CAPÍTULO 29

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Julio de 2011

Londres, Inglaterra

20:54 hrs

Con los neumáticos chirriando y el motor rugiendo, un gigantesco Land Rover pasó rugiendo junto a Mike y un hombre salió disparando por la ventana.

Mike se cubrió, metió la pistola en su funda y comenzó a buscar un vehículo para perseguirlo. A unos seis metros de distancia, un Mercedes Benz color plateado emitió un pitido y se abrió.

-Maldición – Mike gimió al no ver las llaves en la guantera –

-¿Buscas algo? – una voz sonó detrás de el seguida de unos tacones apresurados. Jin sonrió mientras colgaba la llave del auto entre sus dedos – ¿Qué tal si te doy un aventón, guapo?

Michael se rió y asintió.

-De acuerdo.

Como si tuviera otra opción...

Mike se sentó en el asiento del pasajero con Jin conduciendo a su lado. El Mercedes cobró vida con un rugido y empezó a dejar atrás al Museo Británico.

El viaje para alcanzar a Rahman iba a tomar un tiempo, por lo que Jin decidió entablar una pequeña charla. Jin quería preguntarle a su apuesto salvador como había sobrevivido a la torre de BGP. Puede que ese no haya sido el tema correcto porque Mike se volteo y apoyó la mejilla en su mano.

-Ya sabes... logre salir a tiempo y unos soldados me encontraron – le explico Mike sin siquiera mirarla –

A pesar de la indiferencia de Mike, a Jin le hubiera gustado escapar junto a él. El haberse separado cuatro años atrás fue tan desafortunado.

También era desafortunado ya que eso significaba que el gobierno de Estados Unidos lo había entrenado para volverse un agente tan letal como ella. En esencia, era un súper soldado de la vida real. Eso podría ser un problema. No uno insuperable, sino uno con el que preferiría no involucrarse en una pelea directa si pudiera evitarlo, ya que había visto el nivel de combate con el Mike se movía.

Después de eso, la mayor parte del viaje transcurrió en silencio. No incómodo pero... de alguna manera, tenso. Michael siguió contemplando los cielos de Inglaterra. Sin embargo, Jin tenía que admitir que era un poco lindo cuando era melancólico.

Aunque en la cabeza de él se movían varias preguntas sobre cómo podría neutralizarla si las cosas se ponían feas. Mike ya había asimilado que Jin solo le ayudaba para poder robarse el arma biológica.

De vez en cuando, parecía que Mike iba a decir algo, pero luego lo pensaba mejor. Para Jin era irritantemente adorable.

Finalmente, su propia curiosidad se apoderó de ella y quiso saber qué estaba pasando en su cabeza. Además, Jin no podía permitirse distracciones a donde iban.

-Parece que tienes algo que decirme – le dijo ella –

-Quisiera hacerlo... pero supongo que no me darás una respuesta directa.

Ella se encogió de hombros sin confirmar ni negar. Probablemente tenía razón, pero Mike no obtendría nada a menos que se lo pidiera a ella. La carretera estaba despejada, así que ella lo miró expectante.

-La torre de BGP. Ya sabes, después del incidente. Todas las cosas se fueron a la mierda y las formas del terrorismo en el mundo también cambiaron...

Ella pensó en ese día. De alguna manera, sí, él tenía razón. Pero de otro modo, Jin sintió que el mundo no había cambiado tanto. Siempre habían existido personas influyentes y poderosas que intentaban tener en sus manos algo nuevo y brillante que les hacía creer que les daría aún más poder e influencia. Especialmente sobre cualquier rival suyo. Esas armas biológicas eran solo lo más nuevo en una larga lista de tales baratijas.

La historia de Sakura y BoatmanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora