Poniendo Al Mafioso De Los Nervios

Capitulo 27

Narra Alejandro:

Después de que Jari dejó la joyería.

-Alejandro cariño por fin te libraste de esa puta gorda que lo único que quería era tu dinero, ahora podemos estar juntos como debió ser desde un principio siempre he sido el amor de tu vida y tu el mío. _Dice Anna.

Una rabia cegadora me recorrió por todo el cuerpo y de un momento a otro tengo el cuello de Anna en mi mano, con un agarre mortal qué le corta la respiración y si llego hacer un poco más de presión va a quedar partido en dos.

-No te confundas perra qué tu y yo no somos ni seremos nada nunca más. Solo te usé para que Jari viera lo que se sentía que te engañen con otra persona, aquí la única puta qué está tras mi dinero eres tu, se te nota a distancias y si llego a descubrir que Jari no me engañó y es un complot de tu parte para que yo la dejará prepárate porque te voy a dar una muerte lenta y dolorosa por todo el dolor que me hiciste qué le diera a ella. Puede que las fotos sean claras y muestren qué ella me esta engañando con otro hombre, pero vuelvo y te digo si me llego a enterar qué tu tienes algo que ver con eso, no va a ver lugar en el que te escondas porqué te encontraré y te haré pagar ¡AHORA LARGATE DE MI VISTA QUE NO TE QUIERO VER!

(...)

Un mes después.

Estoy en el sótano de mi nuevo edificio con unos cuantos de mis hombres que atraparon a otra rata alemana tratando de joderme uno de los envíos de armas.

-Habla rata asquerosa que mi paciencia esta por los suelos y últimamente me está gustando este hobby de torturar a las ratas alemanas qué me quieren joder el negocio.

-Jajajajaja crees que con unas simples amenazas me vas a hacer hablar, ahí rumores que dicen que el supuesto demonio italiano anda manso por una gorda colombiana, me gustaría probar ese culo a ver que es lo que tiene de bueno. _Cuando dije que mi paciencia andaba por los suelos es cierto y este hijo de puta se atreve a mencionar a Jari, no me culpen por lo que haré a continuación.

Camino hacía mis herramientas de turtura qué tengo sobre una mesa y me llama la atención un pequeño alicate.
Cuando me acerco a la rata veo como palidece y se que la sonrisa que tengo en mi cara no es para nada agradable, tomo sus manos y las amarro junto a su silla, luego tomo uno de sus dedos y le arranco una uña desde la raíz, escucho el grito que sale de este puto infeliz y siento una sensación de satisfacción, vuelvo y hago lo mismo con sus otros dedos luego con el mismo alicate le arranco bocados de carnes desde las manos hasta los hombros cuando ya estoy más que satisfecho por sus gritos de agonía hago una pausa.

-¿Te sigue pareciendo qué soy un manso rata infeliz? ¿Quieres que te demuestre un poco más de mi cariño?._Le pregunto con una sonrisa macabra.

- Eres un monstruo, una bestia salvaje... No, un demonio te luce perfectamente ese apodo porque hasta una bestia por muy ruda qué sea tiene sentimientos y límites de su salvajismo, pero tu eres un demonio qué no tiene compasión, tu alma está podrida, se nota lo negro que tienes el corazón.

-¿Hasta ahora te das cuenta de lo podrido qué estoy por dentro? Por algo soy el demonio italiando ¿no crees? No me gané ese título jugando a los mafiosos o haciendo cosas buenas. _Le digo en tono de burla porque el muy perro creía que el caer en mis manos era un juego.

-Ahora me doy cuenta, se nota que eres un ser podrido y sin corazón, todo lo destruyes, eres tóxico, menos mal y esa pobre mujer se fue de tu lado porque también la destruirías con tus bruscas manos, no eres capas de mantener algo sin dañarlo. _Me dice y eso hace que se me vaya cualquier burla de mi sistema, sé que estoy podrido, con Jari llegue a sentirme por primera vez en años vivo y sin rastros de la brutalidad qué hay en mi ser, pero claro un demonio siempre será un demonio sin importar lo mucho que intenten suprimirlo.

-Me importa una mierda lo que creas que soy, me vas a decir de una puta ves quienes son los hermanos weber, para los que trabajas. _le digo ya al borde de la ira, este imbesil me tiene aburrido con su habladera de mi.

-No voy a decir nada porque ni siquiera sabía para quien trabajaba me contrato un tal Black, así se hace llamar me dijo que robara el cargamento de armas de Alejandro Rossi y que me daría un millon de dólares por el trabajo, como ves no logré la misión y voy acabar muerto.

Le disparo al maldito parlanchin ese, ya no me es útil y si qué me tenía irritado.
Le digo a maikol qué se encague del cuerpo y que no me molesten para más nada el resto del día.
Me largo a mi casa, a embriagarme hasta el desmayo y poder olvidar por un momento a Jari, por mucho que quiera odiarla y olvidarla, el recuero de cuando le dije esas absurdas palabras de que no tenía gracia, qué era muy simple y la maldita palabra que tanto odio y repudio "gorda" la usé para herirla pero cuando recuerdo la cara de dolor y derrota con la que me miró cuando le dije todo eso, hace qué sienta un profundo dolor por todo el pecho, al parecer no tengo del todo el corazón negro y podrido ya qué siento dolor y agonía por otra persona, no cualquier persona, Jari, la mujer que hizo que mi corazón vuelva a latir y me mostró lo que es sentirse verdaderamente vivo, pero así mismo como lo hizo también lo apagó y me mató por dentro.

Buenasssss. Aquí les dejo el capitulo de hoy espero y lo disfruten.