Misión: GusuLan debe caer [XianWang]

[Capítulo 33]

Hace apenas unas horas Wei WuXian había despertado después de un día estando inconsciente.

Lan WangJi no se alejó de su lado, por más que Wen Ning, Wen Qing, Lan Heng e incluso Chen Hui le dijeron que fuera a su casa a cambiarse y descansar, no era sano para su bebé ni para él someterse al agotamiento emocional al que fue expuesto.

Al primer segundo que Lan WangJi puso un pie en el hospital junto a un desmayado Wei Ying, los hermanos Wen se abalanzaron contra ellos, Wen Qing tomó a Lan WangJi que estaba a punto de desmayarse y Wen Ning guió la camilla donde estaba Wei WuXian directo a urgencias.

Una vez que la alfa Wen lo estabilizó con medicamentos y le confirmó que su cachorro estaba saludable, el omega no tardó en tomar caminó directo a la habitación de Wei Ying. Wen Qing lo jaló y trató de detenerlo, pero su omega y él necesitaban saber que Wei Ying estaba bien y con vida. La horrorosa imagen que tiene de su alfa magullado en su cabeza debe ser borrada cuanto antes.

Al final, Wen Qing se rindió y ordenó que colocaran dos camillas en la misma habitación VIP.

Lan WangJi se sentó al lado de la camilla de su alfa que estaba conectado a diversos tubos y agujas con suero, Wen Ning le trajo de inmediato comida y vitaminas por órdenes de su hermana, WangJi no se había estado alimentando bien en la mansión Lan. El omega comió más de lo que había comido en todo el mes.

Ahí se quedó toda la noche y parte del día.

Wei WuXian despertó muy confundido y bastante adolorido. El dolor pareció hacerse menos cuando observó a su omega comiendo una ensalada en una camilla al lado a la suya, estaba concentrado en los pedacitos de lechuga y nuez que no se dio cuenta de nada a su alrededor.

El alfa sonrió y dejó que su omega terminara de comer para por fin hablarle.

Lan Zhan estaba tan perdido en sus pensamientos que ni siquiera la mirada cargada de cariño y anhelo lograron sacarlo de su trance. Ni los chillidos emocionados de su lobo le avisaron que había una persona que estaba esperando ser notado.

Cuando terminó, dejó su cuenco de ensalada y agarró su celular dispuesto a hacer una llamada con urgencia a Chen Hui, que era el que momentáneamente se encargaba del negocio mientras los dos jefes estuvieran indispuestos. Su mano quedó suspendida en el aire, sus ojos recorrieron la figura de su alfa en la camilla y cayeron en sus ojos grises que lo veían con un infinito amor.

Wei Ying.

Los ojos dorados no tardaron en cristalizarse y soltar lágrimas de alivio. Se levantó y arrastró el soporte del suero hasta quedar al lado de la camilla de su alfa.

Lan WangJi no estaba seguro que hacer a continuación. Sí, quería arrojarse sobre él, abrazarlo y besarlo y asegurarse de que todo esté bien con él, pero tampoco quería lastimar a su alfa de alguna manera.

WuXian vio la duda en los bellos ojos de su amor y con una sonrisa le autorizó que podía arrojarse a él sin miedo.

El omega chilló y se dejó caer contra el cuerpo del alfa, soltando feromonas de sándalo cargadas de alegría. El alfa lo recibió gustoso y envolvió a su omega y cachorro con su aroma. Lan WangJi inhaló tan profundo, quería llenarse de los lotos y montañas, después de un mes en agonía esto era el paraíso.

—Omega. —Gruñó Wei Ying, enterrando su nariz en el pelo de Lan Zhan.

—Alfa. —Lan WangJi restregó su mejilla en el pecho de Wei Ying, asegurándose de marcar con su olor todo el cuerpo contrario.

Dejó diversos besos en todo el rostro del alfa hasta llegar a sus labios, donde se tomó el tiempo de besar a su alfa a profundidad. Lo besó con necesidad, como si fuera su siguiente respiración. Wei Ying correspondió gustoso, colocando una mano en la nuca de su omega y atrayéndolo más a su cuerpo. Pequeños gruñidos y jadeos se escuchaban en la habitación complementados con el chasquido de los besos.