Aún no podía ver a Pedri, no después de enterarme de aquella noticia, después del concierto Pedri se ha encargado de hacerme sonreír. Como podía decirle aquello, no era valiente.
-Gavi, él merece saber - habla Mateo.
Los había llamado porque había entrado en una pequeña crisis, recibir ese mensaje mato todas mi ilusiones y posibilidades.
-Mateo tiene razón, si no le dices va a hacer peor - las lágrimas volvieron a brotar. Abracé mis rodillas y empecé a llorar.
- No puedo, no soy capaz - dije sollozando - Soy un cobarde, él no merece esto.
- Creo que nadie es capaz de tomar una decisión, yo tampoco soy capaz y Mateo no tiene que dar explicaciones de nada - hablo el pelirrojo.
- ¿Oliver llamo? - pregunte frotándome los ojos.
- No. - respondió el pelinegro.
Lo extrañaba demasiado, extrañaba a mi castaño enojón.
- ¿Le dirás? - volvió a preguntar Rodrigo.
-No puedo - repetí.
- Si puedes, pero no quieres - dijo el pelinegro - Es hora de madurar, si de verdad se quieren, bueno si de verdad te quiere lo va a entender, él era consciente de que solo ibas a estar meses.
- No lo quiero ver, no puedo mirarlo - dije agachando la mirada.
- Pablo, deja de ser un maldito cobarde - grito el pelirrojo.
- ¡No puedo! - grite llorando.
-Lo vas a volver a perder y está vez no será su culpa, piénsalo bien, Mateo y yo nos vamos a alistar las cosas - dijo Rodrigo levantándose - Y trata de comunicarte con Oli.
Asentí mientras me acostaba boca abajo, escuché el sonido de la puerta cerrarse y empecé a llorar más.
¿Cómo le dices al amor de tu vida que te regresas a otro país?
¿Cómo le dices al amor de tu vida que no aceptaron tu solicitud para quedarte en Barcelona?
¿Y si me volvía de dejar?
¿Y si se enamora de alguien más?
El equipo se había ido a Madrid, se supone que hoy volvían, pero si no vuelven sería mejor, así no podía pensar mejor.
Desde que me acosté mi teléfono no ha parado de vibrar, no podía contestar porque mi voz es un asco y no quería que esa persona me escuchara así, quien putas insiste tanto.
Bajo la mirada hacia el montón de notificaciones, tenía mensajes de Aurora y de otros amigos y llamadas perdidas de ¿Pedri?, no puede ser.
No podía volver.
No podía.
Mi teléfono se volvió a encender dejándome ver una nueva llamada del canario, que miserable es mi voz, mi cara y mi suerte. Muerdo mi labio y contesto.
-Hola - digo tratando de sonar normal. Joder.
-Hola, ojitos bonitos - su voz suena tan alegre que me dan ganas de llorar otra vez.
- ¿Pasa algo? - pregunto.
- No, solo quería saber cómo estas, te estuve llamando, pero no contestabas - explico.
No merecía su amor.
-Me quede dormido, ayer me quede editando algunos videos - mentí.
- Suenas raro, ¿estás bien?
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Nuestro Verano
Romance«Bebé los dos sabemos que es verano Y que tal vez Cuando termine agosto no nos volvemos a ver»