Capítulo 44: La playa.

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POV Anastasia

Finalmente tras varios minutos o una hora, llegó Ryan enfadado.

_Yo: Bueno ya está bien. Ahora nos relajaremos -le dije calmada-

_Ryan: Desde que lo vi sabía lo que pasaba. Es que lo conozco tan malditamente bien -dijo dando vueltas por la habitación-

_Yo: Ella no estaba poniendo ningún impedimento, ya sabes cómo es. Tu hermano se aprovechó de eso.

_Ryan: Lo sé. Y eso le hace una mierda de persona.

_Yo: ¿Quieres salir? Irte de aquí está noche. Yo puedo conducir. Tu no estas apto ahora mismo.

_Ryan: No. Ricura. Sólo salgamos un momento a caminar por el jardín -dijo más calmado-

Asentí y cogí un pulóver. Él cogió el suyo que tenía en mi mesa y salimos.

_Ryan: Yo, lo siento. No deberías de haber visto eso.

_Yo: No te preocupes Ry. No eres tú el que debe disculparse. Vayámonos esta noche a un hotel. Han pasado muchas cosas hoy. No es lo mejor que estemos aquí.

_Ryan: Ya son las seis de la mañana. Mejor preparar las cosas y nos vamos a la playa.

Asentí y seguimos unos minutos caminando en silencio. Entramos a la media hora, nos cambiamos y nos fuimos a la playa.

Llegamos al puerto y cogimos un barco.

_Ryan: No te dije a que playa íbamos. Pasaremos el día allí, Ricura. Así no les vemos -dijo entrando al barco-

_Yo: Bien. Me parece buena idea.

_Ryan: Vamos a Mykonos. Son tres horas en barco. ¿Tú no te mareas verdad? -dijo yendo a la parte trasera del barco-

_Yo: No. A mi padre le gustaba ir en barco por los ríos y me llevaba con él -dije abriendo la parte al exterior-

_Ryan: Nunca me hablas de él.

_Yo: Murió. Por eso llegué a tu casa. Y antes de eso sufría maltrato por su parte y la de su pareja. Así que me alegro de que haya muerto. Nunca fue un buen padre. Aprendí a cuidarme sola desde muy pequeña. Podría haberme quedado allí y echar de la casa a su esposa e hijas, pero yo sí soy buena persona. Les hice un contrato y todos los meses me pagan la renta. Era una buena casa. Son 900€ al mes. Ya el resto que se apañen ellos.

_Ryan: Es cara.

_Yo: Era eso o quedarse sin casa. A mí ellas me dan igual. En el momento que no me paguen un mes les echo.

_Ryan: Imagino. Cortaste lazos.

Asentí y me senté en uno de los bancos.

_Yo: Mi vida fue una mierda. Ya te he dicho, tuve depresión hasta poco antes de venir. He empezado a vivir la vida de adolescente ahora. Nunca había ido a una fiesta. No me dejaban ir. Generalmente no salía. Y me compraba libros con el dinero que me mandaba mi madre. Ellos nunca me dieron nada más que lo justo y necesario. Siempre fui por detrás de las hijas de su mujer. A ellas les compraban móviles nuevos y yo me quedaba con los viejos, la ropa igual, por eso no debía engordar ni un kilo o no me serviría. La lista podría agrandarse, pero no vine aquí a contarte mis penas. Ahora cuéntame un poco de tu infancia.

_Ryan: Pues estudiaba y salía de vacaciones en verano con mi familia. Leía con Gala, jugaba con ambos, peleaba con Jeremy y poco más. La verdad es una vida de casa. Después en mi adolescencia entre en el equipo de fútbol americano del instituto y después al de la universidad. Salía de fiesta, follaba cada noche y no mucho más.

_Yo: Imagino. En la universidad te tenían idolatrado y ahora entiendo porqué.

Rió y nos quedamos mirando como el barco navegaba.

_Ryan: Un delfín -dijo susurrándome y señalándome un lugar-

Asentí y nos pegamos así todo el viaje.

Al llegar fuimos a la playa que se encontraba cerca del puerto.

_Ryan: Compré el barco de ida a las siete de la tarde.

_Yo: De acuerdo. Luego iré a buscar algo de comer. Apenas están abriendo los supermercados. Cuando pongamos las cosas voy al supermercado de allí.

Asintió y colocamos las toallas sobre las hamacas que había comprado.

_Ryan: Bien. Ya está todo.

_Yo: Voy a comprar. ¿Quieres algo específico?

_Ryan: Contigo me basta.

Negué con gracia en lo que cogía mi cartera.

Fui al supermercado y compré bebida, agua, chupitos, ya que había un pack de 12 en oferta, comida para el almuerzo y varias cosas de picoteo. Finalmente pagué y llegué al lado de Ryan. Este estaba cogiendo sol con las gafas de sol puestas y leyendo un libro. 

_Yo: Llegué -dije dejando la bolsa en la arena-

_Ryan: Bien. Ahora ponte a coger sol. Casper está más moreno que tú -dijo bajando el libro-

_Yo: ¿Y qué hay de malo en mi blanco espectral? -dije quitándome la ropa-

_Ryan: Que vives en Grecia, Ricura. Aquí todos estamos morenos -dijo mirándome-

_Yo: Si, lo sé -me tumbé en la hamaca de al lado- pero la única que destaca soy yo. Y creo que así te llamé la atención.

_Ryan: Me llamó la atención verte en cuatro patas en mitad de mi pasillo buscando un conejo.

_Yo: Bueno. El destino es así de caprichoso -dije poniéndome mis gafas de sol-

_Ryan: No me quejo. Al revés, le doy gracias a los dioses porque Motita se te haya escapado. Si no fuera así, cuánto tiempo estaría sin verte. Antes entraba muy poco en la cocina. Ahora me ven siempre en ella. Además mis padres también están felices. Dicen que al fin he sentado cabeza. En parte tienen razón, ya apenas salgo, no hago locuras, ni monto fiestas.

_Yo: ¿Tu montas fiestas?

_Ryan: Antes si. Alquilaba una casa una noche y hacia unas fiestas espectaculares. Era raro no ver a alguien follando en cada esquina o en las habitaciones. Todo el mundo salía con un polvo asegurado. Era un descontrol. Alguna que otra chica también se embarazó allí. Por ello optaba por dar condones en las puertas.

_Yo: De acuerdo.

Los hermanos BlackwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora