CAPÍTULO 9

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MIKE

En Marzo de 2002 fui al campo de instrucción básica del Mando de Formación de Reclutas en los Grandes Lagos. Aquel campamento de los "Grandes Fallos" supuso una decepción brutal, porque apenas te exigía nada. En la Armada corría un dicho: nuestros barcos son de madera, y nuestros hombres, de acero. Pero en aquel campo de instrucción parecía más bien que los modernos barcos de la Armada son de acero, y los marinos de mantequilla. La inmensa mayoría de los marinos que encontré no se preparaban para los cursos de acceso a los SEAL.

En Febrero de 2003, tras haber pasado todos mis cursos, un compañero me recogió en el aeropuerto y tras cruzar el puente de San Diego, me dejó en la isla de Coronado, donde me presenté para el curso de Demolición Submarina Básica/SEAL (el BUD/S). Mientras atravesaba el puente con mi uniforme azul, sentí que por fin había llegado a mi camino predestinado por Dios.

Dos días después, todos nosotros teníamos la cabeza recién rapada y olíamos a tela barata. Cuando apagaron las luces, le dije al tipo que estaba en la litera de debajo de mí:

-Eh, hoy fue mi cumpleaños.

-¿Quieres dejar de joderme?

-No veo por que tanta agresividad.

-No estamos en un centro social.

-Estaba tratando de sacar un poco de conversación. Después de todo... estaremos juntos por bastante tiempo.

-Ben... Benjamín Hirsch.

-Michael Shepherd.

-No soy gay.

-Ni yo.

Ben y yo nos empezamos a reír. No nos importaba nada. A nadie le importaba. Esa charla fue un pequeño escape de la realidad.

La falta de disciplina y de respeto entre los reclutas me asombraba. Muchos se metieron en problemas por olvidar decir, "Sí, señor" o "No, señor". A mí me habían educado para que no olvidara mis modales ni la atención al detalle. Los tipos que hacían tareas extra (flexiones, sentadillas y barra) parecían tarados. Hacer la cama y doblar los calzoncillos no es tan complicado. A mí me habían educado para que hiciera la cama y doblara mis calzoncillos.

El comandante de la compañía y yo desarrollamos un vínculo; él había realizado el mismo trabajo como tripulante de búsqueda y rescate que yo quería llevar a cabo. Me puso a cargo de la mitad del cuartel. Después de terminar casi cuatro semanas de entrenamiento, un cuarto de los reclutas seguían teniendo problemas. No podía entenderlo.

Cualquiera que tuviera un problema serio tenía que ir a entrenamiento intensivo (IT). Le dije al comandante de mi compañía:

-Quiero ir a IT para ponerme en forma para la prueba física de la revisión médica de búsqueda y rescate, señor.

No recuerdo cuáles eran los requisitos para el examen SAR entonces, pero hoy en día los candidatos deben nadar 450 metros en 13 minutos, correr 2,4 km en 12,5 minutos, hacer 35 flexiones en 2 minutos y 50 abdominales en 2 minutos, y subir a pulso agarrado a una barra 2 veces. Si no pasaba, la prueba me quedaría sin el gran motivo por el que me había unido a la Marina, búsqueda y rescate.

El comandante de mi compañía me miró como si tuviera un champiñón creciendo en mi cabeza.

-Shepherd, ¿tú sabes lo que hacen en IT?

-Los tipos que se metieron en problemas me han dicho que hacen un montón de ejercicio.

El comandante solo se echó a reír.

Después de la cena, llegué a IT y averigüé por qué se reía. El IT me rompió el culo. Hacíamos flexiones, sentadillas, instrucción sujetando los rifles por encima de nuestras cabezas, y mucho más. Miraba a izquierda y derecha; los hombres de ambos lados lloraban.

La historia de Sakura y BoatmanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora