Te esperaré aquí.

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Jimin permaneció parado en una esquina de la gran sala impregnada de colores blancos, en su mayoría cerámicas.

Tanta luz, lograba molestar a Jimin, sentía que estaba en una especie de hospital muy moderno de alguna película de acción con un final entrañable.

Mientras veía a los trabajadores pasar de aquí allá con cajas de todos los tamaños, se percató del número de personas que estaban allí esperando al igual que él y se sorprendió un poco porque eran alrededor de 20.

- Caballero, venga conmigo.

Caminó detrás de un hombre con un traje de gala color negro y una corbata en tonalidades rojas. Le recordaba vagamente a un mayordomo de las casas inglesas en los dibujos animados.

Caminaron por unos cuantos pasillos hasta llegar a una gran puerta de metal, que parecía estar blindada, el hombre se giró para verle con una sonrisa.

- Esta es la armería, aquí podrá encontrar cualquier cosa que necesite. Estaré aquí para guiarlo nuevamente a la salida. Espero logre encontrar lo que busca.

El hombro se movió a un lado y abrió suavemente la puerta como si fuera de algodón y luego de una leve reverencia, se alejó entre el pasillo vacío.

- ¿Park Jimin?

Jimin asintió, viendo la chica que le sonreía con cierta ternura. Entró en la sala que, para su sorpresa, era bastante amplia.

- Dos en punto. - Miró el reloj en su muñeca izquierda. - Muy puntual señor Park.

Jimin se sonrojó y se rascó la nuca levemente.

- No hace falta tanta formalidad... De verdad.

Ella río levemente.

- Ser formal en este trabajo es muy importante, se vuelve costumbre. - Le guiñó un ojo. 

Jimin le sonrió, viéndola caminar. 

Lo único que tenían allí eran mesas del mismo color que el suelo y las paredes, tan limpias que parecían espejos. En las paredes había algunas manijas de color plateado, seguramente toda la sala estuviera rodeada de armarios llenos de armas.

Eso era lo que Jimin deducía.

- ¿Qué buscas? No decía nada en tu cita de petición, así que supongo que necesitaras varias cosas.

Jimin la miró unos segundos con los labios entre abiertos y luego los cerró.

- No busco nada con exactitud. - Miró el lugar de nuevo. - Nunca había visitado un lugar así.

Ella asintió, arrugando la nariz y se acercaba a las paredes llenas de armarios.

- Contamos con bastante variedad. Tenemos tiradores, subfusiles, francotiradores, escopetas, fusiles de asalto, pistolas, cuchillos, granadas, entre otros miles de cosas.

Jimin veía fascinado como luego de presionar suavemente las paredes salían centenares de armas, de todos los tamaños y colores. Al igual que los cargadores, chalecos, mascaras anti gas e incluso, logró ver espadas.

- Puedes acercarte a verlas, anda.

- ¿Cuál es el nombre de esta?

Ella se acercó con las manos en la espalda y se inclinó tras Jimin, asustándolo.

- HVK- 30. Su cargador normal es de unas 40 balas, pero se puede ampliar a 50, también tiene muy buen campo de daño. Aunque es un poco más pesada que las armas promedio.

Jimin siguió caminando mientras veía las armas y la sentía tras suyo vigilando sus movimientos.

- ¿Está de aquí?

- KN- 44. Su modo de disparo es en ráfaga y realmente es bastante cómoda al disparar, no cuenta con mucho retroceso y es más ligera que la anterior.

- ¿Y la de allí?

Ella río y luego suspiró con anhelo.

- Una de mis favoritas. La QQ9 es incluso muy portable, cabe en una mochila normal, también se puede ampliar su cargador y tiene unos modelos fantásticos, incluye láser y visión nocturna.

Jimin se alejó un poco para tener mayor visión de las armas y luego sonrió.

- ¿Dices que tienen aún más cosas?

Ella asintió.

- Creo que también tenemos una guillotina... Pero realmente no sé si esté a la venta, ¿Quien querría una cosa así?

Jimin se encogió de hombros y luego se acercó a ella.

- Bastantes personas, créeme.

Ella río y cerró los armarios abiertos.

- ¿Y bien?

Jimin suspiró y se tronó los dedos.

- Puedes pasar al la sala de prácticas con las armas que quieras y ver cuál te gusta más.

Jimin estuvo encantado con la idea, pero se giró levemente para verla acomodarse un mechón de cabello.

- ¿Vienes conmigo? - Preguntó. 

Ella se sonrojó levemente y negó con la cabeza.

- No puedo moverme de aquí. Son las reglas.  - Él apretó un poco los labios. - De todas maneras volverás aquí para hacer las mejoras. - Le sonrió. 

Jimin suspiró, comenzando a indicarle que armas llevaría, las puso en una mesa transportable y lo acompañó a la puerta.

- Te esperaré aquí.

Le dio un suave beso en la mejilla y mientras le agarraba la mano fugazmente, le dejó un pequeño papel en la mano.

One shots -Jimin- (Segunda Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora