Misión: GusuLan debe caer [XianWang]

[Capítulo 30]

Wei WuXian inhaló hondo. Sus ojos rojos sangre observando a todos en la habitación, con sus pupilas dilatadas y con una mirada enloquecida.

—¡Apártense! —grita Wen Qing, abriendo los brazos y haciendo retroceder a los enfermeros.

Los ojos desorbitados del alfa buscaron a Wen Qing. Estaba fuera de control. La necesidad de salir y correr en busca de su omega era poderosa, demoledora.

Trató de sentarse, sin embargo, fue detenido por fuertes correas que sujetaban sus manos y su torso a la camilla. Con sus ojos todavía adaptándose a la claridad, parpadeó y observó el estado de su cuerpo. Una enorme gasa cubría parte de su hombro y brazo derecho, tenía una venda cubriendo sus costillas y un cabestrillo que sujetaba su brazo izquierdo.

En la humilde opinión Wei Ying desde donde estaba amarrado se veía como la mierda.

¿Qué carajos?

¿Por qué se magulló tanto? Fue una explosión, no es como si fuera la primera vez que le pasa.

Regresó a ver a su hermana mayor, después de asimilar que estaba amarrado a la camilla.

—Wen Qing—el tono fue amenazante, hasta los betas de la sala sintieron sus rodillas temblar.

—WuXian—contestó la doctora, de forma firme y sin temblar. Ella era alfa y conocía a Wei Ying, sabía que no le haría nada.

—Desátame. Ahora. —Gruñó. No fue una petición, era una orden.

La doctora Wen le dio una mirada a todo su personal para que la dejaran hablar a solas con su hermano. Todos entendieron y se retiraron, algunos con pasos temblorosos.

La sala se quedó en un silencio espeso.

Wei WuXian se hartó. —Habla antes de que decida que he tenido suficiente de esta mierda y destruya estas correas.

Wen Qing suspiró y asintió. —Llevas un mes sedado.

El alfa recibió un balde de agua fría con esa información. ¿Sedado? ¿Qué mierda?

—Wen Qing, ¿por qué carajos me sedaste? —la furia y desconcierto estaban en partes iguales en la voz del alfa.

La doctora suspiró.

—No espero que me entiendas, WuXian, es mi deber mantener vivo y si eso requería que tu cuerpo descansara un tiempo, lo haría, aunque te tuviera que sedar—Wen Qing, verdaderamente, sabía que había hecho mal en inducir a Wei WuXian al descanso sin consultárselo, pero llegó en un estado tan deplorable que no tuvo de otra que obligarlo de alguna manera a guardar reposo.

Un fuerte y profundo gruñido salió del pecho de Wei WuXian, sus ojos, que no habían dejado el tono rojo, parecieron intensificar su color.

Wen Qing se sostuvo fuertemente de los bordes de la camilla, evitando caer al suelo de rodillas.

El olor de Wei WuXian más el gruñido hicieron que su lobo se sintiera intimidado. En la jerarquía todos conocían su lugar, nunca se pondrían a pelear con alguien superior a menos de que fueras un suicida o tuvieras mucha confianza en ti mismo.

—¡Wei Ying! ¡Deja de esparcir tu aroma de esa manera!

—¡¿Y QUÉ QUIERES QUE HAGA?! ¡ME TIENES AMARRADO A UNA PUTA CAMILLA, WEN QING!

—¡Wei WuXian! —la alfa gruñó.

—¡Desátame!

—Estás lastimado todavía, podrías hacerte más daño, solo-

—Wen Qing, por favor... —eso, ya no sonó como una orden. La súplica en su mirada le dijo a Wen Qing que su hermano le estaba rogando. —Por favor, necesito ir por Lan Zhan, él está con esas personas. Necesito sacarlo de ahí, él y mi cachorro podrían estar sufriendo, yo no-no sé si está bien, sus emociones me bloquean por completo, son tan abrumadoras y-