_Ramiro: Gracias.
_Yo: Bien. Ya estaría, ahora pueden ir a deshacer las mochilas y descansar. Empiezan mañana.
_Ramiro: De acuerdo.
_Yo: Tomen sus juegos de llaves -dije dándoles una copia a cada uno de las puertas y de la alarma-
Finalmente yo me quedé allí con mi madre y ellos se fueron. Motita se subió sobre mí y se tumbó en mis muslos.
_Mamá: Consienten mucho a ese conejo.
_Yo: Es un animal. Se crió así. Con Ryan y conmigo. Es normal que nos quiera. Pero bueno, si quieres cámbiate y vamos a la piscina. Es nueva. El agua y todo. En estos días nos hemos encargado de que quede todo perfecto.
Asintió y subió a cambiarse. Yo fuí directamente al jardín y me senté en una hamaca. Al final del día nos fuimos a dormir. Yo estrené la cama nueva sola. Todavía no tenía noticias de Ryan. A la mañana siguiente ya me llegó su mensaje de que habían aterrizado todos bien y que era de noche. Decidimos llamar a las 9 de la noche. Una hora que a ambos nos quedaba bien.
_Ryan: Hola, Ricura -dijo en videollamada-
_Yo: Hola ¿Dónde estás?
_Ryan: En Texas. Estamos cerca del hotel. En un parque. Mis padres y Jeremy se quedaron en el hotel y Gala y yo salimos a ver los alrededores. ¿Cómo te va a ti en casa?
_Yo: Aburrida. Mi madre está disfrutando, eso sí. Yo me aburro. Hoy he visto una serie entera de Netflix.
_Ryan: ¿Y no leíste?
_Yo: No. No tenía ganas.
_Ryan: ¿Qué quieres hacer?
_Yo: No se. No he salido ni he hecho nada hoy. Estoy apagada.
_Gala: Cuando me pasa eso salgo de compras.
_Ryan: Tu todo lo solucionas con compras, Gala. Tu habitación parece un armario gigante. Bueno al tema, ¿Dónde está mi mascota favorita?
_Yo: Durmiendo. En tu lado de la cama -dije cambiando la cámara para que le vea-
Hablamos un poco más y después colgamos.
El mes se me pasó lento. Muy lento. Extremadamente lento.
Finalmente llegaba hoy Ryan.
Darra nos pasó a buscar de camino al aeropuerto. Y allí esperamos a que salieran.
Primero salió Gala y Jeremy, después los padres y detrás él. Fui corriendo a su búsqueda y me subí encima suyo. Con una mano me sujetó y con la otra llevo el bolso.
_Yo: Te extrañaba tanto.
_Ryan: Yo también a ti -dijo raro-
_Yo: ¿Todo bien? -dije bajando-
_Ryan: Hablemos en casa. Mejor.
Asentí no muy convencida y fuimos al coche. Allí fuimos a casa y después el fue con Darra y el resto a buscar la moto. Finalmente llegó al rato y subimos a mi habitación.
_Yo: Ry. ¿Pasó algo?
_Ryan: ¿Estás aquí los chicos?
_Yo: No. Se fueron ya.
_Ryan: Bien. No se cómo decírtelo. Ante todo lo siento. Y te prometo que no lo hice a propósito... -dijo con tristeza-
_Yo: Ry -dije con la voz entrecortada-
_Ryan: Una noche salí de fiesta con Gala y Jeremy. Iba borracho. Mucho. Muchísimo. Y a nuestro lado había una chica que se me pareció a ti. Pensaba que eras tú. Y me lié con ella. Desperté a la mañana siguiente con ella a mi lado. Lo siento muchísimo mi amor. Te prometo que no era mi intención lastimarte.
_Yo: ¿Me pusiste los cuernos? -dije tartamudeando en lo que lloraba-
Asentí levemente y salí de la habitación tras coger mis llaves.
Salí de la casa sin un rumbo fijo y terminé sentándome al lado del borde de la carretera.
_Ryan: Ricura, sé que lo que menos quieres es verme, pero por favor. Quítate de ahí. No quiero que te pase nada. Puede venir un loco y salirse de la carretera y atropellarte.
_Yo: Tal vez me haría un favor.
_Ryan: No quiero hacerlo por las malas, ya te he hecho suficiente daño. Por favor. Quítate.
_Yo: Mientras yo te esperaba como una idiota en nuestra nueva casa -dije levantándome y gritándole- tu estabas liandote y follando con otra, en la otra puta punta del mapa. Y encima, no tuviste los suficientes huevos de decírmelo la siguiente vez que hablamos, sino que esperaste a venir, mintiéndome todos los días siguientes -dije llorando- ¿Cuándo paso? -dije empujándolo-
_Ryan: La tercera noche... -dijo agachando la cabeza-
_Yo: La tercera puta noche. Me mentiste durante el mes entero -le grité de impotencia-
_Ryan: Ricura -dijo agarrándome la mano-
_Yo: Ni Ricura, ni hostias -dije soltándome la mano- eso es lo que tanto me amabas, que te liaste con la primera que se te pareció a mí. Ya veo. No cambiaste nada. Solo fui un maldito juguete para ti.
_Ryan: No digas tonterías. No fuiste ni serás un juguete para mí. Admito los gritos y tu enfado, pero nunca serás un juguete para mí. Contigo se lo que es amar. Y esto también me duele y me afecta. Se que probablemente me quieras dejar y no sabes lo que me duele solo imaginar que no estaré a tu lado. Volvamos a casa y allí si quieres dormimos separados, pero no te quedes aquí afuera. La noche es peligrosa.
_Yo: Da igual en lo que se quede esto, pero no tendré de nuevo esa confianza en tí -dije yendo a la casa- por favor, no hables más. Ya he escuchado bastantes mentiras por hoy.
A los minutos abrí la puerta del muro y entré a la casa. Me metí en mi habitación, cerré con llave y lloré, me liberé de todo. Motita se me pasaba por todo el cuerpo dándome cariño.
_Ryan: Ric... Ana. Tengo que coger el pijama. Abre.
Ignoré y tras varios intentos cesó.
Me quedé dormida un par de horas en lo que lloraba. A la mañana siguiente me levanté con los ojos hinchados del llanto y unas ojeras de campeonato. Pasé allí todo el día y dejé todas las comidas que Ryan me subía con la intención de hablar en la puerta. No comí nada en el día.
_Ryan: Traigo la cena. Por favor Ana, come, como sigas así desaparecerás, apenas tienes peso.
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Los hermanos Blackwood
Teen FictionEn el esplendor de una mansión adinerada, la hija de una empleada encuentra un amor inesperado con el hijo pequeño de la familia. Juntos, desafían a las carreras clandestinas y comparten momentos íntimos. Sin embargo, las tensiones familiares los ob...