Jimin no hizo ningún ademán o expresión al escuchar eso. Simplemente, se rio suavemente, poniéndole las manos en los hombros.
- ¿Pero qué dices?
Ella le miró con el ceño fruncido, viéndolo reírse.
- No es gracioso, Jimin.
Él tomó aire, secándose lágrimas inexistentes de las mejillas y luego estiró los brazos.
- ¿Por qué mataría yo a alguien? - Entrecerró un poco los ojos. - ¿Y cómo lo haría? - Ella se inclinó hacia adelante, levantando un poco su labio superior para dejar ver su afilado colmillo. Él sonrió. - ¿De dónde sacaste tal cosa? - Preguntó.
- Cuando volviste tenías su celular, cuando llamé, sonó en ese sillón, sé que era el suyo.
Jimin ladeó la cabeza, viéndola con ojos ausentes.
- ¿El celular de quién?
- No te hagas el santo. - Gruñó. - No cuando mataste un inocente.
- ¿Quién dice que lo hice?
- Yo.
- ¿Tú y quién más? - La miró con una sonrisa de oreja a oreja.
Jimin la miró con diversión, inclinándose hacia adelante con las manos en las caderas y los colmillos, asomando por entre sus labios.
- No tienes ninguna prueba verídica. Un simple mal presentimiento no te servirá de nada. - Chasqueó la lengua. - Culparme a la ligera si es un delito.
Ella frunció el ceño, apretando los dientes.
- No soy estúpida, Jimin.
- Ni siquiera conocía al tipo. ¿Cómo se supone que hubiera dado con él?
Ella se encogió de hombros y luego miró por la ventana.
- Eso no es ningún problema para ti.
Jimin río y se encogió de hombros.
- No tienes ninguna prueba, así sigo sin entender por qué me pones en la posición del culpable.
Ella suspiró con frustración y negó con la cabeza.
- Jimin, sé que hiciste algo.
- Estás algo paranoica ¿No te parece? - Se burló.
Ella soltó un gruñido desde la garganta y Jimin río.
- ¿Cálmate si? Te haré un té y le pondré algo de miel.
Mientras Jimin pasaba a su lado para ir a la cocina, ella lo tomó por la muñeca e hizo que Jimin inmediatamente se tensara.
- Creo ser la única que sabe tu sucio secreto, así que no me des razones para decírselo a alguien. - Amenazó.
Jimin con una rapidez monstruosa, la acorraló contra una pared mientras sus ojos se inyectaban en sangre y la tomaba fuertemente de las muñecas por sobre su cabeza.
- No hace falta que te drene cada gota de sangre como lo hice con él. - Ella abrió los ojos, viéndolo sonreír de nuevo. - No voy a soportar que otro imbécil te toque. - Se relamió los labios. - Tuve que darme mi propio lugar en el juego.
Jimin pasó un dedo por su garganta y luego sonrió, mientras se apartaba y caminaba suavemente hacia la cocina.
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One shots -Jimin- (Segunda Parte)
FanfictionSegunda parte del libro One shots -Jimin- (Primera parte)