Capítulo 11: Confesión de amor

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Se que extrañarte nunca va a ser suficiente y el destino no se escribe de repente, muero por decirte que. Te amo》

Estaba en mi habitación en llamada con la pelirroja, le conté lo que había pasado con Pedri y me regaño, a veces me pregunto si es mi amiga o mi enemiga.

- ¿Enviste tu solicitud? - preguntó Lia.

- Sip, a Harvard y a columbia - respondí.

Siempre había soñado en estudiar en otro país y hace unos días hable con Aurora y acepto, solo faltaban mis padres.

- Yo envié a la de Hunter College y a la de columbia.

Habíamos hablado muchas veces de esto, lo bueno era que a la pelirroja le daban la libertad de elegir todo.

- Si nos aceptan en columbia estaremos juntos Gavira, más estrés para ti - bromeó la pelirroja.

- Estoy viendo los folletos y la universidad de Manchester es muy buena - dije, tenía muchas opciones, pero quería entrar a Harvard, era mi sueño, era la universidad de mis sueños.

Me asuste cuando escuche golpes en mi ventana, Ansu tenía llaves y Aurora se iba a quedar con Fer, quien más podría ser.

- Gavi, ¿sigues ahí? - hablo la pelirroja.

- Pablito - escuche que gritaron.

- Te llamo después, me esta llamando Ansu - dije para colgar rápidamente.

- Pablito, soy yo, Pedrito - frunci el ceño y sonreí.

Él odia que lo llames así, pero lo esta usando para que lo perdones, que inteligente nos salio.

- Ojitos bonitos - insistió.

Abrí la ventana y me asomé sonriendo, si piensa que la va a tener fácil esta muy equivocado.

- No te conozco - dije sonriendo.

- Me presento, soy el amor de tu vida - dijo con una sonrisa.

- El amor de vida tiene nombre y apellido y no eres tú, baboso.

- ¿Quién es? - preguntó.

- Taylor Swift - respondí.

- No te voy a compartir con nadie, ahora sal y ábreme.

- Tú no me das órdenes, estúpido - respondí indignado.

- En la cama si y eres muy obediente - dijo mientras sonreía.

- Vete a la mierda - dije molestó.

- No te piques Pablito, ya ábreme - dijo con un puchero.

- Me la pelas Pedrito, no te voy a abrir - dije firmemente.

Lo hizo en la cama ayer.
Cállate joder, nadie se tiene que enterar.

- Si quieres lo vuelvo a repetir.

Me puse rojo al instante, maldito capullo, me cae mal ojalá le caiga un rayo.

- Deja de decir esas cosas, te pueden escuchar - dije sonrojado.

- Pues que te todos se enteren y si quieren detalles pues que pregunten con gusto - dijo con una sonrisa burlona.

- Ya cállate

- Callame

Dios perdona y nosotros también.
Tienes razón.

- Espérame en el auto, me llevaras a McDonald's - dije cerrando la ventana.

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