Duelo de poder || l.s

Capítulo XXXIX

Cuando Harry vio como Louis abandonaba su oficina, sintió una pequeña punzada en su pecho. Se dejó caer en su silla y apretó sus puños en silencio. La risa ronca del señor Federson se hizo presente en la gran sala.

—Quién lo iba a decir...mi mayor rival, cumpliendo mis órdenes...no te creía tan sumiso, señor Styles.

El nombrado tensó su mandíbula y evitó hacer contacto visual con aquel hombre. Agradecía internamente que el modelo le hubiera golpeado tantas veces como le fue permitido, aunque el lastimado no parecía tan afectado por ello, ya que siguió hablando.

—Seguramente ese imbécil se creerá que el loco es él, y dejará de joder mis planes.

—Usted es el que está loco —sentenció finalmente el rizado entre dientes. Alzó su mirada hacia el veterano—. Debería estar pudriéndose en la cárcel.

—¿Yo? —se señaló ofendido— Podría, si...pero eso no va a pasar.

—¡Le juro que y-

El arma que sostuvo David entre sus manos fue suficiente para que Harry cerrara la boca. Se tragó sus propias palabras y se quedó tenso sobre su silla. Era la segunda vez que le veía con la pistola apuntando hacia él, por lo que no quiso seguir hablando.

—¿Sabes? Podría matarte, y acabar con esto de una vez, pero sería demasiado obvio...

Guardó nuevamente el arma en su bolsillo y se sentó en la silla frente a él. Encendió un puro y soltó un suspiro junto al humo.

Zayn estaba callado, al igual que Harry, pero éste último decidió formular palabras una vez más, aún intuyendo cuál sería la respuesta...

—Él tenía razón, ¿verdad?

—¿Cómo dices? —cuestionó el veterano.

—Todo lo que dijo Louis.

—¿Exactamente qué parte? —insistió vacilante. Aquella actitud irritaba más al joven director.

—¿StyleSphere sigue siendo mía?

Una sonrisa de oreja a oreja se formó en el rostro del dueño de RegalWear, brindándole al ojiverde respuesta suficiente.

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—Zayn... —soltó con un hilo de voz— ¿Tienes algo para el dolor de cabeza? Me vendría muy bien ahora.

—Oh, si, vamos a los sofás y te doy una pastilla. —acarició su espalda en señal de apoyo. El otro asintió.

—Vale, gracias.

Ambos chicos salieron del baño y volvieron a la fiesta. El cumpleañero se acercó a los dos muy preocupado.

—Chicos, ¿qué ha pasado? Solo sé que vi como sacaban a Louis de aquí.

—¿Lo invitaste? —preguntó el moreno algo molesto.

—¡No! Por eso me extrañó verlo —indicó Liam—. No lo invité por obvias razones... además de que sería incómodo para ti, Harry. —dirigió su mirada hacia el nombrado, que asintió en forma de respuesta.