Doctora

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María Garza

Llevaba semanas encerrada en un piso, y a decir verdad si no fuese porque llevaba el mismo tiempo sin ver ni sentir a mis chicos hubiese estado agradecida por el tiempo extra de estudio. Quedaban pocos días para terminar mi carrera y poder ser por fin doctora. Era una estudiente avanzada, en mi infancia me salté varios cursos y puede que fuese por eso que mis habilidades sociales fueran bastante escasas. Nunca me molestó no tener amigos ni a nadie con quien hablar, estaba acostumbrada a estar sola. Aunque después de recordar el estado en el que mi padre dejó a mi madre el día que me llevó al orfanato, no tardé demasiado en aceptar la ayuda y compañía de Nick. Al parecer tenía parientes italianos, más bien mafiosos conocidos según él. Su padre fue un italiano importante en su día, pero desde que le perdió un cargamento al antiguo capo de la bratva cayó en desgracia. Su madre era una mujer importante en la sociedad rusa y al ver que su marido era un despojo lo dejó junto a su hijo, y nunca más supo de ella. Al final su padre le obligó a unirse a la bratva para salvar el pellejo. Me contó todo esto para que entendiese porqué me estaba ayudando, no quería permitir que me obligasen a entrar en ese mundo. También intentó explicarme que me hacía tan valiosa para el alemán, pero le corté al instante. No quería saber nada más de ese tipo, solo recordarlo me ponía mala. Le pedí ayuda solo para desaparecer del radar de la mafia, la que fuese, solo quería continuar con mi vida. Yo era María Garza, empresaria y futura doctora, nada ni nadie más. Me prometió ayudarme a mantener un perfil bajo y lograr graduarme, aunque me advirtió lo terco que era Vladimir. 

Oí el ascensor subir, y me puse tensa, cogí un cuchillo y me escondí en el lavabo. 

- María, Judas está aquí.- Oí como mi perro corría directamente a donde yo estaba encerrada, abrí la puerta para recibir a mi pequeño. Me bañó en lametones y estuvo muy entusiasmado de estar conmigo por fin.- Leo sigue en la mansión, me parece que esperaba que fueses tu a por él...

- ¿Cómo los has visto?

- Mal, estaban borrachos y cabreados. A Vlad le ha faltado poco para acabar conmigo, no creo que renuncie a ti así de fácil... No saben nada, María... 

- Eso es lo que los mantiene a salvo, si supiesen lo del alemán y lo que pretende hacer conmigo. La guerra entre vuestras mafias se adelantaría y los esfuerzos de Vlad por manteneros vivos no habrían servido de nada, además en tres días me voy.

- No creo que esa sea la solución, estas huyendo y alejándote de quienes darían la vida por protegerte.

- Ya lo hemos hablado Nickolay. Si solo soy una huérfana sin familia, pareja o amigos, no va a tener ningún poder sobre mi. Por eso me alejo... Por favor, no me des más sermones te pago para que me protejas hasta que me largue de aquí, haz tu puto trabajo.- Me miró muy mal y resopló.

- ¿Quería algo más de mi señora Garza?- Se le notaba molesto.

-Sí, quiero saber que es lo que pasó con mis hermanos. Comentaste que yo era la única heredera viva de mi... del alemán. ¿A qué te referías con eso?- Resopló y se sentó en el sofá, lo seguí e hice lo mismo.

- Llegaste a tener en su día al menos cuatro hermanas y un hermano, todos ahora mismo están en el panteón familiar junto a sus madres... Intentó casar a todas tus hermanas con amigos suyos... Algo terrible, esos hombres podrían haber sido perfectamente los padres o incluso los abuelos de esas crías. Por suerte o por desgracia, ninguna llegó al altar, o se suicidaban o morían en circunstancias extrañas... Por otro lado, el chico...- Me miró con tristeza y suspiró. Me agarró la mano como si necesitase apoyo para lo que me iba a contar.- Fue asesinado, como venganza. Tu familia, la de tu madre, se tomó la justicia por su mano al ver al alemán rehacer su vida.- Abrí los ojos como platos. Sabía que estábamos hablando de gente que se mueve en lo inmoral, pero jamás me esperé eso.- Tienes que entender que para ellos fue una falta de respeto que no buscase ni a su reina ni a su princesa. María, tienes que entender que si llegan a saber que estas viva, tu vida va a cambiar te guste o no... Heredarás todo ese poder, toda la mafia italiana.- Me levanté aturdida, tenía mucho que digerir en poco tiempo. Fui a la cocina y serví un par de copas de vino. Una se la acerqué  y esperé a que continuase.- ¿Qué más quieres saber?

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