CAPITULO 17

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Nueva York

Octubre de 2007

La dirección que le dio el nuevo cliente de Mike estaba ubicada en East Orange, a las afueras de Manhattan en Newark. Modesta, pero aislada. Mike hizo que el taxista lo dejara a una buena caminata de distancia en lugar de en la puerta principal.

Antes de que pudiera entrar, Mike recibió un mensaje en el teléfono de parte del reportero Sam Baxter, donde le indicaba que el guardia Tom Branagh había encontrado a Jerry Lloyd y este había acordado a reunirse con él en la torre de BGP. Había acordado terminar rápido su entrevista e ir al encuentro con Michael.

Mike quiso contestarle, pero opto por guardar el celular e ir directo a la residencia del individuo.

Tomó nota de su entorno mientras caminaba hacia el porche, tomando nota de cualquier lugar donde pudiera esconderse un asesino potencial. Los arbustos y las ramas se balanceaban ligeramente con la brisa del verano, pero no había signos reveladores de enemigos al acecho.

El cielo estaba adquiriendo tonos apagados de azul, rosa y naranja a medida que el sol se hundía tras el horizonte.

Mike llamó con fuerza a la puerta. Esperó. Golpeo de nuevo. Intentó mirar por las ventanas más cercanas. Las persianas estaban cerradas y las persianas corridas.

Rodeó el perímetro de la casa, confirmando que no había forma de mirar a través de ninguna de las otras ventanas, ni tampoco ninguna otra señal de que alguien estaba planeando una emboscada.

Regresó al porche delantero y estaba a punto de tocar de nuevo cuando la puerta se abrió de repente y le apuntaron a la cara con dos cañones de una escopeta.

Mike levantó las manos de inmediato.

-¡Vaya, amigo! Tú me invitaste.

Detrás de la escopeta había un hombre alto, con gafas, de unos cincuenta o sesenta años, con los años grabados en las arrugas de su rostro y un digno color plateado en su cabello.

-¿Eres Jonathan Feldon?

Mike se limitó a asentir.

-¿Cómo sé que realmente eres tú? – preguntó el hombre –

-Mi licencia de detective está en mi bolsillo trasero. Junto con el boleto de avión que compré para ti.

La puntería de la escopeta cambió cuando el hombre la sostuvo en una mano y se estiró para levantar el contenido del bolsillo de Michael con la otra.

Los examinó, todavía sospechoso, pero bajó el arma mientras se guardaba el billete en el bolsillo y le devolvía todo lo demás a Mike.

-¿Puedo entrar ahora?

El hombre gruñó, inspeccionó el patio que tenía delante y luego señaló hacia la puerta con su arma.

En el interior, el hombre apoyó la escopeta contra un sillón y luego se sentó frente a él en lugar de encima. Alguien que quería permanecer debajo de cualquier cosa que pudiera entrar por las ventanas selladas.

Mike permaneció de pie, con las manos en los bolsillos.

-¿Me vas a decir quién eres y de qué se trata todo esto? ¿Cómo me contactaste?

El hombre sacudió su cabeza. Sus ojos ni siquiera se quedaban en Michael, sino que seguían recorriendo la sala de estar.

-Alguien podría estar escuchando – dijo el hombre – Y no quiero tener que contar toda la historia dos veces. Hablaré cuando nos reunamos con este periodista. Solo te diré que fue a través de un compañero, de Jerry Lloyd. Supe que un investigador estaba husmeando con él y decidí contactarte.

La historia de Sakura y BoatmanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora