Capítulo IX

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Mediados de mayo, la época favorita de Louis, cuando el calor va apareciendo tímidamente, haciéndose paso en el ambiente de cada rincón del país. La gente comienza a querer salir más a las calles, para disfrutar del buen tiempo que se avecina poco a poco. Los días empiezan a durar más tiempo, brindando la oportunidad de aprovecharlo al máximo. El joven ojiazul ama las flores que asoman en primavera, tiñendo los verdes prados con numerosas manchas de todos los colores que imaginas. Los árboles se muestran florecidos, rebosantes de vida. Es una bonita época que contagia de alegría y emoción a aquellos que disfrutan de la plena primavera, en vísperas del verano.

La esencia de mayo se reflejaba en la actitud del modelo, que se mostraba más positivo que nunca, realizando un trabajo excelente y demostrando a todos, que su talento y esfuerzo son responsables de su enorme éxito actual. No fue fácil todo lo que hizo para llegar a donde estaba. Había tenido que tragar mucha mierda y aguantar personas horribles e interesadas.

Harry estaba realmente contento con todo lo que sus empleados lograban cada día que pasaba. La próxima colección de verano pintaba muy bien, y todos trabajaban sin descanso para sacarla a tiempo, de la mejor forma posible. Los conjuntos que habían diseñado tanto StyleSphere como otras marcas con las que colaboran, lucían espléndidas en los cuerpos de los modelos de la exitosa empresa, reforzando la buena imagen que tenía el mundo de la marca.

Desde aquel percance en el vestuario, los dos jóvenes llevaban una relación sexual bastante activa, donde ambos descargaban todo el estrés de su trabajo en el placer. Lo habían hecho en las mansiones de ambos, en la oficina del director, en los camerinos, estudio...incluso en el cuarto de la limpieza. Llevaban casi dos meses con esos encuentros, y no tenían pensado llevarlo más allá. Según ellos, tan solo existía atracción, nada más que eso.

Después de acostarse, de vez en cuando hablaban de algun tema estúpido, pero que ayudaba a conocerse un poco más. Como por ejemplo, Louis sabía que Harry tenía una hermana mayor, Anna, que estudiaba psicología en Nueva York. También sabía que el joven amaba leer y viajar, sobretodo a pueblos del norte de España, cautivado por la historia y arquitectura de los lugares, además de los paisajes que abrazaban las zonas. Otra de las cosas que sabía, era que Harry podía llegar a ser una persona muy romántica, cuando realmente estaba enamorado, aunque eso pasó un par de ocasiones. Su última relación había sido hacía apenas dos años, donde llevó a su antigua pareja a conocer Egipto, con sus fabulosas pirámides y monumentos de hacía tantos años. Resultó que su ex era bastante inmaduro emocionalmente, y la comunicación no era su punto fuerte, por lo que no duraron más de un año, pero Harry si llegó a enamorarse de él. Su primer amor fue en el instituto, pero él decía que en verdad no llegó a enamorarse, solo fue ilusión.

Por parte de Louis, el ojiverde conocía que tenía dos hermanas, siendo la mayor de ellas la que le regaló aquel mechero que se dejó en el hotel de París. Su nombre era Rachel. También sabía que el modelo tenía un don para cocinar y odiaba el frío. Supo que no se había acostado con ninguna mujer con la que, en el pasado, a veces había salido en las noticias como “posibles parejas”. Él era abiertamente gay, y aquellas ocasiones habían sido rumores falsos de los medios. Le gustaba los planes simples o de última hora. Él jamás se había enamorado, o al menos eso decía. Decía que solo había sentido atracción por diferentes personas, pero el verdadero amor no había tenido el gusto de experimentarlo, ni siquiera con aquel ex genio del diseño de interiores, aunque si le hizo daño cuando supo que le era infiel.

Ya no eran simples desconocidos que tenían sexo, si no que ahora conocían detalles del otro que les servía de referencia para seguir con el tipo de relación que tenían, aunque no debe de ser importante conocer tanto de otro para simplemente follar, ¿no?

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—¡Ahhh!

El ojiverde se corrió dentro del joven modelo, derramando su semen dentro del plástico del condón que envolvía su miembro. El otro había tenido su orgasmo segundos antes, quedando exhausto y agotado. El más alto salió de él y se desplomó sobre su pecho, respirando aún algo agitado. Una pequeña sonrisa se formó en sus labios cuando sintió la pequeña mano del mayor sobre sus rizos, acariciándolos lentamente. Poco después, dejó de sentir las caricias, alzando su mirada para observar cómo su compañero sexual encendía un cigarro bajo él. Soltó el humo acompañado de un gran suspiro y le ofreció a su jefe, que negó mientras volvía a apoyar su cabeza sobre su pecho.

Duelo de poder || l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora