One shots -Jimin- (Segunda Parte)

¿Ocurre algo?

La brisa le empapaba los cabellos y hacía que su uniforme se pusiese más pesado.

 Algunas gotas impactaban en el lente del arma, suspiró, y mientras pasaba su pulgar por el vidrio para limpiarlo un poco, acercó su cara hasta que su ojo quedó enfrente del lente, apretando fuertemente el metal bajo sus manos.

Un fuerte sonido seco se oyó desde lo lejos, mientras volvía a fijarse en su objetivo. La lluvia le dificultaba un poco la vista, pero aun así logró darle en una pierna.

Retrocedió aún acostada en el suelo cuando vio otro francotirador apuntándole. Cuando logró levantarse y creía haberle perdido de vista, una bala rozó su costado. Siguió corriendo hasta resguardarse de la lluvia y se dejó caer recostada sobre una pared mientras jadeaba.

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Logró volver a su apartamento luego de una hora resguardándose de la lluvia y soportando el leve dolor. 

Suspiró, y dejó caer la pesada arma, causando un sonido hueco mientras se quitaba rápidamente el ropaje y encendía las luces.

Dejó las ropas mojadas en el suelo y caminó hacia el baño. Palpó suavemente la herida con los dedos húmedos, procedió a poner un poco de alcohol en una gasa y la puso sobre la herida. No era una herida profunda, la bala solo había rozado, pero el costado le dolía terriblemente. Con las manos temblorosas, se colocó una venda alrededor del abdomen y suspiró al terminar mientras se lavaba brevemente las manos.

La puerta principal la hizo entrar en pánico cuando oyó como la tocaban y sus cosas aún estaban regadas por toda la sala.

Corrió rápidamente mientras cogía las ropas. Al pasar por la puerta, casi tropieza con el arma.

- Un minuto.

Corrió a dejar la ropa en la lavadora y mientras tomaba el arma y la empujaba bajo el sillón, buscó una camiseta vieja y se la colocó rápidamente. Abrió la puerta, encontrando a Jimin con una bolsa de papel entre las manos.

- ¿Dónde estabas?

Ella sonrió, cerrando la puerta.

- La lluvia me sorprendió unas calles cerca de aquí.

Jimin asintió mientras caminaba hacia la cocina y dejaba la bolsa en el comedor.

- ¿Cómo estuvo tu día?

Jimin suspiró.

- Agotador. Capturamos al objetivo, pero había alguien más allí, no pudimos ver quién era, pero logró darle en la pierna a nuestro hombre.

Ella asintió viéndolo traer los platos con la comida italiana.

- Gracias por traer la comida. 

Jimin sonrió y mientras se daban un suave beso, comenzaron a comer entre algunas palabras y miradas suaves.

Luego de un rato, Jimin tomó su chaqueta y mientras se la ponía, ella le miraba con ternura. Le sonrió y mientras la tomaba de la cintura para atraerla hacia él, ella gimió.

- ¿Ocurre algo?

Ella sonrió sintiendo el ardor apoderarse de su piel. Lo tomó por las mejillas y le besó tiernamente.

- Escríbeme cuando llegues a casa.

Jimin le dio un último beso y salió por la puerta mientras ella se tenía mantenía recta soportando el ardor de la herida.