Fiesta.

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La música se escuchaba aún afuera de la casa. Jimin estacionó el auto fuera, junto a otros más. Caminó dentro de la casa, mientras pasaba de largo a las personas tomando y bailando contra las demás. Vio a lo lejos unos cabellos rojos, que se oscurecían con los cambios de tonos de los reflectores que había en el techo. Estaba en el centro de un círculo, alrededor de muchas parejas pegadas entre sí, al igual que ella. Jimin empujó a unos cuantos, mientras no dejaba de verla bailar tan encima de aquel chico.

Jimin empujó al chico cuando estuvo lo suficientemente cerca y se la llevó mientras la tomaba fuertemente de la muñeca. Logró zafarse de su agarre cuando salieron del bullicio de la casa.

- ¿Enloqueciste o qué? 

Jimin se giró mientras la veía con el ceño fruncido.

- Sube al auto ahora.

Ella sonrió y se acercó a él mientras sacaba las llaves de uno de los bolsillos de la chaqueta.

- ¿Qué ocurre? ¿Te molesto que estuviera divirtiéndome un poco?

Jimin la miró de nuevo y ella caminó hacia el auto, mientras ambos entraban y Jimin encendía el auto.

- ¿Qué se supone que hacías?

Ella levantó ambas cejas y se dejó caer en el respaldo de la silla.

- No lo sé, ¿bailar?

Él suspiró y comenzó a conducir.

- No sé por qué te pones así, solo quería divertirme.

Él frunció el ceño y paró el auto al estacionarlo a un costado de la carretera.

- ¿Divertirte?

Ella rodó los ojos y se inclinó sobre su asiento.

- ¿Acaso... estás celoso?

Jimin gruñó mientras ella le pasaba una mano por el muslo.

- Estás borracha, te llevaré a casa.

Ella río y terminó por sentarse sobre Jimin, mientras él abría los ojos y se tiraba lo más posible hacia atrás.

- Quítate de encima.

Ella sonrió y lo tomó por las mejillas, mientras él ladeaba la cara hacia la izquierda.

- No te hagas el difícil... - Ronroneó. 

Los besos fueron a parar en su cuello, mientras sus manos vagaban por su pecho. Su cuerpo comenzó a reaccionar y su temperatura subió.

- Hablo en serio. - Sentenció.

Ella sonrió y mientras lo tomaba fuertemente por las mejillas, le plantó un beso.

Jimin tragó saliva mientras la pegaba levemente contra su cintura.

- No deberías... no deberíamos.

Ella sonrió y le acarició la mejilla.

- Si ambos lo queremos, no importa que suceda después.

Jimin tomó esa frase como una especie de permiso y la tomó del cuello mientras ambos fundían sus labios en un intenso beso. Jimin aún pudo sentir el sabor a cerveza en sus labios.

Se quitó la camiseta y Jimin comenzó a pasar sus manos por toda su espalda, mientras ella lo atraía mucho más hacia ella y sentía el cálido aliento contra su piel.

Unos gritos provenientes de afuera los hicieron separarse de golpe mientras miraban hacia afuera.

Un auto lleno de chicos habían pasado gritando mientras derramaban cerveza por donde pasaban.

One shots -Jimin- (Segunda Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora