One shots -Jimin- (Segunda Parte)

Adicción.

- Yo lo pensaría varias veces antes de hacerlo.

Jimin ladeó momentáneamente la cabeza. Mientras ella permanecía apoyada sobre la pared, con una copa de vino entre los dedos y las luces cálidas pasando por su cara.

- ¿Antes de hacer qué?

Ella se encogió de hombros y dio un sorbo a la copa, dejando su pinta labios sobre el vidrio.

- Los vampiros suelen volverse adictos a cualquier tipo de sangre.

Jimin miró momentáneamente la chica que estaba pegada de gancho a su brazo izquierdo mientras ella le acaricia el pecho.

- ¿Por qué me lo dices?

Ella entre cerro los ojos y luego suspiró.

- Suelo venir aquí en las noches... - Se encogió de hombros. - Jamás te había visto, así que asumo que es tu primera vez en un lugar así.

Las mejillas de Jimin se tiñeron de un rojo suave, pero gracias a las luces rojas, nadie podía verle.

- ¿Qué eres?

Ella sonrió y mientras caminaba hasta tocar hombro con hombro, le dio otro sorbo a la copa.

- La sangre de los humanos te logrará llenar un 10%. - Le susurró. -Puedes correr el riesgo de desangrar a esa rubia en cualquier momento. - Lo miró de reojo. - Si no te controlas. - Volvió a beber de la copa. - Si prefieres algo más seguro, te esperó en la barra.

Ella siguió caminando hasta perderse entre las personas, mientras Jimin permanecía quieto y con un leve calor recorriéndole el cuerpo.

La rubia se abrazó a su cuello mientras le susurraba algunas cosas al oído, mientras Jimin intentaba apartarla de la manera más gentil posible.

Perdió a la rubia entre las personas y se acercó a la barra, mientras aquella peli negra le sonreía de lado.

- Pedí un poco de plasma para ti, ¿alguna vez lo has probado?

Jimin se apoyó a su lado y tomando la copa, asintió.

- La última vez que bebí de esto no recordé nada de lo que había pasado luego de dos días con dolores de cabeza terribles.

Ella río un poco y luego de chocar suavemente sus copitas, lo bebieron todo.

- ¿Es normal que alguien que no es vampiro tome plasma?

Ella sonrió y le hizo una seña al mesero para que le facilitara una botella de whisky.

Jimin se perdía viendo su cuello descubierto, al igual que sus clavículas y parte de su pecho. El vestido que tenía guardaba un profundo escote y su espalda estaba descubierta. No tenía unos pechos enormes, pero, bajo el vestido, se podía ver que guardaba una bonita figura. Sus uñas eran largas y en punta y al igual que su cabello oscuro, toda su ropa le combinaba.

- Si quisiera también bebería sangre, pero no es de mi gusto. 

Jimin sonrió y se acercó más a ella, mientras sentía su olor a tierra mojada.

Ella pasó sus fríos dedos por las clavículas descubiertas de Jimin, mientras él sentía una corriente pasarle por el cuerpo.

- ¿No es de tu gusto? - Preguntó. 

Ella sonrió y le dejó un suave beso en la mejilla, mientras Jimin le veía los ojos felinos al separarse de él.

- No eres un vampiro. - Vaciló, viéndola con recelo. - Ella sonrió y negó. - ¿Por qué viniste?

Él se encogió de hombros y mientras se servía un poco de whisky en su vaso, le miró.

- Para divertirme e intentar vivir de excesos, después de todo tengo toda la eternidad.

Ella sonrió y se relamió los labios.

- Te cuesta seguirle el ritmo a tus amigos ¿No?

Jimin se sonrojó por segunda vez, ella río suavemente. Se encogió de hombros y se inclinó un poco sobre ella mientras la veía tomar algo de whisky.

- Puede que estés un poco equivocada.

Ella arrugó la nariz y Jimin sonrió.

- La verdadera pregunta es, ¿por qué alguien como tú termino siendo un vampiro?

Jimin se encogió de hombros y se tomó todo el Whisky que tenía en el vaso.

- Larga historia... No es muy linda si me lo preguntas.

Ella levantó ambas manos mientras sonreía.

- Está bien, no preguntaré sobre eso.

Jimin sonrió mientras se volvía a inclinar sobre ella y le acaricia la mejilla.

- ¿Por qué mencionaste lo de la sangre?

Ella sonrió y mientras se acercaba lo suficiente como para que sus labios se rozaran, le acarició la mejilla.

- Por qué mi sangre sí es una verdadera adicción. 

Jimin tragó en seco al entender la indirecta.  Ella le sonrío de nuevo y se servió más whisky.