La Vieja
Unas pocas semana después de que Alana regresara a Desembarco del Rey, anunciaron que celebrarían un gran Torneo en honor al hijo no nacido del rey. Y el cual se esperaría que naciera durante la semana de juegos y torneos que habría. Todo el mundo se ocupó en hacer este torneo de lo más perfecto que se pudiese humanamente. Y habrían casi una docena de maestres, criadas y sirvientas siempre en compañía de la Reina Aemma. Concentrándose en que ella pudiera alumbrar a aquel vástago varón del Rey Viserys I Targaryen sin algún problema y no acabarán como las veces anteriores. Tenía un historial de abortos y bebés nacidos muertos.
—¿Cuando vendrá Alicent?—preguntó la joven princesa de tan solo cuatro y diez lunas.
—En unos pocos días, no te preocupes por eso. Ella también está emocionada de verte, solo que al haber perdido a nuestra madre.—hizo una corta pausa.—Se le está haciendo difícil, digamos.
—Entiendo.—contestó la princesa Rhaenyra Targaryen.
Actualmente era la única descendiente que tenía el rey Viserys Targaryen, que hubiera sobrevivido a partir de la niñez. Era una joven mimada por padre y madre, ambos la adoraban a más no poder y le brindaban todo lo que ellos humanamente pudieran darles. Rhaenyra era una niña preciosa, intrépida y aventurera. Le gustaba desafiar a la gente y desobedecer las reglas de vez en cuando. Tenía una buena relación con su único tío, Daemon Targaryen.
Rhaenyra y Alana se llevaban bastante bien, además de que la menor siempre miró a la mayor como una hermana mayor ejemplar. Alguien en quien podía confiar y buscar guía en todo lo que no pudiera sus padres o su tío. Alana tenía un amor genuino por Rhaenyra, era joven e inocente. Algo que ella nunca pudo ser. Y por eso siempre trataba de protegerla y guiarla en este cruel mundo como podía.
—Yo también temo que a mi madre le suceda algo. Con solo pensarlo, se me corta el habla.—confesó la princesa, tocando un mechón de su pelo nerviosamente. Alana solo la miró.—No soy tan ingenua como creen, veo como mi madre sufre durante embarazos y partos que ha tenido. Como se va la luz de la vida de sus ojos.
—Oh, mi querida Rhaenyra, tú no necesitas preocuparte por eso.—dijo Alana.—La Reina Aemma es una mujer fuerte, sobreviviera a esto porque solo hay una persona que ame sobre todas en este mundo.
—¿Quién?—preguntó Rhaenyra.
—Tú, ella sobrevivirá por ti. Estoy segura que la Vieja te guiará durante estos momentos difíciles.
Como yo lo haré también.|•••|
Durante la noche, cuando se iba a acostar, uno de los guardias le informó que su padre deseaba hablar con ella urgentemente. No se atrevió a desafiar la orden y subió las escaleras de la Torre de la Mano hasta su despacho, y ahí lo encontró. Sentado en su escritorio, rellenando y firmando documentos. Trabajando arduamente aunque su esposa hubiera muerto hace tan solo dos meses. Sin que ella hubiera tenido que decir palabra alguna, él se percató de su presencia.
¿Cómo no?
Cuando el sol se escondía y la luna salía, la Torre de la Mano se sumía bajo un silencio sepulcral y cualquier movimiento era escuchado.—Alana, es aliviador verte esta noche.—comentó Otto mientras levantaba su cabeza, para observar a su primogénita.—Me recuerdas tanto a tu madre, el cabello marrón cálido y ojos azules. Eres igual a ella.
—Me lo dicen mucho, padre.—respondió Alana.
—¿Cómo están Gwayne y Alicent?
—Como deberían de estar después de perder a su madre, devastados y aún siguen de luto. Aunque lo hacen a su propia manera.—nunca le gustó como su padre le miraba fijamente, como si le estuviera escaneando cada milímetro peor se acostumbró con el tiempo.—¿De que deseabas hablar?
—De nada en concreto, solo quería verte.
Alana tenía sentimientos diferentes en cuanto a su padre se trataba, lo amaba y no dudaba que fuera un amor recíproco como todas las relaciones entre padres e hijas debería de ser. Pero algo simplemente no se sentía como debería de sentirse, nunca lo hizo. Era su ejemplo a seguir, aunque no el de sus hermanos.
—La princesa Rhaenyra me expresó su preocupación por su madre durante el parto, tal vez les puedas decir a los maestres que buscasen algo que pudiera aliviar su futuro dolor.—comentó Alana a punto de regresar a sus aposentos.—¿Puedes hacerme ese favor, padre?
—Estoy seguro que los maestres ya habrán buscado sobre esto desde hace tiempo, tienen todo planeado para el nacimiento. No hay necesidad para preocupación.
—Se lo diré mañana. Buenas noches.
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Observaba como Alicent y Rhaenyra pasaban el tiempo en el jardín interior de la Fortaleza Roja, parecían genuinamente felices y disfrutaba de su juventud como Alana nunca pudo hacer. Desde hace semanas que no veía a Alicent sonreír así de alegría y pues Rhaenyra, era una chica feliz por naturaleza. Eran buenas amigas y compañeras.
"Seguramente tengan una amistad que dure hasta la eternidad" pensó Alana, hasta que cierto príncipe se hizo presente frente suya.—Lady Alana.—dijo una voz femenina, era la Reina Aemma Arryn. Quien tenía una gran barriga por sus nueve meses de embarazo y se sentó en una banca que había en el balcón.—Es un placer verte.
—Su majestad, perdóneme por no haberla saludado antes.
—No es un problema.
—¿Debería de estar aquí afuera en esta condición, su majestad?—preguntó Alana, intentando conversar con la Reina Aemma.
—Los maestres dijeron que la naturaleza tal vez reduzca mis nervios al impronto parto dentro de unos días.—comentó algo nerviosa.—Aunque no creo que esté funcionando muy bien que digamos. Rhaenyra siempre me cuenta como te admira tanto, cada noche viene a mi habitación. Emocionada de contarme de lo que le enseñas.
Ciertamente has funcionado mejor que la Septa Marlow.—Me alegro de ser ayuda, su majestad. Rhaenyra es una joven con gran potencial y ciertamente una buena persona.—alabó Alana.—Usted y el rey han criado a una excelente princesa.
—Gracias.—agradeció la Reina Aemma por los cumplidos recibidos.—¿Puedes hacerme un favor Alana?
—Por supuesto, su majestad.
—Cuida de Rhaenyra en el caso que yo no esté, veo como la miras y tratas. Es como si fueras su hermana mayor.
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"LA VIEJA es el aspecto de los Siete a quien se le reza para pedir guía en los momentos difíciles por su sabiduría"
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𝐇𝐀𝐓𝐄𝐑𝐒-daemon targaryen fanfiction
Fanfiction𝐀𝐋𝐀𝐍𝐀 𝐇𝐈𝐆𝐇𝐓𝐎𝐖𝐄𝐑 ||| ʜᴏᴛᴅ ғᴀɴғɪᴄ ❝ La vida de Lady Alana Hightower y el Príncipe Daemon Targaryen cambió completamente cuando fueron obligados a casarse por órdenes del rey.❞ 𝐝𝐚𝐞𝐦𝐨𝐧 𝐭𝐚𝐫𝐠𝐚𝐫𝐲𝐞𝐧 𝐱 𝐨𝐜 ᴇɴᴇᴍɪᴇs ᴛᴏ ʟᴏᴠᴇʀs ᴛʀᴏ...