- ˗ˋ୨LA OFICINA୧ˊ˗ -

0016 > "¡Soy una Perra Millonaria!"

Juan solo creía en las cosas que sus compañeros le contaban, sin tener en cuenta las que Spreen les decía
Le era difícil creer en el menor, pues conocía a las personas y sabía que lo estaba engañando, pero de igual manera, lo escuchaba y atendía sus pasos y actos para que no corra peligro.

El trabajo que tenía Spreen era peligroso, ser conocido por ser alguien que se sospecha de que era narcotraficante, no era fácil ocultarlo.

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Las luces de el lugar se encendieron una vez los trabajadores entraron

— Robleis, ¿Sabes dónde está Juan? No lo ví salir de la oficina ayer, ¿Y si le pasó algo? — Carrera se preocupa por su amigo mexicano, lo quería mucho.

— Creo que el Jefe lo había llamado para que se quede con el en sus turnos de noche, había estado ocupado y quería que alguien lo ayude en un problema que tuvo. — dijo el de pelos cafés, sonriendo le a su pareja.

El más bajo asintió, despreocupado de lo que haya ocurrido de Juan, si estaba en manos del jefe probablemente esté bien.

Camino hasta la recepción para saludar a Rocío, quien era la encargada de darle las llaves a los trabajadores para que abrieran sus respectivas oficinas

— ¡Holaaa Rocio! De paso de saludarte quería saber si, viste a Juan pasar por aquí la tarde de ayer, no lo ví hace una banda de horas y me preocupo de que le haya ocurrido algo. — la mujer negó haciendo una mueca.

— No, Ari seguro sabe, ella había pasado última por este pasillo, pregúntale a ella seguro sabrá de lo que me estás preguntando. Yo tampoco sé dónde está Juan, mucho menos el Jefe. — Carrera asintió, antes de retirarse decidió preguntarle también por el Jefe.

— Y una última pregunta Ro, ¿Sabes si el Jefe también salió?

— No, de hecho, Juan y el joven Buhajeruk no salieron desde ayer, ¿Que crees que les haya ocurrido? —

Carrera rodó los ojos para luego reír a carcajadas, la chica no lo entendió por un momento, luego, se dió cuenta de lo que su contrario le habia dicho hace unos días.

— Bueno, creo que ya no debemos estar preocupados por ellos dos ¿Verdad Ro? — la chica de lentes asintió riendo tiernamente.

— Suerte en tu búsqueda. — el más pequeño se alejo de la mujer sacudiendo su mano como forma de despedirse de la chica.

Carrera siguió a su esposo Robleis, caminando junto a el hasta el ascensor donde subirían hasta llegar a su oficina

— ¿Sabes algo de Juan y Spreen? — pregunto Robleis.

— Oh Rob, ¿Sabes que? Spreen y Juan hacen lo que nosotros hacíamos antes. —

— ¿Robar? — contesto, sacándole una risa a su contrario.

Rodrigo negó varias veces con la cabeza, Tomas enarco una ceja, aún no estaba entendiendo el porque Carrera decidió tirar ese comentario preguntándole eso, no tenía idea de lo que hacían cuando recién habían entrado a trabajar en este lugar, puesto que ya no tenia la mejor memoria para recordar eso.