CAPÍTULO 24 ELLAS ESTÁN BIEN

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Jazmín
_ ¿Sucede algo? - miro a Carlos con intriga.

_ Si. - toma mi rostro entre sus manos. _ hay buenas noticias, no te he dicho que Bryan ya está preso y es difícil que salga de esta, son muchos los delitos que enfrenta, no solo aquí, si no en Estado Unidos también, y la mejor de todas es que tus hijas por fin aparecieron y están bien.

Lo miro, no lo puedo creer, ¿será que escuché mal?

_ Ellas están con mi hermana y mi cuñado, están en su casa, están a salvo y están bien, ese tipo no les hizo daño.

No puedo decir nada, un nudo se ha apoderado de mi garganta. Aún no lo creo, pero lo miro y sé que es real, en primer lugar, su mirada dulce me dice que no miente, ni juega conmigo, en segundo lugar, Julián me lo había dicho antes del ataque de Bryan. Es verdad, mis hijas aparecieron y están bien. No puedo evitar las lágrimas, no puedo evitar estremecerme por los sollozos, estoy llorando, llorando de verdad, él me abraza de nuevo, siento el calor de su cuerpo y se siente tan bien, tan reconfortante, doy rienda suelta a todas esas emociones que me estuvieron agobiando durante los últimos meses, el llanto no puede parar, y él con toda la paciencia del mundo me contiene, siento su mano acariciando mi cabello, y me empiezo a calmar, me separa por un instante y limpia con ternura mis lágrimas, luego sin previo aviso posa sus labios, primero en una de mis mejilla y luego en la otra, es como si con sus besos pudiera borrar toda esa angustia y todo ese torrente de lágrimas que siguen fluyendo de mis ojos, cuando pienso que eso es todo, toma con delicadeza mi rostro, me mira a los ojos y me besa, es un beso suave, delicado, cargado de ternura, y yo no soy capaz de rechazarlo, no podría, lo amo, y aunque no se lo digo, creo que él lo siente, porque me abraza y su abrazo me transmite cientos de sensaciones, incluso creo que me voy a desmayar, pero no lo hago porque él no me lo permite, su cercanía, su aroma, su tacto, todo él, me mantiene en alerta y me tiene cautivada.

_ ¿Cómo las encontraron? - fue lo primero que dije, después de reaccionar. _ ¿quién las tenía?

_ Siempre estuvieron al cuidado de tu amigo Julián. - dijo. _ y antes de que te enojes con él. - se apresuró a decir. _ Bryan prácticamente lo tenía secuestrado y totalmente vigilado, todo este tiempo estuvo bajo amenaza de lastimar a las niñas si no hacia lo que quería, pero ahora, también él está a salvo y fuera del alcance de tu ex.

_ Aunque quisiera. - digo con los ojos aún cristalizados. _ no podría enojarme con él. Por el contrario, le debo tanto. Le debo mi vida y la de mis hijas. Necesito hablar con él, necesito ver a mis niñas.

_ Todo a su tiempo, me dice. _ ahora concéntrate en recuperarte y luego ya veremos, lo bueno es que ellas y él están bien y pronto las tendrás aquí, imagínate. - me mira divertido. _ ahora están con mis hijos, te aseguro que la están pasando genial.

_ Cuando vayas por tus niños, en lugar de dos vas a traer a cuatro. - sonrío también. Esta información ha cambiado mi vida de nuevo. No puedo evitar abrazarlo y darle las gracias una y otra vez.

Carlos
Estamos en casa de nuevo. Todo ha regresado a la normalidad.

Después del susto pensé que Estefanía, Mónica y Román, quizás ya no quisieran estar a mi servicio, pero se portaron valientes y decidieron seguir, después de todo, el peligro ya había pasado, de eso hace ya dos semanas. Jazmín ha continuado con sus terapias, le está echando muchas ganas, porque en un par de días por fin se reunirá con sus hijas, y no es que no haya querido reunirse con ellas antes, es lo que más anhela en este mundo, pero la verdad es, que no era conveniente, por la situación en la que ella se encuentra de salud, las niñas se iban a asustar al verla, o quizás ni siquiera la hubiesen podido reconocer. Fue muy valiente al aceptar esperar, ya había esperado tanto tiempo que, ¿qué más daba unas semanas más o unas semanas menos?, y sobre todo, sabiendo que están bien y que ya no corren peligro, además de que no están solas, porque siempre ha estado con ellas Julián. _ ya no iré yo por ellas y mis hijos, serán Mateo y Elisa quienes los traigan de regreso, Julián está incluido por supuesto.

Lo bueno de todo esto es que tanto las niñas como mis hijos están felices, porque están juntos y dudo que nos extrañen a nosotros, sus padres, al menos aún no y menos con el trato que Elisa y Mateo les dan, los tratan como reyes, como si fueran sus propios hijos.

Hablando de eso me encantaría que mi hermana le pudiera dar hijos a Mateo, ella dice que ya está muy grande para eso, que ya pasaron sus mejores años, pero yo creo que está muy a tiempo, quizás ya no pueda darle una gran familia, pero cuando menos uno o dos hijos sí, sé que se muere por ser madre, aun cuando ya lo fue de nueve, porque aunque no nos parió, nos crío a mí y mis hermanos, y lo hizo muy bien, tan bien que los que quisimos aprovechamos la oportunidad y salimos adelante, y los que no, fue porque no quisieron, sé y reconozco que todos les debemos lo que somos a ella y a mi hermano mayor Fabián y que mientras ellos tuvieron control de nosotros fuimos buenos chicos, ya que, desde que nosotros empezamos a tomar nuestras propias decisiones y a alejarnos de ellos, fue que desviamos nuestros caminos, quizás influenciados por la nueva vida que escogimos o los amigos que adquirimos, o simplemente porque quisimos, la verdad es, que no podemos culparlos a ellos de habernos educado mal, lo hicieron lo mejor que pudieron y me alegra tanto que a ambos por fin les esté yendo bien, no podían merecer menos.

Y como no estar agradecido, si una vez más por los acertados consejos de mi hermosa hermana es que tengo aquí a Jazmín, es que recapacité y a pesar de que no estaba muy convencido de su inocencia acepté darle otra oportunidad, aun cuando todo la condenaba. Siempre voy a lamentar el haber tardado tanto en buscar la verdad. Ella no estuviera como está en estos momentos, luchando por levantarse de nuevo, esforzándose por recuperarse para que sus niñas puedan verla medianamente bien y no se asusten, aunque no lo crean esto me parte el corazón, pero a la vez mi admiración por ella crece con cada logro que hace.

Es increíble lo que él amor hace y no me refiero el amor que pudiera tener hacia mí, si no el amor de madre, la verdad es que ha mejorado tanto, su cuerpo ya empieza a tomar forma de nuevo, ya no está en los huesos como antes, ya puede dar paseos cortos por el jardín, su rostro ha adquirido color, su cabello empieza a parecerse a su hermosa cabellera que lucía antes, las fuerzas están volviendo poco a poco, y que ¿cómo lo sé? Porque día a día ahí estoy con ella, juntos hemos hecho equipo, la verdad es que Estefanía ya no es tan necesaria, pero la sigo teniendo porque ella es la profesional aquí y me siento seguro con su presencia, me aterra que le vaya a suceder algo o que se presente alguna emergencia y nadie la pueda ayudar. Así que aún la tendremos por un buen tiempo.

OTRA OPORTUNIDAD/No. 3 De La Serie: HERMANOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora