castigado

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ahí estaba, en la misma sala de la que salió a escondidas la noche anterior, parado frente a la puerta, mientras que su padrastro le gritaba molesto, su madre junto a el, incluso la vieja gata parecía decepcionada de él por la manera en la que estaba sentada en el sillón mirándolo. se podían escuchar lloriqueos de Clyde. pero todo esto poco le podía importar.

no se arrepentía de absolutamente nada.

-¡pero es que en qué cabeza cabe Cartman! estas viendo que tu hermano terminó así- reclamo el beta -¿¡¿QUÉ TE HACE CREER QUE NO TE VA A PASAR A TI?!?- añadió tomando aire para seguir gritando -ahorita si, muy bonito, seguro tú ya tienes un alfa y te dice que te quiere mucho y todo, pero nada te asegura que un día le llegue el rut o un celo, poco les importe y te terminé embarazando igual que a tu hermano- se quejó el mayor.

-eric malito- reprendió la alfa -no te escapes de la casa por la noche- añadió mirando directo a los ojos molestos y aburridos del menor.

-¡MEOW!- se quejó la de ojos ámbar

-sí, sí, como sea, ¿cuánto tiempo voy a estar castigado por culpa de la puta madre de Kyle?- soltó sarcásticamente.

los ojos marrones del castaño lo veían molestos a través de sus lentes.

-ve a tu cuarto señorito, después vamos a ver qué vamos a hacer contigo- bufó el que se estaba empezando a quedar calvo.

el de chamarra roja poco le importaba y subió a su cuarto, al fin y al cabo eso es lo que iba a hacer si no lo hubieran detenido en la entrada.

en cuanto entró vió a el otro omega llorando en la litera de abajo, la cual parecía más un nido por toda la ropa que el castaño había amontonado sobre ella, abrazado a una almohada.

-ahora ¿qué tienes marica llorón?- exclamó él más bajo al ver al contrario llorando.

-necesito a Tolkien- chilló mientras se acurrucada más en su nido.

Cartman sabía gracias a las pocas clases de baja calidad que les daban en la escuela sobre sexualidad que cuando un omega marcado es dejado lejos de su alfa sentían una tristeza extrema.

-te vez patético- soltó sin más solo subiendo a la litera de arriba con la bolsa de Cheesy poofs que Kenny le había dado la noche anterior ya que era lo único que no se comió durante la fiesta.

el castaño más alto empezó a llorar aún más fuerte.

el más ancho solo se sentó en su cama, comiendo los Cheesy poofs y mensajeando por el chat grupal que tenía con sus amigos, escuchando a Liane y Roger discutiendo en la cocina, escuchando como Clyde dejaba de llorar para ir a vomitar.

cosas que ya se habían convertido normales en esa casa, el castaño que antes estaba acostumbrado al completo silencio de la soledad que antes tenía, a estar acostumbrado a el no poder estar solo ni en su propio cuarto.

pero un ruido que no era para nada normal en esa casa sonó, el timbre de la casa.

el castaño, impulsado por la curiosidad bajó de la litera lo más rápido posible, entreabriendo la puerta para poder escuchar todo el chisme.

-buenos días señor Donovan, sé que yo y su hijo hicimos cosas que no devimos hacer, pero porfavor, déjeme verlo, le juro que yo de verdad lo am...- dijo Tolkien con un ramo de rosas y una caja de chocolates en mano antes de ser interrumpido.

-¡¡LÁRGATE DE MI MALDITA CASA O TE VOY A CASTRAR!!, ¡¡¡CABRÓN!!!- gritó molesto el mayor.

-señor porfavor, esta marcado, necesita de mi compañía- expresó el de tez oscura.

kyman my beloved Donde viven las historias. Descúbrelo ahora