Capítulo 23: La madrugada.

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Entre besos y caricias pasamos a más hasta quedarnos sin ropa.

_Ryan: Disfruta, Ricura. Y grita todo lo que quieras, nadie te escuchará -dijo cogiendo el condón de su mesa de noche-

Se lo puso y empezamos a besarnos. Me puse sobre él y lo empujé para atrás.

_Ryan: Métetela ya -pidió con la voz ronca-

Le di varios besos más y no aguantó. Tomó de nuevo el control.

Sus besos eran más duros, sus mordidas deliciosas y su cuerpo explosivo.

Este hombre iba a llevarme al mejor orgasmo que he tenido en la vida. No lo dudaba.

Bajó y dió pequeñas mordidas en la cara interior del muslo.

_Ryan: Apenas te he tocado y ya te tengo goteando.

Pasó sus dedos por mi pelvis y metió dos en mi entrada.

POV narrador omnisciente

Ryan jugueteó en su entrada, pese a las súplicas de Anastasia por tener dentro sus dedos.

_Anastasia: Ryan, mételos dentro. Te lo suplico.

_Ryan: Así no van las cosas, Ricura. En la cama mando yo. Me pedirás las cosas con respeto y te las daré solo si quiero -dijo jugando con sus dedos por su cuerpo-

_Anastasia: Ryan méteme los dedos por favor. Me urge tenerlos dentro -dije con desesperación-

_Ryan: ¿Qué eres Anastasia? -dijo ronco-

_Anastasia: Soy una zorra, Ryan -dijo gimiendo tras el contacto de sus labios con su pelvis-

Ryan finalmente le metió dos dedos de golpe tras la excitación de ella y sus gemidos no tardaron el llegar. Movía sus dedos de arriba a abajo y no paraba de mirarla como gemía. Esa cara roja del calor que había en su interior con la boca semiabierta y los ojos cerrados del placer que le estaba dando le exitaba más.

_Ryan: Gime mi nombre.

Le pidió poco antes de sacar su dedos y posicionar su miembro en la entrada.

Cuando se la metió un gemido con su nombre no tardó en llegar a sus oídos.

Ambos estaban tan sumidos en el placer que se estaban dando que no escucharon los pasos en el pasillo.

Gemidos y más gemidos sonoros no paraban de sonar.

Los ruidos de la cama golpeando rápidamente la pared resonaban en toda la estancia junto a sus gemidos.

Más besos y caricias pasaban por todo sus cuerpos.

Las posiciones no se hicieron de esperar como tampoco los jalones de pelo por ambas partes.

_Ryan: Me tienes malditamente exitado -dijo ronco con su respiración agitada- me va a reventar la polla.

_Anastasia: Ryan -gimió-

Poco después, Anastasia encharcó de fluidos la cama de Ryan.

Este se salió de su coño apretado para ejercer presión sobre su apreciado culo. Ese que soñó varias veces romperselo hasta que no pudiera sentarse en los próximos días. Que recuerde su primera follada juntos siempre.

Sacó de su mesa de noche el lubricante y puso bastante en su entrada y en su miembro.

_Ryan: Relájate, Ricura. Cómo no lo hagas te dolerá más de lo que pienso dejártelo.

Mientras ejercía presión en su entrada le metió una nalgada. Disfrutó la vista de su palma de la mano dibujada con rosa en la nalga de Anastasia mientras está emitía un quejido mezclado con un orgasmo.

_Ryan: ¿A tu zorra interior le gusta que le azoten, que la castiguen? -le dijo en el oído cuando la levantó jalándola del pelo y agarrándola del cuello- esto es lo que te gusta. La sumisión -le siguió susurrando-

_Anastasia: Si -dijo con falta de aire por el agarre-

Ryan la soltó y penetró con fuerza y velocidad su culo.

Sus quejidos ahogados en orgasmos y azotes la volvieron a llevar al segundo orgasmo.

Ryan la separó de él y se posicionó en frente de ella ,mientras, ella miraba atentamente cada paso que daba.

Se quitó el condón y Anastasia sabía que tenía que comerse esa polla como si fuera su mayor tesoro, como un caramelo para un niño.

Tras unos minutos Ryan se corrió en su boca,  haciendo que Anastasia se ahogara con la cantidad que había soltado.

Con fuerzas y esmero se tragó hasta la última gota de semen que quedaba en su boca.

_Ryan: Espero que te haya gustado, Ricura. Aunque no me cabe duda.

Le dió otro azote en su culo rojo y se metió a la ducha.

POV Anastasia

Y me dejó allí, tirada en la cama húmeda, a las tres de la mañana, después de estar una hora y media teniendo sexo.

_Ryan: Ya puedes entrar, Ricura. Ahora te llevo una camiseta mia -dijo al salir en toalla a los diez minutos-

Me metí en la ducha sin ropa, ya que toda la mía estaba por la cama húmeda. Tanto la ropa interior como el pijama.

A los pocos minutos Ryan entró con una camiseta y una toalla.

_Ryan: Lindo culo, Ricura. Me encanta su nuevo color.

Cuando salí de la ducha Ryan ya había secado y cambiado la cama.

_Ryan: Ven aquí, Ricura -dijo jalándome de la camiseta cuando pasé a su lado-

Ryan se encontraba en boxers apretados sobre la cama lo que hizo que cayera encima suyo.

_Ryan: Tu te quedas esta noche aquí.

No puse objeción y nos quedamos dormidos poco después. A la mañana siguiente fui rápidamente a mi habitación con mi ropa húmeda hecha un ovillo.

Allí me cambié y bajé a desayunar. Ryan estaba con Gala en la cocina.

_Gala: ¿Cómo están los enfermos? -dijo cuando entré a la cocina-

_Ryan: Mejor.

_Gala: ¿Si?. Ayer escuché una tos rara que decía "Ryan, si, sigue" -dijo haciendolo con voz de excitación- cuando pasé por tu habitación junto a Jer.

Me giré muerta de vergüenza y roja.

_Gala: No pasa nada Ana, no tienes por qué avergonzarte, es algo normal. Sólo no griten tanto y pongan las almohadas a cada lado de la cabecera.

_Ryan: No iba a haber nadie. Por eso no nos molestamos.

_Gala: Llamaron a Casian del trabajo y al final no nos quedamos. Llegamos sobre las una y media de la madrugada. Nadie esperaba encontrar la casa así.

Los hermanos BlackwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora