𝐇𝐀𝐓𝐄𝐑𝐒-daemon targaryen fanfiction

51

La lucha fantasma

everyone's perspective

Era un otoño de 124 d.C en el que la familia del príncipe heredero regresó a Desembarco del Rey, a cumplir con una promesa que hizo hace cuatro años y de la cual no se alegraba para nada de ello.
Le parecía demasiado entregarle a una de sus preciosas y adoradas hijas a un de los hijos poco hombres y patanes de la mujer de su hermano. Su esposa y sobrina también compartían su misma opinión. Ninguno estaba contento en esta unión pero esperaban en el fondo que uniera a las dos familias. En el caso de Rhaenyra, su deseo no era ver a la familia dividida en dos, aún guardando algo de cariño leve a la que hace eones fue su mejor amiga.

Llegando a lo que alguna vez fue su hogar, el príncipe Daemon a penas lo reconocía. Veía en alguna que otra parte de la Fortaleza algún símbolo relacionado con la Fe de los Siete o la Casa Hightower. El príncipe tenía la certeza de que no hubiera pasado si no se hubiese ausentado en la Corte durante un mes debido a que quería pasar más tiempo con su familia, especialmente la princesa Alerie a quien la iba a casar en su décimo séptimo onomástico como prometió. "Esto es una vergüenza" pensó el príncipe mientras se hacía camino hacia los aposentos del rey junto a su esposa, su princesa consorte, Alana Hightower.

—No me gusta esto.—murmuró Alana al haberse percatado de todos los símbolos y el ambiente lúgubre dentro de la Fortaleza.

—A mi tampoco.—afirmó el príncipe.

Una vez entraron a los aposentos del rey, el rey estaba sentado en un tamborete de madera, trabajando en su maqueta de la Antigua Valyria hecha de piedra. Este era uno de los pasatiempos a los que más recurría debido a su tiempo libre que recientemente poseía, ya que la enfermedad 'curada' perseguía nuevamente al viejo rey desde hace unos meses y se ausentó de las reuniones del Consejo Privado durante esos meses.

—Daemon, Alana, me alegro tanto de veros para las festividades que pronto vendrán.—dijo Viserys dándole un abrazo a su hermano y un apretón de manos a su nuera.—¿Cómo está los niños?

—Bastante bien, emocionados de estar de vuelta en Desembarco del Rey.—respondió Daemon.—Pero deberíamos de preguntarte a ti cómo estás tú, me han informado que tu enfermedad ha vuelto y lo puedo ver claramente por el incienso más los vasos de leche de Amapola vacíos.

—Estoy bien Daemon.

—No lo pareces hermano, dime la verdad.

La reluctancia del rey sobre hablar el claro regreso de esa terrible e incurable enfermedad que padecía era notorio, ni aún bajo presión de su hermano hablaba del tema. Intentando cambiar sin éxito el rumbo de la conversación, el príncipe Daemon no lo dejaba en paz el tema debido a que afectaba directamente a su hermano. Al cual quería y apreciaba muchísimo, más de lo que dejaba ver al resto del mundo y verlo así de nuevo, le rompía el corazón al príncipe. Por lo que la princesa consorte decidió dejar a los dos hermanos solos, por si era su presencia la que lo detenía.

—Nos vemos más tarde.—se despidió de su esposo antes de marcharse de la habitación.

—Ahora dímelo, si es que era la presencia de Alana la cual te impedía hablar Viserys, sé que me has estado ocultando algo.—demandó saber el príncipe, el rey aún se mostraba indeciso. Las palabras que iba a decir podrían ser peligrosas para ciertos oídos.—Viserys.