Capítulo 46: La cena.

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_Mamá: ¿Pasó algo Ana? No vienes nunca a mi habitación ¿Estás bien? -dijo preocupada-

_Yo: Si mamá. No pasó nada y me encuentro bien. Sólo vine a decirte algo.

_Mamá: ¿Qué cosa? -dijo más calmada-

Me senté a su lado en la cama y empecé.

_Yo: Tras la llegada de Eva. Ryan no se siente cómodo en la casa y menos tras saber que se va a quedar en la casa a vivir. Gala tampoco lo está. Por lo que Ryan ha optado por buscar una casa para comprar. Y me dijo de ir a vivir con él. Y eso haré. Con esa chica aquí será un infierno vivir.

_Mamá: Lo sé y lo entiendo. Eva no es la mejor persona que se diga. Es una doble cara.

_Yo: Pues nos mudaremos juntos. Mañana vamos a mirar una casa. En verdad son dos. Es una finca con una casa y una villa.

_Mamá: ¿Es muy cara?

_Yo: Es carísima. Pero intentaremos bajar el precio. De todas formas a Ryan no le importaba pagar ese precio. Si nos gusta dice que la pagará encantado. Por lo que leí está cerca de Pyrgos Kalistis.

_Mamá: Bien. Si eso quieren. Me destrozará de nuevo estar lejos de mi niña, pero al menos podré ir a verte en mi día libre sin necesidad de un avión.

_Yo: La verdad no miré a la distancia que está de la universidad -dije mirando el móvil- pues yo creo que estamos a unos cuarenta y cinco minutos, cosa así. Lo que por el otro lado. De aquí a allí creo que es una hora y media. No está tan lejos tampoco.

_Mamá: Si esa es tu elección me alegro por ti, hija. Se que no lo pasaste bien con tu padre. Estas empezando a vivir ahora.

Asentí y me marché a la habitación tras darle las buenas noches. Me duché y bajé en pijama a la cocina.

_Eva: Menos mal que llegas. ¿Qué hay de cenar? -dijo sentándose-

_Yo: Lo que tú decidas prepararte -dije cogiendo una taza-

_Eva: Hazlo tú. Para eso te pagan.

_Yo: Yo no soy cocinera, ni trabajo aquí. Tu tienes dos lindas manos que te sirven también para cocinar, aparte de para hacerte la manicura -dije mirándola con odio-

_Eva: No me hables así, podría echarte con un solo dedo -dijo con su voz irritante-

_Yo: Tranquila, ya nos vamos, tu presencia solo echa a la gente de su propia casa -dije sirviéndome leche, avena, vainilla y un poco de miel-

_Eva: ¿Tu y quién más?

_Yo: Pues Ryan. Por ejemplo. Que si no sabías es mi novio. Desde hace casi un año.

_Eva: Lo será por poco tiempo.

_Yo: Por Dios, si todo el mundo te odia. Y apenas te conozco. Y eso que no suelo juzgar a las personas por la primera imagen, pero por favor, nadie quiere estar cerca tuyo -dije probando la avena de dulzor para meterlo en el microondas-

Al sacarlo del microondas le puse un poco de fruta fresca y me senté a comerlo.

_Eva: ¿Y no me vas a hacer la cena?

_Yo: Como ya te dije. No eres inútil para trabajar, niña mimada.

_Ryan: ¿Qué pasa aquí? Les llevo escuchando por toda la escalera -dijo entrando a la cocina-

_Eva: Esta cualquiera -dijo mirándome con asco- no quiere hacerme la cena.

_Ryan: Primero, la respetas. No es una cualquiera, como otras, es mi novia. Después ella no trabaja para ti, por lo que no debe hacerte caso. Tercero, tú no eres dueña de esta casa, por lo que no debes hacer órdenes, añadiendo que tú no eres manca y puedes hacerlo sola y por último, mejor no hables nunca en nuestra presencia. Como dueño de la casa tengo todo el derecho de decírtelo, es más, exigírtelo y no vayas de dueña de la casa porque te recuerdo que no tienes ningún lazo con nadie de los dueños de esta.

_Eva: Tu hermano me ama -dijo enfadada-

_Ryan: Mi hermano te utiliza -dijo seco y enfadado- lárgate de mi vista -le dijo-

Se marchó casi llorando.

_Ryan: ¿Todo bien? -dijo mirándome-

_Yo: Si. Perfectamente. Ella es débil. Con nada llora. Cada palabra se le clava como un puñal -dije para llevarme una cucharada a la boca-

_Ryan: ¿Qué cenas?

_Yo: Leche con avena y fruta. Creo que se llama porridge. Coje si quieres, me preparé mucho. Ya estoy llena casi y no voy ni por la mitad.

Cogió una cuchara y lo probó.

_Ryan: Está buena.

_Yo: Si. Lo que llena mucho y hablando con Eva me pasé poniendo avena.

_Ryan: Bien -dijo cogiendo una cucharada- Mañana nos vamos a las 8.

_Yo: De acuerdo. ¿Te quedas esta noche conmigo? Por favor -dije poniéndole cara de perrito-

_Ryan: Sí. Me quedo todo el tiempo que quieras, Ricura. Mañana después de ir a ver la casa podemos pensar que hacer si nos gusta. Verdaderamente no he encontrado ninguna casa con privacidad de las que se venden ni tan espaciosa. Creo que esta será nuestra mejor opción.

_Yo: Creo que sí. Mañana veremos y si eso podemos confirmarle en la tarde.

_Ryan: Si. Comemos fuera y pensamos que hacer.

Asentí y poco después se terminó el porridge. Lo lavó y subimos a mi habitación. Allí se quitó los vaqueros y se acostó a mí lado.

_Ryan: Motita, para. Me haces cosquillas -dijo moviendo su pie-

_Yo: Solo se está acurrucando en tus pies -dije acurrucándome en su pecho-

_Ryan: Ahora tú con tu pelo -dijo apartando este-

Reí y poco después me quedé dormida. A la mañana siguiente sonó la alarma del teléfono de Ryan.

_Yo: ¿Qué hora es? -dije adormilada-

_Ryan: Las 7 -dijo levantándose-

_Yo: Tengo sueño.

_Ryan: Ricura tendrás que levantarte. O lo tendré que hacer yo, pero seguramente llegaríamos tarde. Así que a la ducha, venga -dijo levantándome-

Me levanté a duras penas y entré a la ducha. Poco después salí envuelta en la toalla y sobre mi cama había un conjunto de ropa.

Los hermanos BlackwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora