Cuidarte.

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El gerente de una gran cadena de locales de comida italiana, los había invitado formalmente a la inauguración del nuevo local que se abriría cerca a la zona central de Seúl. 

El evento pasó con normalidad. Al cruzar las puertas de vidrio para salir del lugar, había un gran grupo de personas esperando con cámaras y celular en mano, disparando los flashes al momento de verla salir. Los guardaespaldas, que iban rodeándola, se apretaron más contra ella, evitando que cualquiera pudiera tocarla, sin embargo, en un pequeño descuido, un hombre logró alzarle la falda. 

Jimin se detuvo, tomó al tipo de la camiseta y le dio un puño, directo en la nariz. 

La gente gritaba mientras Jimin recibía un puño también en respuesta. Los demás lo tomaron de las ropas y lo arrastraron hasta la camioneta, donde ya se encontraba ella. 

- Jimin, por dios.

Ella tomó rápidamente un pañuelo que había sobre uno de los asientos y se lo puso sobre la nariz. 

Jimin respiraba por la boca, mientras ella sostenía el pañuelo sobre la nariz. Lo tomó de la nuca y le inclinó un poco la cabeza al frente. 

- Iré por ese hijo de puta. - Intentó levantarse. 

Ella lo tomó por el brazo mientras lo empujaba hacia ella para que no abriera la puerta. Los demás lograron entrar en la camioneta, aun con la gente gritando a fuera y pusieron en marcha el coche.

- ¿Está bien? - Preguntó el conductor. 

La chica asintió mientras le sostenía la cabeza a Jimin hacia abajo y le apartaba los cabellos de la cara.

- Yo debería estar cuidándote a ti. - Gruñó. 

Ella le sonrió con ternura y le acarició la mejilla mientras él tomaba el pañuelo y se lo sostenía solo.

- Tendremos más cuidado para la próxima, siento mucho que haya pasado eso. - Se disculpó el copiloto, viéndola por el retrovisor. 

El chico se inclinó un poco sobre el volante y luego le sonrió con las mejillas rojas. Ella negó con la cabeza, mirando a ambos guardaespaldas desde el retrovisor, les sonrió.

- No es nada. No importa, todo está bien.

Jimin gruñó a su lado y se quitó el pañuelo para asegurarse de que el sangrado ya hubiera parado.

- No es normal que ningún hijo de puta te toque.

Ella le limpió la sangra seca con uno de los pañuelos mojados que siempre llevaba en su bolso, sonriendo por oírlo hablar así. 

Luego de conducir a casa, los demás se disculparon una vez más.

- Traeré la caja de los primeros auxilios. - Lo señaló con el dedo índice. - No te muevas.

Jimin se sentó en uno de los sillones y mientras esperaba, se quitó la camiseta.

Apareció por el pasillo con la caja de metal mientras hurgaba entre las cosas. Espero a que sacara un pañuelo medicado y luego de arrodillarse entre medio de sus piernas, aun en el suelo, le pasó en pañuelo delicadamente para limpiar por completo la sangre.

- Levántate del suelo, te vas a tallar las rodillas.

Ella le sonrió mientras hacía bolita el pañuelo y lo dejaba sobre la mesita.

- Vamos, levántate.

Ella se apoyó sobre sus muslos y levantó la cabeza mientras le sonreía.

- A veces está bien que te cuide yo a ti.

Jimin negó mientras se inclinaba sobre ella y le veía con los cabellos cayéndole por la cara.

- Yo soy tu guardaespaldas.

Ella sonrió y le acarició la mejilla mientras se acercaba para besarlo.

- A veces también puedo cuidarte las espaldas.

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DannaRincon89


One shots -Jimin- (Segunda Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora