[Capítulo 11]

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—Lan Xichen, esto es ridículo.

—Tío...

—¿Importar pescado desde Japón? Esto nos traerá muchos problemas con la población de pescadores, ¿estás consciente de eso? —Lan QiRen se frotó las sienes, suspirando.

Han pasado dos meses desde que Lan WangJi dejó la casa. Al día siguiente después de su despedida les llegó un mensaje, donde mencionaba que el omega fue de su agrado y que pasaría por alto el chistecito del espía en la fábrica de Yunping. El Lan mayor se quedó muy extrañado por el asunto del espía, no habían acordado enviar ninguno y su sobrino Xichen no se tomó la molestia de explicarle nada.

Lan QiRen se sentía enfermo, su sobrino mayor ocultando sus planes y su sobrino menor en manos de ese alfa desvergonzado, ese maldito alfa que se refiere su sobrino como un producto. Ya no quería pensar en todo lo que le hacen a su pobre WangJi, todo lo que tiene que aguatar o, en el peor de los casos, si sigue con vida.

Un mes y tantos días desde que Jin GuangYao fue declarado omega principal en la casa.

Lan QiRen sabía que las palabras de WangJi antes de irse eran una advertencia sobre un posible desbalance en la casa Lan, al principio no les tomó mucha importancia, si bien el omega que venía del club de Caiyi, y fue elegido por su sobrino mayor para ser el omega Lan, no le caía bien, tampoco tenía nada en su contra.

No hasta ahora.

Los pescadores de Caiyi siempre han hecho tratos con los Lan, ya sea para surtir o para distribuir, un convenio que tienen desde hace años. Si niegan ese trato e importan de Japón se meterán en problemas innecesarios con los pobladores.

Problemas que ahorita no querían.

—Tío, A-Yao y yo estuvimos viendo una alianza con Japón y, si queremos que funcione, lo primero en hacerse es importar sus productos. Piénselo como una nueva red de comercio, hacemos más socios y ganamos territorio en el mercado. Caiyi es pobre en cuanto a variedad, ¿qué beneficio gana con esos pescadores? Necesitamos aliados fuertes. —Lan Xichen explicó, midiendo las reacciones de su tío.

—Xichen eso sería beneficioso y estaría totalmente de acuerdo contigo, solo hay un pequeño problema, que se llama Patriarca de YiLing. —Lan QiRen arrojó los papeles con la propuesta en el escritorio. — La mayor parte de Japón está aliado con YiLingWei y el pedazo que queda no se pondrá en su contra aliándose con nosotros, créeme—el murmuro amargo y sarcástico salió de la boca del beta antes de pensarlo.

Lan Xichen miró a su tío, entrecerrando sus ojos café. Suspiró y sacudió su cabeza, tomando y acomodando los papeles.

—Sus aliados en Japón no pueden ser muy leales, ¿verdad? Simplemente necesitamos sacarlos de la jugada.

Lan QiRen se estremeció.

Lan Xichen nunca fue un jefe que derramara sangre solo porque sí, siempre había tratados y un plan antes de aventarse a los disparos, en los últimos años se fue volviendo tan violento que Lan QiRen no podía reconocer a su sobrino. Quiere creer que estas ideas no vienen de él, sino de alguien más.

Su ingenuo sobrino cayendo en las garras del amor es más difícil de observar de lo que pensó.

Él solo espera que en verdad funcione cualquier negocio que estén pensando. Derramar sangre en diferente territorio es más complicado de lo que suena. El gobierno, la policía, tratados internacionales... es un problema mayor.

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Misión: GusuLan debe caer [XianWang]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora