- ˗ˋ୨LA OFICINA୧ˊ˗ -

0018 > Narcisista

·N.O

Juan veía la linda tienda de Tanizen y Noni, los amigos de Spreen.
Era bastante lindo y espaciado, había bastantes cosas y muchas decoraciones en ella, visualizo a Spreen por el vidrio donde habían lindas perlas dentro de ella. Hablaba con la hermosa mujer llamada Aroyitt, era hermosa y perfecta, lindos pechos y mechones rubios como si de una diosa se tratase.
Juan no quería mentir, esa chica era muy hermosa y Spreen conversaba demasiado con ella, estaba entrando en un estado de celos enorme. Eran tal para cual, Spreen también era muy celoso hasta el punto de que cuando está hormonal debía de estar un día entero sin celular, para Juan era lo peor. Para Spreen, la mejor recompensa que Dios le pudo ofrecer al momento de llegar a este mundo.

— ¿Entonces que piensa hacer, DMC? ¿Quedarse parado esperando a que su pareja se anime a dar el primer paso? No no no, eso no es correcto. — la chica sacudió sus manos negando que eso no era correcto aunque Spreen diga lo contrario.

— No se que regalarle, es muy consentido y hermoso, Juan es alguien interesado cuando se trata de regalos, no querés conocerlo muy de fondo. — Spreen suspiro mirando a la chica con una sonrisa.

— ¿Que, tengo cara de payaso? —

— Pero se quien me puede ayudar a cumplir ese tan deseado sueño que tengo con Juan. — Aroyitt sonrió nerviosa, no lo iba negar, a veces le asustaba admitir que era mala haciendo citas pues todas las que hizo las parejas salieron peleando.

Pero está vez debía hacerlo bien, sería la declaración para el novio del Jefe y debía tratar de elegir bien las cosas si no quería ser la próxima víctima del Jefe Buhajeruk.

Mientras tanto, Juan miraba a Spreen a través del reflejo del vidrio de brazos cruzados, esa chica sonreía demasiado ¿Que están tramando?

— ¡Oye Spreen! ¿Estos pendientes me quedarán bien? — hasta que decidió llamar la atención del menor, el era completamente diferente a Spreen cuando estaba celoso, era más insoportable y más infantil, se comportaban de manera seductora y le gustaba exagerar en las cosas, hacia berrinches y rogaba por cualquier cosa.

Spreen al escuchar su nombre fue junto a su pareja, posando sus manos en sus hombros teniendo la mirada coqueta de Aroyitt sobre el, bonita escena de amor y romance adolescente.

— Bueno, como tu novio no te responde, yo diría que te quedarían muy bonitos esos pendientes, señor DMC G. — Juan rodó los ojos, Spreen aún no entendía esa actitud del mayor pero le dió 0 importancia a eso, quizás era uno de sus celos nuevamente.

Se giró a ver a la chica, dedicándole una sonrisa fingida para luego mirar a Spreen y cambiar sus expresiones faciales a una sería mirada fría sin piedad.

— Te odio. —

— Yo también te amo. —

— Aww, son la cosa más hermosa que eh presenciado en mi vida, que lindo el amor, ojalá nunca se acabe. — Juan miro a Aroyitt.

— Oh gracias niña. . . — realmente la odiaba, el era mejor que Aroyitt, tenía mejor cuerpo y mejor vida que ella.

— Juan, comportate. —

‹¿¡Es que este tipo no quiere mi amor!?› pensó

Era mejor no decirse lo a Spreen.
Era narcisista, al menos, solo un poco mucho.

— Spreen, vámonos. — agarro la muñeca del menor y lo estiró hacia la salida.

— ¡¡Adiós Aro!! —

— ¿A... adiós? — miro confundida a su amigo, no sabía porque Juan se había comportado de esa manera con ella pero le daba igual, respetaba a las personas tal cual y como eran.

Sin embargo, si hacían algo muy feo si que probablemente su respeto se iba a la mierda.

— ¿Por qué te comportaste así con Aroyitt? Ella es una piba re amable no se porque tenés que ponerte así. — se subió al coche seguido de Juan, su mirada sería y su furia al cerrar la puerta del auto hizo bufar molesto a Spreen.

— ¡¡Odio que siempre me lleves la contraria como si fuera algo malo responderle así a las personas!! ¡Sinceramente no sé porque sigo aquí! ¡Te odio! — se cruzó de brazos mirando la ventanilla polarizada del coche

— Tu narcisismo no comprará las cosas que tenés ahora, Juan. — el mayor hizo un puchero con sus labios cerrando fuertemente sus ojos pensando en las cosas que conseguía con Spreen a su lado.

— Perdón 'osito', es el estrés que tengo acumulado ¿Me perdonas? — Spreen sonrió al ver lo que conseguía, miro a Juan y le dió un beso en sus rojos y pomposos labios.

— Que no se vuelva a repetir, ¿Si Juanito? —

— Si, papá — rodó los ojos.

— Prefiero que me digas 'papi' como lo haces en la cama, pero bueno, cada uno con sus gustos...—

Juan tenía un leve sonrojo en sus mejillas, aún no podía olvidar esa noche donde a Spreen se le había quedado ese apodo tan hermoso que le había puesto. Simplemente belleza por parte del menor.

Para Spreen, un arte.

Para Juan, el mayor excremento que pudo ver en miles de años.

Solamente podía rogar por esa noche, que esa noche se vuelva a repetir...