Aspen

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la negra noche, fría y nublada era perfecta ese 15 de julio.

un castaño caminaba de puntitas hacia la sala con sus botas para la nieve en mano y la mochila en la espalda.

estaba intentando ser lo menos ruidoso posible para no despertar a las otras tres personas que dormían en esa casa.

llegó a la sala y tomó las llaves del auto que su padrastro siempre dejaba sobre la mesa de la sala, estas haciendo un pequeño cling.

las metió a su bolsillo y caminó con sigilo a la puerta de la entrada, la abrió, se sentó en el suelo para ponerse sus botas y poder caminar sobre la fría nieve que caía en esa noche de verano.

pareciera que en South Park solo dejaba de nevar el cuatro de julio y el resto del año estaban cubiertos por un invierno eterno.

una vez terminó de abrocharse las agujetas salió, cerró la puerta y abrió el auto.

encendió el motor, puso el seguro, prendió la calefacción y sacó su celular.

escape a Aspen equipo O

Hoy

tú: chicos, ya estoy en el auto, dense prisa.

Pobre: ya vamos hacia aya, espera un poco Cartman.

tú: Ratón ¿qué te dije? hay que usar los nombres código

pobre: no pienso llamarte "Dios"

tú: bueno, entonces yo no pienso llevarte en el auto de MI papá.

pobre: aveces te odio, Dios

tú: mucho mejor

tú: donde están, los demás, ¿están contigo?

pobre: ya el caminante, vibrador y yo estamos en el parque

drogadicto: no me gusta esto de los nombres clave, ¿por qué tengo que ser vibrador? AGH, mucha presión

hot wheels: ¡¡¡TIMMY!!!

tú: porque si vibrador, solo dense más prisa.

el castaño bajó su celular, todavía les faltaban unos minutos antes de que llegaran los demás.

miró la radio del auto, podría poner poker face para pasar el rato sin aburrirse, pero podría ser oído y arruinar el plan así que se contuvo.

miró por la ventana del auto, viendo los copos de nieve caer al suelo, suspiró, le recordaban a las pecas del pelirojo.

que aunque cuando eran niños el no las tenía con el tiempo le fueron apareciendo y aunque al principio se burlaba de él por ellas con el tiempo realmente le gustaron, admitiría que algunas veces tubo curiosidad de contar cuantas tenía pero eran muchas matemáticas además de que sería incómodo estar teniendo que explorar el cuerpo de Kyle de esa manera y más cuando aun se suponía que eran amigos, aunque no sabía si el beso que le dio en el baño cambiaba eso.

era confuso aún, maldito Kenny, para que tenía que interrumpir ese bello beso, pensó el de ojos bicolor.

en eso escuchó un golpe sobre la ventana del auto, volteó a ver e inmediatamente reconoció esa vieja parka naranja y rota.

kyman my beloved Donde viven las historias. Descúbrelo ahora