Al llegar tuvimos nuestra noche de bodas finalmente como marido y mujer.
Al par de horas nos levantamos y llevamos los ramos a la floristería. Se dejó el número de Gala para irlo a buscar, ya que según ella, tenía la ilusión de recogerlo.
Volvimos a la casa y preparamos la mochila para nuestra luna de miel. Iba a durar poco, una semana y volveríamos el sábado en la noche. Vamos a Brasil concretamente al Salvador de Bahía, Río de Janeiro y Foz do Iguaçu. Nos íbamos esta noche, por lo que íbamos con prisas para preparar las cosas.
_Yo: Gala viene por Motita. ¿Tiene las llaves o estarán los chicos? -dije quitando a Motita de dentro de la maleta-
_Ryan: Ambas cosas, Ricura -dijo metiendo su ropa dentro de la otra mochila-
Finalmente al par de horas íbamos de camino a Brasil. Llegamos de madrugada, por lo que decidimos visitar los alrededores del hotel, ya que era una zona bastante turística. Al momento de hacer el check-in fuimos, dejamos la mochila y nos fuimos a visitar varias cosas. Finalmente a la tarde llegamos al hotel de nuevo.
La semana la pasamos haciendo turismo y follando como siempre. Ambos éramos activos sexualmente, por lo que era raro no tener sexo en muchos de los días. Hoy era el último día y solo teníamos tiempo de hacer un poco de turismo y cenar. Nos fuimos a un restaurante y allí cenamos bastante bien. Después fuimos directamente al aeropuerto con el coche de alquiler que teníamos. Lo entregamos y fuimos a embarcar de nuevo a Grecia.
En el avión dormimos y cuando llegamos nos levantamos. Gala vino a buscarnos con Motita al aeropuerto. Motita, que siempre se quedaba a un lado de la persona con la que se queda, al vernos, vino saltando hasta nosotros. Me agaché y le cogí. Posteriormente fuimos a casa. Al día siguiente teníamos clase, por lo que deshicimos las cosas rápido y nos fuimos a cenar. Poco después ví mi ramo y su boutonnière ya conservados en una cúpula. Ambas cosas perfectamente sostenidas.
_Ryan: Está idéntico a como lo llevaste. Te veías tan preciosa, tan perfecta.
_Yo: La ropa la mandé a la tintorería. Allí la lavarán, plancharán y me la traerán mañana en la tarde.
Pese a que en las bodas se suele regalar, nosotros decidimos que no queríamos ningún regalo, ni dinero. Sólo queríamos estar acompañados por las personas que nos rodean y creemos importantes.
Tras comer pescado con verduras en su jugo de cena subimos a la habitación. Allí nos fuimos a dormir poco después.
A la mañana siguiente cogimos todo y salimos con prisas ya que llegábamos tarde. Ryan me dejó en mi facultad y después fue el a aparcar al campo.
_Renegar: Buenos días señora Blackwood -dijo cuando llegué a él-
Poco a poco las personas fueron bajando el volumen de sus voces y susurrando a medida que pasábamos caminando. Claramente cotilleando.
_Yo: No debiste decir eso, volvemos a ser el chisme de todos -dije a los minutos-
_Renegar: Se iban a enterar antes o después que ya tu puesto no puede quitártelo nadie. Disfruta de lo que puedas. No siempre será todo bueno. Ahora entremos a clase -dijo abriéndome la puerta-
_Yo: Oye. ¿Ya sabes con quién entrarás a la orla?
_Renegar: Pues contigo. Con quien si no. Alguien debe protegerte mientras Ryan no esté.
_Yo: Estará un par de filas atrás.
_Renegar: Pero no puede ayudarte a bajar las escaleras del auditorio para irnos a sentar.
_Yo: Touché. De todas formas también pensaba entrar contigo. Aunque parezca mentira no he hablado con la mitad de los que se gradúan con nosotros o incluso más.
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Los hermanos Blackwood
Fiksi RemajaEn el esplendor de una mansión adinerada, la hija de una empleada encuentra un amor inesperado con el hijo pequeño de la familia. Juntos, desafían a las carreras clandestinas y comparten momentos íntimos. Sin embargo, las tensiones familiares los ob...