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El telar del destino

alana's perspective

"Tú tejes tu propio destino,
no debemos de dejárselo
a los dioses, cuando ellos
nos han dado este poder"

Rocadragón no eran un lugar extraño o nuevo para mí, había estado aquí incontables veces desde que me casé con Daemon. Entre nuestra Luna de miel o las pequeñas escapadas que hacíamos cuando dejábamos los niños con Rhaenyra, quien por cierto, estaba encantada de tenerlos. Así sus hijos también tenían a todos sus primos con quien jugar.

La decisión conjunta entre Daemon y yo de mudarnos a la isla ancestral de la Casa Targaryen no fue por casualidad, sino por el bienestar y seguridad de nuestros hijos. A quienes protegeríamos con nuestra vidas sin dudarlo, cada uno de los diez que teníamos. Además de que aquí disfrutarían de una vida mucho más tranquila y fresca que en Desembarco del Rey, entre tanto complot e intriga en la Corte Real. Y podrían ir a visitar más a menudo a sus primos o tíos en Marcaderiva, donde residían. De lo cual ellos no se quejaban en absoluto. Alguna razón más podría ser que los dragones parecían estar más contentos en esta isla, era cierto que el camino de cuevas donde descansaban los dragones era más amplio y adaptado a ellos que Pozo Dragón; Y de ahí salían cuando quisiesen dar un dar por el aire con o sin su jinete. Eso es lo que deducimos.

Tras haberme pasado casi una semana en Antigua, recorriendo paisajes de mi infancia y cuidando mi relación con mi mellizo. Siendo más que conocí al menor de los hijos de Alicent, el príncipe Daeron Targaryen, a quien mandaron aquí cuando era un infante ya que el rey no lo quería en su Corte.
Era un joven de aspectos valyrios impolutos, educado y adiestro con la espada. Un caballero sin duda alguna.

—Supongo que aquí nos despedimos, Gwayne.—le dije a mi mellizo viendo el carruaje siendo preparado.

—¿Por qué no te quedas más tiempo?

—Este ya no es mi hogar, aunque un día lo fuese. Eso no lo negaré.—contesté con un sentimiento de nostalgia en mí.—Pero mi hogar está con la familia que he creado, con mi esposo e hijos.

—Espero que consideres a tu mellizo dentro de esos.—comentó riéndose amargamente.

—Por supuesto que sí. Nos volveremos a ver pronto, no dejaré que pasen años. Te escribiré cartas de las alocadas cosas que le pasan a tu sobrinos, quienes últimamente están revolucionados según las cartas de Daemon.

—Me pregunto como el príncipe habrá lidiado con diez niños.

—Rhaenyra y Laenor están ahí para ayudarle.

—Claro.

Notaba como el tono cariñoso de hermanos se desvanecía cada vez que traía a mi esposo en la conversación. Suponía que era un tema difícil, ya que este mismo lo desmontó en un torneo y lo dejó herido por unos buenos meses. Así que tampoco lo culparía por ello. Además, la Casa Hightower no es que fuera exactamente conocida por ser la más amigable hacia la Casa Targaryen.
Suponiendo como Maegor I trato a la Fe de los Siete.

—Creo que es hora de que te vayas, nos vemos Alana.—dijo Gwayne, dándome un beso en mi mano antes de irse.

Con todo el tiempo que llevaba conociendo a mi mellizo, sabía que odiaba las despedidas y trataba de hacerlas lo más cortas posibles para evitar ponerse emocional.

𝐇𝐀𝐓𝐄𝐑𝐒-daemon targaryen fanfiction Donde viven las historias. Descúbrelo ahora