[Capítulo 32]

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Esto no podía estar pasando.

No cuando ya estaba tan cerca de lograrlo.

Lo que su madre y él soñaron estaba tan cerca.

Todo por el estúpido Lan WangJi. Todo es culpa de ese omega. ¿Qué carajos? ¿"Amo Lan"? Tuvo que haber embrujado al Patriarca de alguna forma para que le concediera esos privilegios.

Ese maldito omega. ¿También sabía el truco para engatusar a los alfas? ¿Es por eso que nunca creyó en su actuación?

GuangYao no se explica de qué otra forma Lan WangJi conseguiría escalar hasta la posición en donde los subordinados del Patriarca le llamaran "Amo".

¡Por supuesto! ¡Qué tonto había sido Jin GuangYao! Se dejó cegar por esa cara plana que posee el Lan, esa cara de niño bueno y refinado. ¡Ja!

—Tu comida, omega—un guardia deslizó una bandeja llena de galletas y un vaso de agua.

Pateó la bandeja con su pie y retrocedió. Las galletas salieron volando y el agua fue derramada en el piso.

El guardia chasqueó la lengua. —No es un placer para mi alimentarte, pero es mi deber mantenerte con vida hasta que mis señores me ordenen lo contrario. Sugiero que comas por las buenas, antes de que entre y te meta la puta comida a la fuerza.

Jin GuangYao supo que era alfa cuando esa orden llegó hasta sus huesos. Su omega agachó la cabeza y se hizo bolita, dejando al Jin con una fea sensación de sumisión.

Le dio una mirada ceñuda al alfa y, muy a su pesar y vergüenza, agarró las galletas quebradas del piso y las comió.

Las cadenas que sostenían sus manos en la columna del pequeño cuarto hicieron ruido al ser arrastradas. Sí, bastante irónico, ya que fue él quien le dio la idea a Lan Xichen de esposar a WangJi a su cuarto para evitar más complicaciones.

El karma es una perra, ¿No, Jin GuangYao?

Su estómago se lo agradeció, no había ingerido nada sólido, solo tomaba el agua que le daban y en muy poca cantidad. Llevaba al menos cinco días encerrado en ese pequeño cuarto sin luz y sin acceso a otra cosa que no sea ese sucio retrete que está hasta el fondo. Se estaba volviendo loco.

Estaba sucio, olía feo y seguro su cara estaba embarrada de mugre. ¡Era asqueroso!

No tenía una marca por lo que no sabe si ya mataron a Lan Xichen o sigue con vida en el mismo estado que él. Por una parte, agradeció no tener marca, si ya mataron a ese alfa todavía tiene una oportunidad para vivir. Podía salvarse.

Ese pensamiento lo llenó de optimismo.

Había estado hundiéndose en su propia miseria llena de pensamientos pesimistas, ansiedad y desesperación. Tener un pensamiento positivo era como un soplo de aire fresco.

Recargó su espalda en la pared, encogió sus rodillas en su pecho y hundió su rostro en ellas.

Todo lo que le estaba pasando era una mierda.

Ya no lloraba. Sus lágrimas se le acabaron el primer día. Suplicó piedad entre llantos mientras lo arrastraban a este pequeño cuarto, después de eso siguió llorando y gritando hasta que el cansancio lo venció.

Escuchó unos murmullos en el pasillo, eso hizo que alzara su rostro, observando la puerta con curiosidad.

—... ¿está aquí?

—Por supuesto que sí, ¿creerías que dejaría que se fuera?

—Han dicho que es muy bueno con la lengua.

Misión: GusuLan debe caer [XianWang]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora