Parado frente a Spreen, no tenía ganas de gritar en este estado tan mediocre en el que se encontraba, lágrimas rodaban de sus mejillas dejándose caer hasta el piso, sus ojos se sentían pesados de tanto llorar por alguien que realmente solo lo estaba utilizando para su propio bien, más bien, para satisfacer sus necesidades. Alex no mentía, enfrentarse a alguien de tu misma ‘altura’ era diferente a enfrentarse a alguien que sabes que vas a ganar en todas las peleas en las que se encuentren metidos. No había otra opción más que volver a pelear, no tenía otro camino que elegir, un destino diferente para ambos. El castaño no era más que un prostituto, y Spreen el dueño de sus acciones las cuales controlaba con una cuerda invisible, haciendo de él lo que quiera.
— ¿Es verdad, no? ¿Sos un verdadero ‘monstruo’ para la humanidad? — hablo el pelinegro, resaltando su voz con una de desinterés y a la vez enojo por las mentiras con las que había creído todo este tiempo, por más que ya haya tenido sus sospechas... Nunca fue de mala ayuda recibir la información completa de su amado castaño. — No me extraña que Reborn haya muerto entre tus manos.
El miope lo miro, frunciendo las cejas con un claro enojo dibujado en sus expresiones, límites eran límites, Spreen estaba cruzando muchos de ellos.
— ¿A qué te refieres con eso, ah? ¿“Morir entre mis manos”? — sonrió con arrogancia. — el murió en tus manos, no en las mías.
— Fuiste cómplice. — apresuro a responder. — Se lo que digo, no como vos, que solo buscas las palabras correctas para parar la rivalidad.
El más alto se había levantado de su asiento, dirigiéndose hacia el pequeño cuerpo de Juan parado frente a su escritorio con la mirada fulminante sobre él.
— Y no creas que voy a caer de nuevo en chantajes como lo hiciste aquella noche, fingiendo amar a alguien y creyendo que yo podía seguir siendo el perrito con correa que tanto amas. — se inclinó hacía su oído, susurrándole aquellas palabras con voz ronca y llena de molestia y derrota.
— ¿Por qué simplemente no me mataste esa noche con esa botella de vino? Acabar con mi vida fue tan difícil para ti, que decidiste seguir buscando motivos para seguir a mi lado como si yo fuera lo más importante para ti. — retrocedió, mirándolo a los ojos con postura firme y con sus puños apretados, clavando sus uñas en las palmas de sus manos dejando una marca en ellas. — Tu vida siempre fue una miseria, ¿Por qué seguirla?
— Porque me dan ganas de hacerlo. — rió. — No mato a las personas idiotas como vos, solamente a los que me traicionan.
Juan rodó los ojos, chasqueando la lengua mientras Spreen solo lo miraba de forma arrogante y vencedora, sabía que el castaño tenía un punto débil y ese era su orgullo, solamente tenía que darle en ese punto debil y todo caería a la trampa, el pequeño ratón... Podría correr todo lo que quiera en un lugar mejor.
— ¿Y acaso yo no te menti? ¿Que es lo que quieres de mi? Que buscas, que buscas de alguien... Que buscas en una relación tan rota como está. — Spreen se acercó a él a pasos lentos, resonando sus zapatos de cuero contra el suelo de roble, sujetando a Juan de la barbilla de manera posesiva.
— La simpleza de tu ser solo me excita. — ladeó la cabeza, observando algunos chupetones recientes en el cuello de Juan. — Por más de que algunas de esas veces pueda lograr demostrar el amor que sentía por alguien tan mentiroso como vos.
— No lo soy. — dijo, serio. — Menti para salvar nuestra ‘relacion’, creeme si quieres, porque este ya no es mi problema si no el tuyo.
El pelinegro siguió sujetándolo de la barbilla, apretando sus dedos contra esa parte de su rostro acercándolo al suyo, rozando sus labios con los de Juan.
