Cada comienzo de temporada fría, solía salir a caminar todos los días en las tardes al bosque que había al sur de la ciudad. Caminaba durante unos 30 minutos hasta adentrarse en el lugar rodeado de gigantes árboles y arbustos.
Iba con su padre, antes de que él y su madre se divorciaran. Siempre le contó que cuando adolescente había encontrado ese lugar justo cuando las hojas de los árboles comenzaban a adornar la tierra y el invierno tocaba la puerta. Su padre era fotógrafo, cada vez que iban allí, solía llevar su cámara para fotografiar a su pequeño retoño.
Solía escribir en el revés de las fotos Brasas de otoño. Y de cariño, su apodo era briza, pero no era su nombre verdadero.
Cuando se fue de la ciudad, ella siguió yendo hasta allí, cuando las hojas de los árboles se comenzaban a poner naranjas y tostadas. No había ganado la pasión de su padre por la fotografía, pero sí solía ir a relajarse todas las tardes. Llevaba su libreta de dibujos, algunos carboncillos y un libro.
Había descubierto algunas ardillas que vivían en una pequeña cueva cerca de la piedra donde solía sentarse. Solía comprarles maní y granos para poder distraerlas mientras comían y poder plasmarlas en su libreta lo mejor que le permitían.
Esa tarde había dado un recorrido distinto y había tardado más en llegar a su lugar. A la orilla del arroyuelo había un chico, con los zapatos al lado descansando sobre la tierra y sus pies dentro del agua. Tenía una libreta de bolsillo sobre sus piernas y escribía suavemente mientras movía sus pies dentro del agua.
La chica permaneció allí, dejando que el viento le moviera los cabellos y el sol hiciera que el color rojo que tanto fascinaba a su padre se hiciera más brillante.
Jimin levantó la mirada al oír hojas crujir y ladeo la cabeza al verla. Su cabello tenía dos tonalidades, quizás por la luz, pero él vio naranja y rojo.
Le faltó el aire por un instante y luego respiró fuertemente mientras la veía sentarse sobre una piedra que tenía algo de musgo.
- ¿De dónde eres?
Jimin se enderezó rápidamente y puso la libreta sobre sus zapatos, podía dejarla caer al agua por accidente.
- Soy nuevo en la ciudad... Me pareció que era un lugar lindo, solo salí a caminar y termine aquí. - Miró un momento a su al rededor. - Ten cuidado al caminar, hay ardillas.
Ella sonrió mientras dejaba su bolso sobre sus piernas y luego miraba sus pies moverse bajo el agua.
- Lo sé, suelo traerles comida.
Jimin asintió mientras miraba hacia el gran árbol que tenía enfrente.
- Es un lugar hermoso.
Ella asintió, viéndolo.
- Siempre lo ha sido.
- ¿Conoces muy bien este lugar?
Ella asintió mientras sonreía con nostalgia.
- Vengo desde pequeña. He visto renacer muchos árboles...
Jimin sonrió.
- Tu color de cabello es...
Ella río y negó.
- Es natural. Sé que es extraño, pero, mi madre cree que es normal tener el cabello rojo.
Jimin asintió y luego miró entre sus dedos el lápiz.
Tomó rápidamente la libreta y comenzó a escribir, mientras ella le veía caer los cabellos por sus gafas.
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One shots -Jimin- (Segunda Parte)
FanfictionSegunda parte del libro One shots -Jimin- (Primera parte)