Brayan
Estoy furioso, desesperado, y angustiado, no encuentro mi lugar, ahora mismo me encuentro en un bar de mala muerte, perdido de borracho. Todo se lo debo a ella, a Jazmín, ella es la única culpable de que me esté volviendo loco, yo que estaba a punto de convertirme en un hombre de éxito, de mucho prestigio. Alguien importante y ahora, mírenme, perdido de borracho, por causa de una mujer que me robó el corazón, jamás pensé que llegaría a esto, yo que puedo tener a la mujer que quiera y la única que quiero no desea estar conmigo, jamás le perdonaré que se divorciara de mí, eso me hizo perder la razón, tanto que estoy dispuesto a usar a mis hijas para tenerla de nuevo, reconozco que todo este tiempo, en el que la estuve buscando, mi idea era quitarle a las niñas y venderlas a alguien que las quisiera, incluso a regalarlas, porque el dinero no era lo que me movía, era el hacerle daño, como ella me lo estaba haciendo a mí, sin embargo, ahora las tengo, con el solo propósito de hacerla volver cuando esté en condiciones de hacerlo, sé que está en el hospital y no puedo acercarme a ella porque la policía me busca, ya saben que yo las tengo, o al menos lo sospechan y me vigilan, pero no se saldrán con la suya, ya me citaron, ya declaré y negué haber sido yo quien las reclamara en aquel país, dónde ella se las llevó, ahora creen que fue alguien más, porque efectivamente han investigado y no hay registro de que yo haya estado en ese país y no hay registro, porque entré y salí por dónde lo hacen los indocumentados, claro que me costó bastante dinero, pero no me importó, porque lo tengo.Ahora las autoridades se quiebran la cabeza buscando a las niñas, pero no tendrán el gusto de dar con ellas, porque no los llevaré hasta donde las tengo, no me importa no verlas, no me interesan, las tenía por ella, porque a través de ellas, era que podía mantener conmigo a Jazmín, y la podía controlar. Ella es lo único que quiero, y la tendré de nuevo, no importa que sea a la fuerza, ella es mía y no será de nadie más.
Carlos
El tiempo pasa rápidamente, ya he establecido una rutina, en estas semanas.Personalmente me estoy haciendo cargo de mis hijos, ya no quiero a nadie extraño cerca de ellos.
Por las mañanas los ayudo a vestirse, les preparo su desayuno los llevo a la escuela, luego los recojo o envío a Rosario mi secretaria, con Rob mi chófer por ellos, ambos son de suma confianza. Los tengo una hora conmigo en el trabajo, nos vamos a casa a comer, duermen su siesta los llevo a clases de natación que les encanta, luego toman clases de música y una vez más yo o Rosario y Rob, los recogen y me los traen a la oficina, en donde les he preparado un área de juego para que estén bien, le he pedido a Rosario que me los cuide durante una hora después del horario de salida, hora que aprovecho para acudir al hospital y estar un tiempo con Jazmín, lo sé es hipócrita de mi parte, porque es por mi culpa que ella está en esa condición, pero no puedo dejarla sola, no es justo, y no quiero hacerlo, me siento tan mal por no haberla escuchado, por no haber investigado, por dejarme llevar por la ira y no ver más, allá de lo que estaba delante de mí.
Ahora ella sufre, y aunque no lo crean yo también y de paso mis hijos, porque ellos la aman y la extrañan, aunque no saben en donde, ni en qué condiciones se encuentra ahora.
Eliza estuvo con nosotros y prometió volver, ella y Mateo han sido una gran bendición para mí y los niños, su presencia evito que mis hijos pensarán tanto en Jazmín y en cierta forma los calmó un poco. Parece que ya me perdonaron, aunque a veces aún me lo reprochan.
La hora que paso a diario con ella me parece corta, desearía estar a su lado todo el tiempo, quisiera que despertara y que se recuperara, pero a la vez lo temo tanto, porque ¿qué le voy a decir? ¿cómo le hago saber que sus hijas han desaparecido? que antes las autoridades estaban seguras de que su padre se las había llevado, pero que resultó no ser así. Ahora solo esperan que ella despierte para que les dé una pista de quién podría estar interesado en ellas.
Ahora que todo ha pasado, me pregunto cómo pude ser tan estúpido, como pude dejar que ella pasara por todo esto, y sus niñas, me aterra pensar en donde estarán, con quién y sobre todo, si están siendo tratadas bien, pienso en mis niños y me vuelvo loco de imaginar que fueran ellos los que estuvieran en su lugar, no lo soportaría.
Por supuesto tengo ya un equipo de investigación en el caso, pero si las autoridades de Estados Unidos no lograron dar con ellos supongo que no nos espera mejor suerte a nosotros, pero no dejaré de buscar hasta encontrarlas, se lo debo. Por ahora lo único que puedo hacer es venir aquí con ella, tomar su mano, hablarle y esperar a que su salud evolucione positivamente.
Hasta ahora no entiendo porque ocultó a sus hijas, quizás hubieran estado más seguras en mi casa, yo les hubiera dado protección, ¡por Dios! ¡también soy padre!, ¿cómo pudo creer que la rechazaría con sus hijas? No soy un monstruo, aunque supongo que le ganó el temor, no tengo idea de que es, por lo que haya pasado, así que no puedo juzgarla.
_ ¿estás segura de que no tienes experiencia cuidando niños? - recuerdo que le pregunté en una de las ocasiones en las que nos quedamos solos, ella ya vivía en mi casa, por fin había aceptado quedarse, pero con la condición de que el fin de semana no contara con ella, desde entonces debí de sospechar, porque desde el viernes se marchaba y regresaba el lunes casi de madrugada. Solo le pregunté una vez, que hacía y me contestó que algún día me contaría, día que nunca llegó y ahora sé por qué.
_ Jamás he trabajado de niñera. - me dijo en aquella ocasión. _ pero amo a los niños y los suyos son un encanto. - sonrió nerviosa y yo lo atribuí a qué la incomodaban mis preguntas, siempre que preguntaba algo personal era lo mismo, ella se ponía nerviosa y se retraída, pero no le di mayor importancia, porque nunca pensé que esa mujer tan dulce ocultara algo malo, y no era algo malo, pero a ella no la dejaba dormir y ahora lo entiendo.
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OTRA OPORTUNIDAD/No. 3 De La Serie: HERMANOS
RomanceÉl, un hombre de negocios, su carrera, al lado de su nuevo socio, asciende como la espuma, su fortuna es cuantiosa, sus dos pequeños llenan su vida, sin embargo, en el amor todo va cuesta abajo, su esposa murió, la mujer con la que pensaba formar un...