Carlos
Si alguien me hubiese dicho hace tiempo, que yo estaría de nuevo enamorado y lo que es peor, entregando mi corazón, me hubiera reído en su cara, pero aquí estoy otra vez, sin embargo, ahora estoy seguro y no es que las veces anteriores no lo estuviera, a mi primera esposa, la madre de mis niños, la ame con locura, pero ya no está, con la segunda, Melanie, esa fue simple ilusión, no sé cómo y creo que ni cuenta me di, en qué momento se metió en mi vida, y así como se metió, también salió, ahora estoy seguro de lo que hago, y me gustaría pensar que fue ella, mi primera esposa, la que nos puso en el camino, porque ella no quería que me quedara solo, me lo dijo muchas veces antes de morir, y sé que Jazmín le hubiese gustado, porque es una mujer extraordinaria, nunca será igual que ella, porque no las pienso comparar, cada una es lo que es y respetaré eso, lo que sí sé, es que estoy a punto de comenzar una nueva etapa en mi vida y que no me arrepentiré de ello, porque con ella, también ha llegado gente hermosa a mi vida, sus hijas, que ahora son mías también, sus amigos Juan y Matilde, que también ahora lo son míos y Julián, que aunque no lo quiera aceptar, es un gran hombre, pero como me hierve la sangre cada vez que lo veo cerca de ella._ ¡No quiero verte cerca de Jazmín! - le grité en una ocasión cansado de verlos conversando y riendo juntos.
_ Tú mismo me pusiste a su lado. - me contestó. _ me hiciste su guardaespaldas y su chófer, no entiendo cómo voy a estar lejos de ella.
_ ¡No te hagas el idiota! - insistí. _ no te quiero ver junto a ella.
_ ¡Mira! - se paró frente a mí y me encaró. _ más vale que decidas que es lo que quieres. ¿cuido de ella, o no cuido de ella?
Por supuesto me sentí como un idiota, ni yo mismo sabía que era lo que quería.
_ Porque si quieres ahorita mismo me marcho de tu casa. - me dijo en esa ocasión, pero cualquiera que llegue en mi lugar, va a ser lo mismo para ti.
_ Por supuesto que no. - debatí. _ porque otro no va a tener las confiancitas que tú tienes con ella.
_ Podría apostar lo que tengo. - me miró serio. _ a qué no has sentido celos solo de mí.
Y tenía razón, no los sentía solo de él, pero entonces me dijo una gran verdad y me empezó a caer mejor.
_ En lugar de darle rienda suelta a tus celos, ¿porque mejor no confías en ella?, y, sobre todo, ¿porque no le dices que estás enamorado? Te sorprenderías de su reacción.
Y fue así como terminé aquí, está noche, colocando ese anillo qué hoy sella nuestro compromiso y sintiéndome el hombre más afortunado del mundo, y no crean que he dejado de sentir celos de él, ya no como antes, pero, quisiera ser exclusivo para ella, y sé que no lo seré, porque él ocupa y seguirá ocupando un lugar especial en su corazón, por la sencilla razón de que él, siempre ha estado cuando lo ha necesitado. Y reitero, es un buen hombre. Así que seguirá formando parte de mi familia, porque ellos se ven como hermanos y resulta que tendré que adoptarlo como cuñado.
La verdad es que le agradezco, porque fue él quien me dio el empujón que necesitaba, porque apenas me dijo eso, entré en razón y me presenté ante ella.
_ Necesitamos hablar. - le dije esa tarde, cuando estaba en el jardín, mientras los niños tomaban su siesta.
_ ¿Sucede algo? - interrogó con incertidumbre.
_ Quiero hacerte una pregunta. - dije, necesitaba estar seguro. _ ¿sientes algo por Julián?
En ese momento estaba seguro de que se volvería hacia mi furiosa, o que diría que sí, sin embargo, sonrió divertida, me miró a los ojos y contestó.
_ Julián es como mi hermano, bueno, no como mi hermano, es mi hermano.
Les juro que al escuchar eso, de sus labios, no pude contenerme y la abracé, sé que estaba sorprendida por mi arranque, pero no me importó, ya nada me importaba.
_ Quiero hacerte otra pregunta. - me separé un poco de ella, solo lo suficiente para poder mirarla a la cara. _ si yo te dijera que te amo, ¿podría tener alguna oportunidad contigo? - ella me miró sorprendida, por un momento me angustié, parecía no saber que decir y eso me puso mal, si me amara no lo estuviera dudando, ¿o sí?
Se separó de mí, pero permaneció en silencio.
_ No entiendo. - dijo después de un prolongado silencio. _ tú no podrías enamorarte de mí, menos ahora. - se señaló a sí misma. - así como estoy.
_ No estoy enamorado de tu físico. - me acerqué de nuevo. _ eres tú, toda tú, incluidas tus hijas, tu historia, tu pasado, tu presente y sé que amaré tu futuro.
Ella ya estaba llorando, no lo podía creer y si soy sincero, yo tampoco, no conocía esta faceta de mi vida romántica, ella provocaba eso en mí, la amaba, quería hacerla feliz, quería protegerla, quería estar todos los días de mi vida a su lado, junto a ella era feliz, esta era la vida que quería para mí, para los míos, ella amaba a mis hijos y ellos a ella.
Me di cuenta, de que una vez más, me estaba aventurando a una nueva odisea, pero esta vez lo hacía muy consciente de lo que hacía y lo anhelaba, porque sabía que esta vez era la vencida, ¿o no dicen por ahí que la tercera es la vencida? Yo estaba seguro de que sí.
_ Te amo de verdad. - dije ante el silencio de ella. _ quiero hacerte feliz a ti y a las niñas, quiero hacerte olvidar todo ese infierno que pasaste por culpa de tu ex y por culpa mía, si tú me dejas, me dedicaré a construir tantos buenos recuerdos, que será imposible que los malos no se borren. Solo tienes que decir que me amas tanto como yo a ti
_ Te amo. - levantó su vista cristalizada y lo dijo por fin. Les juro que en ese momento fue como si una loza pesada de cientos de kilos hubiese sido quitada de mi espalda. La vida volvió a mí y la abracé con fuerza, quería que ella sintiera lo mucho que la amaba, quería transmitírselo a través de ese abrazo y creo que lo logré, porque ella correspondió y lo sentí, sentí su amor por mí, su sinceridad, su calor.
_ ¿Te casarías conmigo? - dije a su oído.
_ Si. - la escuché contestar y busqué sus labios, mi beso fue dulce, tierno, no quería asustarla, pero cuando ella respondió, no pude contenerme y la besé con pasión, con amor.
Ese fue el principio de nuestra relación, pero no era suficiente, ella merecía algo mejor y me propuse hacerlo como es debido, y aquí estamos.
Todos se acercan y nos felicitan, los niños dan brincos de gusto, la verdad es que solo ella, Julián y yo lo sabíamos, y no lo había hecho público porque quería hacerlo de esta manera y valió la pena la espera. La miro y está radiante, brilla como una estrella, mi estrella.
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OTRA OPORTUNIDAD/No. 3 De La Serie: HERMANOS
RomanceÉl, un hombre de negocios, su carrera, al lado de su nuevo socio, asciende como la espuma, su fortuna es cuantiosa, sus dos pequeños llenan su vida, sin embargo, en el amor todo va cuesta abajo, su esposa murió, la mujer con la que pensaba formar un...