CAPÍTULO 31 SORPRESA

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Eduardo
No puedo creer la suerte que tengo, venir a encontrarme a Jazmín aquí, cuando yo solo quería reunirme con mi hermano, hace días recibí una invitación a su boda, así que decidí viajar para conocer a mi futura cuñada, la verdad es, que él no ha tenido buen ojo para las mujeres, y a causa de eso hemos estado un poco distanciados, pero ahora espero que haya elegido bien, pero como decía, mi visita aunque esencialmente se debía a eso, aproveché para intentar reunirme con Julián, uno de mis extrabajadores, el mejor diría yo, he estado pensando si intentar convencerlo de que vuelva, pero mi interés principal en él, en estos momentos, se debe a que necesito localizar a Bryan y nadie sabía en dónde estaba, salvo él, al menos eso creí y estaba en lo correcto, por cierto supe que estaba aquí por la ubicación de su celular. él era mi última opción, porque si él no sabía, ya no tenía a quien recurrir. Mi sorpresa fue que descubrí que ella también estaba aquí, ¿y como no? Ellos siempre han estado juntos, aunque parece que no, pero Julián siempre revolotea dónde ella está, de modo que no pudo negármelo.

En estos momentos estoy ya en el restaurante, esperándola, como la he esperado desde que la vi por primera vez.

Yo no soy hombre de una sola mujer, y jamás me enamoro, pero ella se ha robado mi corazón, aunque me lo ha roto con cada rechazo que he recibido de de su parte, sobre todo, cuando frente a mis narices se enredó con mi socio y se casó con él, si otro hubiese sido no me hubiera importado y se la hubiese quitado, pero Bryan era de cuidado y no quería problemas con él, sin embargo, ahora es libre y no me importa si se va a casar, ya recapacitará cuando nos encontremos de nuevo.

Jazmín
Bajo del auto y me recibe Julián, lo noto tenso, pero no le doy importancia, porque me sonríe indicándome que todo está bien. Le dice a Román que nos espere y me guía hacia el interior, cruzamos el restaurante y nos dirigimos hacia un privado, pero me detiene justo antes de entrar.

_ Linda. - me dice. _ ahí adentro hay alguien que quiere hablar contigo. Perdóname por hacerte venir, pero espero que después de que hablen por fin te deje en paz. - me puse tensa, por sus palabras de inmediato supe de quién se trataba, solo había una persona que no me dejaría en paz, sobre todo sabiendo que ya no estaba con Bryan, y no, no quería verlo, pero Julián tenía razón, no sé cómo me encontró, pero lo mejor era dejar esto arreglado de una vez.

_ Esta es la única salida. - tomó mi mano entre las suyas. _ y no me moveré de aquí, si necesitas ayuda o no quieres seguir solo háblame, estaré atento. - yo asentí.

_ Recuerda que no estás sola. - me abrazó protectoramente y me soltó.

Cuando entré, él ya me esperaba, una sonrisa iluminaba su atractivo rostro, como en los viejos tiempos, cuando intentaba conquistarme, y no es que no me gustara, era el sueño de cualquier mujer, pero no me gustaba su estilo de vida, que equivocada estaba, porque fui a caer con alguien peor, que aparentaba ser un hombre maravilloso, pero el pasado se queda en el pasado y él también es parte de mi pasado, espero que lo acepte.

_ Jazmín. - me dijo acercándose a mi para saludarme. _ que gusto verte.

No pasó desapercibido para mí su rostro al verme, yo ya no era la misma de antes y aunque estaba muy recuperada, no era lo que había sido.

_ Julián me dijo que habías sufrido un accidente. - dijo, y era verdad, a quien preguntaba, era la respuesta que todos dábamos. _ espero que estés bien.

_ Lo estoy dije mientras me acomodaba en mi lugar, mientras él sostenía mi silla. _ ahora me gustaría saber qué es lo que quieres.

_ Tú sabes que es. - dijo colocando su mano sobre la mía. _ no te he olvidado, ni te olvidaré.

_ Es mejor que lo hagas. - retiré mi mano con discreción. _ nunca te he mentido al respecto.

_ Se que si lo intentas podemos llegar a algo, yo te amo.

_ Por favor. - supliqué. _ no insistas, sabes que yo no te amo.

_ ¿Y qué? - levantó un poco la voz. _ aprenderás. No sería la primera vez, estoy seguro de que a Bryan tampoco lo amabas, pero se adelantó a mí en proponerte matrimonio y tú desesperada por salir de la pobreza lo aceptaste de inmediato.

_ Me estás ofendiendo. - lo mire sería.

_ Es la verdad. - insistió, si yo te lo hubiera propuesto primero, hubieses aceptado. Él supo por dónde llegarte.

_ Creo que está reunión está de más. - me levanté molesta.

_ No es mi intención ofenderte. - se puso de pie y me detuvo. Solo quiero una oportunidad.

_ Es imposible. - dije. _ me voy a casar.

_ Es otra boda para salir de dónde estás, admítelo. - me tomó de los hombros. _ yo también te puedo dar una.

_ Es una boda por amor. - lo mire a los ojos, yo lo amo y él me ama y me acepta con mis niñas, algo que estoy segura tú no harías.

Se quedó callado, estoy segura de que, ni siquiera había pensado en mis niñas.

_ Por favor, quedémos en buenos términos . No interfieras más en mi vida.

_ De acuerdo. - me sorprendió su actitud. _ lo dejaremos así, pero ¿puedo darte un abrazo?

No dije nada, pero no hice el intento de irme, un abrazo bien valía la pena para que él me dejara por fin.

Se acercó a mí y me rodeo con sus fuertes brazos, su abrazo era sincero, lo sentía, creo que no mentía cuando decía que me amaba, aun así, yo no sentía nada por él, más que aprecio por darme trabajo y una oportunidad de progreso, cuando no tenía nada. Luego nos despedimos y salí.

Eduardo
Hace unas horas, cuando la vi salir de aquel restaurante, no me imaginaba lo que sucedería más tarde, la deje ir, y lo hice con la promesa de que no la molestaría más, y no me importó, porque yo sabía que no la dejaría ir tan fácil, yo soy un hombre que lucha por lo que quiere y la quiero a ella.

Me sorprendió tanto verla en ese estado, demacrada, demasiado delgada, sin embargo, se seguía viendo tremendamente hermosa, sin contar con que, por primera vez, no me fijaba en una mujer por su apariencia, si no por lo que ella era, por lo que hacía, por como lo hacía, era una chica excepcional, con sentimientos nobles, lo que siempre me molestaba en otros, pero no en ella, el caso es, que no me molestó que se fuera, ya la localizaría más adelante, aún en contra de su fiel guardaespaldas Julián.

Yo también salí del restaurante rumbo a mi hotel, me duché y me vestí, para acudir a la cita con mi hermano, había quedado de ir a su casa y ya tenía su dirección, así que me dirigí hacia allá.

Nunca pensé que saldría más rápido de lo que entré y menos con esta furia que carcome mis entrañas, espero haber arruinado todo y lo espero de corazón, porque no pueden estar juntos, con cualquier otro hombre quizás lo soportaría, pero no con él, no con mi hermano. Les juro que me estoy volviendo loco.

NOTA:
Mañana subiré dos capítulos. Espero que disfruten este. Saludos ♥️♥️♥️

OTRA OPORTUNIDAD/No. 3 De La Serie: HERMANOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora