quería que Alana fuera una hermana para Rhaenyra. Ya que eso significaba para ella que el poco tiempo que pasaba con Alicent, lo tendría que repartir entre dos."

𝐇𝐀𝐓𝐄𝐑𝐒-daemon targaryen fanfiction Donde viven las historias. Descúbrelo ahora