Capítulo XXVII

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—Harry, no es por suponer nada, pero...

—Shh, no lo digas.

—¿Crees que Louis...

—Liam, no lo digas, por favor. —colocó una almohada entre sus piernas y la abrazó apoyándose en ella—. No sabemos el contexto de la conversación.

—Pero Harry, David está dejando caer en el mensaje, que no debe saber nadie de la reunión. Es algo raro.

El nombrado apretó sus ojos y abrazó con más fuerza la almohada. Le dolía mucho tener que pensar mal de Louis. No le veía capaz de que pudiera estar haciendo algo malo a sus espaldas.

Cogió aire y lo fue soltando poco a poco, al mismo tiempo que pensaba algo. Alzó su mirada al coordinador y aclaró su garganta.

—Escucha, hablaré con él en cuanto venga, y veré si me oculta lo de la reunión.

—¿Y qué harás si lo hace?

—Yo...no lo sé —admitió cabizbajo—. Confío en que me dirá las cosas, pero...no sé qué haría si me lo oculta...

—Pues, espero que sea sincero contigo, Harry, porque en verdad a ti se te ve enamorado y me daría mucha rabia que alguien jugara así contigo. —el rizado asintió y suspiró.

¿Louis sería capaz de jugar conmigo?

Rato después, Liam se marchó de la habitación, dejando a su jefe lleno de dudas acerca del mensaje. No dejaba de darle vueltas en su cabeza. ¿Y si Louis negaba todo? ¿Y si le ponía miles de excusas? ¿Qué se suponía que debía hacer?

La puerta se abrió, y un joven de ojos azules entró con una bolsa con el logo de un restaurante chino. El rizado le miró desde la cama, dejando a un lado el libro y sintiendo un pequeño escalofrío por toda su espina dorsal.

—Hola.

—Hola, amor. —Se acercó hasta él y le dio un corto beso en los labios. Dejó la cena en la mesa y miró su teléfono junto a la cama—. Bua, me había dejado el móvil, anda que... ya me vale, si me llega a pasar algo, estaba incomunicado —rio y lo ojeó unos segundos.

Si, ya te vale.

—En fin... —lo dejó nuevamente en la mesita de noche y se sentó junto a su chico—. ¿Tienes mucha hambre?

—Si.

—Te he traído rollitos de primavera y los fideos, tus favoritos —sonrió colocando una mano sobre el muslo del ojiverde, acariciándolo lentamente.

—Gracias.

—¿Estás bien, cielo?

—Sigo enfadado —sentenció.

—Pero ya te he traído lo que me has pedido... —Se acercó a sus labios— Me dijiste que si traía comida china me perdonarías...

—Mmm, bueno, te perdonaré, pero aún quiero algo. —Louis se alejó un poco, con una pequeña sonrisa.

—¿El qué?

—Mañana me gustaría que nos quedáramos en mi casa a descansar del viaje...comemos algo ligero, nos dormimos una siesta, por la tarde vemos una película, hacemos palomitas, nos damos unos mimos... —murmuró bajito y su novio sonrió más.

—Claro que si, Hazz —dijo con dulzura y acarició su mejilla—, aunque el plan de comer y dormir, no voy a poder, cariño, te vería ya por la tarde.

—¿Por qué?

—Tengo... —hizo una pequeña pausa mientras relamía sus labios, pensando. Soltó un suspiro y negó—. Una reunión con David y demás gente de RegalWear.

Duelo de poder || l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora