CAPÍTULO 34 ATAQUE

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Jazmín
Me encuentro en el hospital, mi cita es a las diez de la mañana, faltan solo cinco minutos y Carlos no llega.

Cada mes tengo que acudir solo para control, y hay ocasiones en las que él no puede acompañarme, y como ahora, lo hace Julián, aunque Julián, siempre está, y no me importa, porque yo sé que si por Carlos fuera no se las perdería, sin embargo, hoy es especial y desearía que estuviera aquí, porque si todo sale bien, como ha venido sucediendo durante los últimos meses, hoy seré dada de alta definitiva y todos estos tediosos exámenes mensuales por fin dejarán de ser.

Pasan diez minutos y dicen mi nombre, con aparente calma me encamino hacia el interior del consultorio, y digo con aparente, porque lo que menos tengo es calma, desearía que Carlos estuviera a mi lado, pero no lo está, hace unos minutos me marcó, seguía atorado en el tráfico, sin posibilidades de llegar pronto.

El médico y las enfermeras son amables conmigo. Ya nos conocemos bien, después de tanto tiempo. Me piden que me recueste en la camilla, es una revisión de rutina.

_ Quieres que espere afuera? - dice Julián.

_ No es necesario. - hablan al mismo tiempo el médico y la enfermera que me atiende, los demás ya salieron. Yo sonrió y le digo también que se quede.

Se hace a un lado para no estorbar y yo me dispongo a recostarme, cuando escuchó el estruendo de la puerta abriéndose con brusquedad, no tengo tiempo de reaccionar porque Julián ya está a mi lado interponiéndose entre el atacante y yo, no puedo ver de quién se trata, pero escucho su voz y la piel se me eriza.

Escucho gritos y disparos, caigo pesadamente sobre la camilla y luego siento como Julián me empuja y caigo del otro lado, me duele todo, quiero incorporarme, pero no lo hago, porque escuché a Julián decirme que me esconda cuando me cubrió y decido obedecer.

No sé cuánto tiempo pasa, a mí me parece una eternidad, escuchó voces, escuchó a Bryan gritar y maldecir, incluso escuchó la voz del médico y la enfermera, mezcladas con las demás, pero no escucho a Julián, quiero incorporarme y buscarlo, pero me contengo, él me pidió que me escondiera, por él no salgo.

Sigo escuchando forcejeos gritos y cosas que caen, y por fin un poco de calma, una enfermera llega hasta mí y me ayuda a incorporarme, solo para alcanzar a ver cómo se llevan a Bryan sometido y a la fuerza, pero aún tiene la osadía de volverse hacia mí.

_ Tu eres mía y no serás de nadie más. - grita fuera de sí. _ así tenga que matarte. - no alcanza a decir nada más porque se lo llevan.

Yo me recompongo del susto y busco a Julián, pero no lo encuentro, hasta que lo miro en la camilla en donde minutos antes estaba yo y lo veo tendido, pálido con los ojos cerrados, es entonces que veo la sangre en su pecho. El médico y dos enfermeras ya lo están atendiendo, pero él no da señales de vida.

Estoy a punto de ponerme histérica, pero me controló, el no querría eso, sin embargo, no puedo dejar de pensar que está así por mí, una vez más antepuso su vida y su seguridad por mí, las lágrimas asoman a mis ojos, pero no me permito llorar, tengo que ser fuerte para él. Me quedo quieta donde no estorbe, no quiero que me saquen, es mi hermano, voy a estar con él.

***
Estamos en la sala de espera, se estaban llevando a Julián a quirófano, cuando Carlos llegó, le conté lo que había pasado a grandes rasgos, y como pude, porque con él a mí lado, fue que me permití llorar. Lo bueno es que ya lo sabia, ya había sido informado desde el primer momento en el que llegó.

_ Estará bien. - me abrazó con ternura. _ es joven y fuerte, solo por no defraudarte, no se dejará vencer. - aseguró y yo también lo creía.

Ahora, esperamos que salga el médico y nos diga que está bien, porque lo va a estar.

Varias horas después por fin aparece, Carlos y yo nos ponemos de pie de inmediato.

_ Se recuperará. - dice y no puedo evitar llorar, pero está vez es de alegría. Carlos y yo nos abrazamos después de agradecer al médico y de que él se marchara.

Carlos
Estoy agotado, en estos momentos estoy llegando a casa, es de noche y me siento mal, porque ha sido una semana de ir y venir y no he estado con mi familia como es debido. A estas horas los niños están dormidos, y Jazmín, intenta esperarme, pero la vence el sueño. Hace ya una semana que todo esto empezó y ella como yo llegamos a casa exhaustos, ella, porque insiste en pasar la mayor parte del tiempo al lado de Julián, que aún está en recuperación, recibió dos impactos de bala, una dio en su pecho, sin causar mayores dañosy otra perforó su pulmón, pero como es sano, fuerte y no tiene vicios, se está recuperando bien.

En cambio, mis asuntos son otros y por supuesto cada vez que puedo me reúno con Jazmín en el hospital, para ver cómo sigue.

Lo que sucedió esa tarde fue un conjunto de situaciones que no debieron suceder, por ejemplo, desde el día anterior Bryan había escapado de prisión y nadie nos dio aviso, cuando menos para estar alertas, luego está el equipo de seguridad, son los mismos que he tenido siempre, Mateo y yo hablamos de cambiarlos y quedamos en eso, pero su contrato vencía en unos cuantos meses más y acordamos que lo terminaríamos, por desgracia al enterarse de que no renovaríamos, en lugar de motivarlos a dar un mejor servicio, por si reconsiderábamos nuestra decisión, al parecer optaron por lo más fácil, hacer que trabajaban cuando en realidad solo se hacían tontos, por supuesto que eso trajo consecuencias y ahora no solo se rescindido el contrato, sino que hay una demanda de por medio en su contra, porque por su negligencia mi esposa fue atacada y mi cuñado casi pierde la vida, si ellos hubiesen hecho bien su trabajo, ese idiota, ni siquiera hubiera podido entrar al hospital, o hubieran dado la voz de alerta, hubiesen llamado a la policía, era algo tan sencillo y no lo hicieron, quizás por venganza, no lo sé, pero ahora se atendrán a las consecuencias.

Jazmín
Hace más de una semana que Julián está aquí, sobra decir que no lo he dejado solo y tengo que agradecerle a Carlos que no me lo haya impedido o que se moleste porque lo hago. Él sabe lo importante que es Julián para mí, y sobre todo que no tiene nada de qué preocuparse, nuestra relación es meramente de hermanos, aunque muchos lo duden, porque nos llevamos mejor que muchos hermanos de sangre, y la prueba es mi esposo, son diez y solo dos están cerca de él, la verdad que siempre estaremos el uno para el otro.

Yo me adelanto a entrar, mientras Carlos es interceptado por una de las enfermeras que atiende a Julián.

Entro sin llamar a la puerta y oh sorpresa. La elegante mujer que está a su lado me sonríe y yo no puedo más que hacer lo mismo. Volteo a verlo a él y reconozco ese brillo en sus ojos, su sonrisa es radiante.

AVISO:
Mañana el capítulo final. Saludos afectuosos. ♥️♥️♥️

OTRA OPORTUNIDAD/No. 3 De La Serie: HERMANOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora