0015 > Solo Observa

481 21 5
                                    

Solo bastaba unos tres minutos para que inicien una suave pero agresiva y brusca danza con sus labios, la sensación más placentera era saber que ya no había nadie de los trabajadores en el lugar, ahí, en sus oficinas, nadie molestando los mientras disfrutaban.

☆————————————☆

El castaño se ordenaba su camisa enfrente de un espejo, mientras que el pelinegro lo imitaba.
Habían estado más de dos horas en este lugar sin haber movido ni un solo músculo, bueno, si lo hicieron, pero de otra forma a la cual el menor le gustaba

Después de esto no sé si podré caminar bien. — dijo Juan con un tono de voz tímida, y una pequeña sonrisa lujuriosa dibujada en sus húmedos labios.

¿Por qué no lo intentas? — le respondió Spreen.

Juan lo miro a través de el espejo, mirándolo en modo amenaza, pues dudaba de que pueda hacerlo y más en este estado de preocupación por saber si podría salir de este lugar.

Solo cállate. — no tenía ganas de escuchar otra palabra de Spreen, pero parecía que el solo le obligaba a hablar.

¿Entonces para que abriste la boca, cariño? Nunca supe porque querés que me callé si vos sos el que me hablas — dijo con voz curiosa, acercándose a pasos lentos y seguros hacia su próxima presa.

Tenía instintos de querer comer nuevamente al pobre ‘conejo’, quería rozar sus labios con los del contrario a modo de coqueteo, sabía que Juan seria alguien difícil, seguía siendo lo aunque le haya declarado su amor, eso era algo que Spreen admiraba, la personalidad de la persona.

El castaño soltó un suspiro pensando en sus próximas palabras para la respuesta de Spreen, pero decidió sacar su lado cariñoso afuera para expresar al menos amor y no hacerle sentir mal a el pelinegro, por más de que sea alguien frío y seco.

Solo quería escuchar tu voz, no tienes que ponerte así. — Spreen sonrió, sostuvo las caderas de Juan, parecían una pareja real, el más bajo solo con su camisa y su boxer y el pelinegro con solo su pantalón y su abdomen descubierto.

Era algo que a Juan nunca le pasaría en México, pues la mayoría de veces que tuvo pareja jamás tuvo relaciones sexuales con ellas.
Por más que intentará, nadie se comparaba a Spreen, todas eran de 19 a 15 centímetros, ninguno de 24 o 38.

¿Es una señal acaso?
¿O una simple coincidencia?

Deberías vestirte, no querrás quedarte a dormir aquí. ¿O acaso el pendejo es un estúpido y quiere quedarse aquí? — rió.

—  Podrías, en vez de burlarte, preocuparte por como vas a caminar luego, porque si las puertas están cerradas. . . — hizo una pausa para seguir hablando, sonriendo.

— . . . tendremos una noche muy productiva, conejito ~

Juan tragó en seco, obvio quería seguir esto, pero para el no sería tan fácil como pensaba, tendría que lidiar con las burlas de Carrera, sin embargo, daría su culo a la primera persona que lo quiera
Osea, Spreen.

—  Te odio. — las mejillas del castaño se tornaron de carmín, solo quería que esto acabará, sin duda, una noche productiva.

- ˗ˋ୨LA OFICINA୧ˊ˗ -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora