One shots -Jimin- (Segunda Parte)

Esas son tus reglas.

Jimin ladeó la cabeza. La sangre en el suelo comenzaba a mancharle la suela de los zapatos. 

- ¿Podemos irnos ya? - La chica movió los pies en el aire, sentada sobre una larga mesa de roble. - Quisiera disfrutar un poco de la fiesta. 

- Estaremos allí en un momento. - Se inclinó sobre el cuerpo inerte del hombre al que le había disparado minutos atrás. Rebusco algo en uno de los bolsillos de su camiseta. - Creí que te gustaba acompañarme a estas cosas. 

Ella miró un momento el revolver que tenía al lado, casi rozándole el muslo. 

- No me malinterpretes, Min. - Él levantó la mirada momentáneamente. - Somos los anfitriones de la fiesta. - Se calzó los tacones y se levantó de la mesa. - ¿No te parece de malos modales dejar a nuestros invitados?

Jimin se levantó, viendo una pequeña llave entre sus dedos, resplandecía. 

Ella se cruzó de brazos. Jimin se acercó, tendiéndole la mano derecha.

- Ven aquí. - La atrajo con suavidad hacia él, dejándole un pequeño beso en la frente. - Hacemos fiestas, no es nuestro trabajo disfrutarlas. 

Ella levantó la cabeza y lo tomó con suavidad de la nuca, haciéndolo sonreír con el tacto. 

- Esas son tus reglas. - Juntaron ambas frentes y Jimin terminó por entrelazar sus manos, descansándolas sobre el inicio de sus nalgas. Ella se removió un poco. - No recargues tu arma sobre mí. 

Él sonrió y ella frunció el ceño, empezando a alejarse. 

- No seas quisquillosa. - Dejó caer el arma al suelo y la empujó hacia él desde el trasero. 

- Aún nos queda tiempo para bailar algunas canciones. - Rozó sus narices y le acarició la mejilla izquierda. - Podemos beber un poco de Whisky. 

Jimin sonrió con malicia. 

- Me encanta cómo te pones cuando bebes Whisky. - Dejó un pequeño beso en sus labios rojos y le apretó la cadera. Ella rio con suavidad. 

- Tú te lo pierdes. - Negó con la cabeza levemente mientras se mordía el labio. - Por aguafiestas.  

- No trates de persuadirme. - Ella le plantó un beso en la mejilla derecha, dejándole una marca roja del labial. - La última vez que te permití manejar la situación, perdí un millón de dólares. 

La vio sonreír. 

- Eso fue hace muchos años Min. - Él suspiró y le acarició la mejilla. 

- Exactamente un año. - Ella rodó los ojos con diversión mientras le acomodaba el cuello del traje. 

- Solo quiero bailar, te lo prometo. - Él enarcó una ceja mientras ella comenzaba a agacharse. - Te lo prometo, Min. 

Jimin la tomó de la barbilla y se relamió los labios antes de sonreír. 

- Solo una canción. - Ella hizo un puchero mientras se levantaba. - Quisiera llegar rápido a casa hoy. - Ella se dio la vuelta con una sonrisa en el rostro, caminando hacia la salida. Jimin recogió el arma del suelo con rapidez y se apresuró en darle una nalgada, haciendo que casi cayera sobre el hombre muerto en el piso.