— Este amor no acabo por completo, lo único que nos unía... — lo miro a los ojos, pensando en sus palabras. — ... era el sexo.
Juan se limito a responder, retrocediendo hasta chocar con el sillón detrás de él, suspirando profundamente mientras trataba de mantenerse tranquilo y callado. Por más de que quiera gritarle en la cara que el nunca estaría con un hombre así...
Simplemente su orgullo se rompía.
— ¿A dónde crees que irías sin mi, Juan? ¿Podrías conseguir muchas más cosas sin mi? ¿Tendrías la vida llena de lujos que tienes ahora? — dijo, tentando lo para ver su reacción, porque lo último que haría Spreen sería torturar a Juan hasta la muerte.
El castaño se quedó callado por unos segundos, pensando muy bien sus palabras, el pelinegro nunca sintió empatía por nadie por ser alguien tan terco y vulgar con todos, sería muy obvio que nunca le daría la atención que el miope necesitaba para sentirse seguro en sus brazos como lo hacía con Reborn. El tuvo razón. Quizás buscarse otra persona para ser su amigo sexual nunca fue algo correcto que Juan se acostumbré a cometer, pero... Spreen tenía algo que a él lo dejaba perturbado, no de la manera mala, si no de una manera donde lo dejaba sin palabras. Esa tarde dónde las muchas bugambilias habían caído para acariciar sus mejillas de manera suave, esa misma tarde, el más alto había expresado sus sentimientos a Juan de una manera abierta.
Pero... ¿Realmente lo dijo de manera sincera o no?
Es lo que quería descubrir, Spreen es difícil de leer, es como un libro abierto pero sin letras las cuales leer, observar o entender. Tu apenas podías saber lo que le gustaba y lo que no, eso al menos te hacía una persona cercana a él.
— Iría a muchísimos lugares solamente para mantenerte lejos de mi. — apretó los puños, los nudillos de sus dedos se pusieron blanquecinos de la fuerza que le estaba otorgando a su cuerpo para liberar toda su rabia con palabras, aunque pudiera contenerse, ese “Juan” que estaba sentado a su lado no permitiría perder ante aquel hombre sin sentimientos el cual le había dicho todo este tiempo que era solamente un juguete sexual con él cual desgastar su tiempo y sacar provecho para salir en las noticias.
— ¿Dices que soy inútil para tu vida? — su leve sonrisa la cual era una burlesca y poco amable había desaparecido de un momento para otro, dejando que el ambiente en aquella oficina sea más tenebrosa y oscura.
La poca luz que se colaba a través de las cortinas era suficiente para que todo el cuerpo de Juan se estremezca en un miedo rotundo. Los vellos de sus brazos se habían erizado ante aquel sentimiento extraño de terror, todo su cuerpo se estremeció enviando corrientes de electricidad por toda su columna como si algo muy muy malo fuera a ocurrir.
— Si, lo eres, no tengo intenciones de decir lo contrario. — dijo con dureza.
— Entonces... ¿Que fue lo que pasamos esa tarde? — pregunto Spreen con una clara demuestra de rabia y molestia.
— ¡¡Esa tarde ya no existe!! ¡Lo que dijiste no iba en serio! — exclamó.
Juan estaba furioso al igual que el pelinegro.
Y esto... No terminaría bien para ninguno de los dos.
N/T: ¡Hola! Ya saben, no quería dejarles sin capitulo hoy ya que estamos por iniciar nuestros primeros exámenes, además, ando ocupado con otras historias y además estoy leyendo manwhas que no complete, además como dije ando algo enoja’o por dos víboras. Pero bueno, disfruten de volver a sus cárceles (la escuela). ¡Adiós!
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- ˗ˋ୨LA OFICINA୧ˊ˗ -
Fanfic" Ain't lookin for my true love " _______________________________________________________ • Sexo, masoquismo, no apto para menores, temas sensibles tocados. • No ambientado en Tortillaland, híbridos, hechiceros. • Contenido gay • Actualizaciones le...