CAPÍTULO 36

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Enero de 2012

Paris, Francia

MÁXIMO SECRETO – SÓLO PARA LOS OJOS OFICIALES – PARA SER VISTO ÚNICAMENTE POR EL VICEPRESIDENTE Y EL AGENTE ESPECIAL A CARGO

Mike Shepherd echó una mirada sombría a la carpeta informativa que estaba sobre el escritorio de su habitación de hotel. Desde que la Estación Echo lo mando a trabajar directamente para el vicepresidente Adam Roberts, se le habían otorgado algunos de los niveles más altos de autorización de seguridad. Todo esto había sido cortesía por recomendación del embajador Richard Hellerman después de haber rescatado con éxito a su hija, Linda.

Mike se recostó en la silla del escritorio y cerró los ojos mientras dejaba escapar un profundo suspiro. Tomándose un momento, comenzó a frotar la rigidez de su cuello. Estaba cansado del largo día de sesiones informativas de las que había sido parte. Era una de las muchas molestias de su trabajo que iba de la mano con los beneficios, como disfrutar de los lujosos alojamientos en los que él y el vicepresidente se habían establecido a expensas del contribuyente estadounidense. Hoy sin embargo, había sido algo diferente. El destacamento de protección del vicepresidente había sido puesto en alerta máxima después de que les llegara la noticia de un posible riesgo de asesinato en la vida de Adam Roberts. Abriendo los ojos, volvió a mirar la carpeta sin abrir que yacía sobre el escritorio frente a él.

Pensando en su tiempo como agente de la Estación Echo, reflexionó que Ben Hirsch no había sido el único que lo ayudó durante su misión en Londres. Jin también le había brindado su propia asistencia, asistencia que siempre parecía tener algún tipo de etiqueta de precio oculta. En los meses posteriores a su exitosa misión, había pensado en ella constantemente, incluso después de que ella le pusiera una pistola en la cabeza y le hiciera entregar la muestra del Compuesto X. Inicialmente había estado enojado con ella, pero por alguna razón, su ira siempre daría paso a un anhelo oculto por la belleza asiática. A pesar de que Jin había hecho eso, Jin también lo había ayudado en la pelea contra Rahman. Siempre le había dado la impresión de ser una mujer manipuladora y egoísta en todo lo que hacía, por alguna razón parecía cuidarlo al final.

-¿Por qué? – Mike se sorprendió a sí mismo al hacer la pregunta en voz alta –

Mike frunció los labios, se inclinó hacia adelante y finalmente se obligó a abrir la carpeta. Su rostro fue lo primero que lo saludó. Era una foto de 8x10 de la espía con gafas de sol y una camisa roja con pantalones de cuero negro; un complemento llamativo para la belleza y el estilo de la mujer. ¿Cómo demonios se las arregló el Servicio Secreto para tomarle una foto? Siempre fue tan cuidadosa en todo lo que hacía, sin embargo, algo parecía estar fuera de lugar por la facilidad con la que se había tomado esa foto.

La levantó y miró fijamente, admirando en silencio la belleza de la mujer en la foto. Demorándose en sus curvas por un momento más, dejo la foto y recogió el documento informativo que lo acompañaba.

NOMBRE: Jin Park

Fecha de nacimiento: Desconocida

EDAD: Desconocida

ETNICIDAD: Asiática/Caucásica

NACIONALIDAD: Desconocida

EMPLEADOR: Desconocido

ÚLTIMA VISTA: Aeropuerto Internacional Charles de Gaulle – París, Francia 26/01/2012

NIVEL DE AMENAZA: ROJO

Había una gran descripción de sus antecedentes debajo de los datos básicos. Mucho de eso ya lo sabía, ya que tenía un conocimiento íntimo de la mujer. Los dos habían trabajado juntos en el pasado, un hecho que él había ocultado a sus superiores. Incluso en sus informes sobre el brote de la torre de BGP en Nueva York, así como sobre su tiempo en Londres; Mike había hecho un esfuerzo para omitir su participación en cualquiera de los dos asuntos. Aun así, sabía muy bien quién era ella. Jin Park era una espía, una asesina, hábil en el espionaje... y una mujer que había logrado dejar su huella en él.

La historia de Sakura y BoatmanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora