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Más allá del horizonte

alana's perspective

Algunos días después del último incidente de bastardía, Daemon al no tener reunión del Consejo esa mañana, decidió o decidimos, quedarnos un rato más en nuestros aposentos y disfrutar de la simple compañía del otro. Cosa que solíamos hacer cuando aún no teníamos niños y costumbre que extrañaba de vez en cuando al ponerme nostálgica. Si yo mirara atrás ahora, estaba muy orgullosa de la persona y camino que había tomado, además me alegraba ser la razón del buen cambio y madurez del príncipe canalla.
Todo porque lo amaba, demasiado.

—Conozco esa expresión en tu rostro cariño, algo te preocupa pero no me lo cuentas.—dice Daemon mientras estaba acurrucada con él bajo las sábanas y me acariciaba el cabello. Usualmente era al revés.—Alana, cariño, ¿qué te sucede?

—Soy madre, me preocupo sin parar por nuestros hijos y los rumores falsos de bastardía los persiguen constantemente. La Fortaleza Roja no es un lugar seguro para ellos, lo hemos podido comprobar esa vez. Mientras esas serpientes estén en posiciones de poder, la vida de nuestros hijos siempre estará en peligro.—expliqué. Ya por mi tono esperaba que intuyera mi molestia por este asunto que pensé que se resolvió. Nadie los volvería a llamar bastardos porque Daemon los reconocía directamente como sus hijos. Ningún hombre en su sano juicio admitiría de legítimos a los no legítimos.—Aerys acabó mal, Alyssane tuvo heridas en su rostro y Alerie vive asustada del campo de batallas y dragones. Esto no puede continuar así Daemon.

—Concuerdo contigo, nuestros hijos deberían de sentirse seguros a donde sea que vayan.—contestó quedándose pensativo durante unos minutos.—Hay algo que podríamos hacer pero no te gustará.

—Si no es quitarle la vida a alguien.

—Nada de eso.—respondió con rapidez.—Podríamos mudarnos a Rocadragón, ese sí que será un lugar completamente seguro para nuestros hijos. Y serían mucho más felices. Visitaríamos a Rhaenyra y Laenor con más frecuencia que ahora.

—¿Y tu puesto en el Consejo?

—Intentaré volver cada dos semanas o al mes.

—Perderás capital político, los harás más fuertes. Eso es algo que no podemos permitir después de todos los esfuerzos que hemos hecho para llegar donde estamos, además de que según tu informante, estarás muy cerca de destruir a Otto.

—La venganza puede esperar, vuestra seguridad y felicidad es mi prioridad.

Nunca pensé que oiría esas palabras salir de la boca de Daemon, posponer la venganza ante cualquier otro asunto, era muy inusual de él. Ya que se le conocía por ser impulsivo y vengativo, además de despiadado y canalla. Sin embargo, durante estos años de casados, me había mostrado una versión muy diferente a como todos le pintaban de ser. También—aunque no admitiría esto ni muerto.—se había ablandado un poquito al ser padre. Así que su único defecto ahora era priorizar la familia que habíamos creado. A pesar de todo eso, sabía que Daemon haría lo que yo le dijese y no rechistaría, pero yo no tenía la decisión tan clara.

Una parte de mí me decía que me fuera a vivir la vida feliz en Rocadragón, otra parte de mí me decía que no me fuera de la Corte. Mi mente y corazón estaban en un conflicto que no veía fin.

—No quiero que abandones tu deber por nosotros, sabes a lo que me refiero.

—El deber se puede ir a la mierda por lo que me consta, si no os tengo a vosotros, ni el Trono de Hierro o toda la riqueza del mundo podría llenar ese abismo que tendría.—responde con calma.—Eres tú la que no se quiere ir.

𝐇𝐀𝐓𝐄𝐑𝐒-daemon targaryen fanfiction Donde viven las historias. Descúbrelo ahora