𝐎𝐁𝐈𝐊𝐀𝐊𝐀 𝐅𝐀𝐍𝐅𝐈𝐂𝐓𝐈𝐎𝐍 |
La vida de Kakashi ya era bastante complicada. Era un Omega que perdió a su pareja cuando Kakashi solo era un niño. Estaba entrenando a tres pequeños terrores, uno de los cuales era un miniclon de su Sensei, y...
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Obito desató las cadenas y levantó a Kakashi. El Omega se desplomó contra él, relajado en su profundo sueño inducido por Sharingan. Se aseguró de que Kakashi no recordara su Sharingan. No era el momento de presentarse al mundo como 'Madara'. Por ahora permanecería en las sombras. O al menos, se suponía que ese era el plan, pero Kakashi lo había arruinado bastante pronto.
Había personas que sabían de su existencia (ahora llamado Sr. Secuestrador, joder, Kakashi), y serían cautelosos.
Se llevó a sí mismo y a Kakashi a su ala en el castillo del Daimyo de la Tierra del Agua. A Obito se lo habían dado en el momento en que se convirtió en el asesor personal del Daimyo, y Obito lo había conservado para este propósito.
Sería un lugar seguro y cómodo para tener a Kakashi. Obito se aseguró de aparecer en el dormitorio, el dormitorio incluso más lujoso que el dormitorio de la posada. Obito había pensado que eso había sido bastante elegante. Esto hacía que la posada pareciera casi pobre en comparación. Puso a Kakashi en la cama y agarró su brazo, colocando el brazalete que había dejado en la mesita de noche alrededor de la muñeca de Kakashi, cerrándolo.
El brazalete brilló por un momento, antes de que los sellos desaparecieran en la piel de Kakashi, sellando su chakra. Claro, su embarazo ya dificultaba el acceso a su red de chakras todo el tiempo, pero esto impediría que Kakashi la usara.
No iba a escapar.
Puso a Kakashi su pijama nuevo y luego colocó a Kakashi debajo de las mantas abrigadas en la cama. Era finales de verano, pero la Tierra del Agua era más fría que la Tierra del Fuego, por lo que Kakashi disfrutaría del calor extra. La cama era enorme, con la manta principal acolchada que era tan larga que casi se derramaba hasta el suelo, y luego todas las mantas adicionales que enterraban la cama. Kakashi ya estaba acurrucado de costado, enterrando su rostro en las almohadas rellenas, y Obito no pudo evitar darle un beso en el cabello.
-Que duermas bien -murmuró Obito.
Luego se fue. Kakashi dormiría todo el tiempo que Obito quisiera, y ahora mismo Obito quería regresar a Konoha y ver qué más sucedía.
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