Capitulo 20

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Narra Alejandro:

Alcanzamos a conducir un poco más haciendo tiempo a que llegue maikol con los demás hombres, cuando los veo les hago seña a uno de los carros para que se lleven a Jari a mi casa, no puedo dejar que se vaya a la de ella, porque descubrieron qué tengo un punto débil suelto el cual pueden llegar en cualquier momento y me moriría si llegase a ocurrirle algo, siento que sin ella no puedo vivir es como el aire que respiro.

-Amore mio necesito que te vayas con Mario y los muchachos a mi casa, son mis hombres de mayor confianza y con ellos estas a salvo nada te pasará. _ella me mira todavía temblando por los acontecimientos vividos pero reacia a bajarse.

-No, como crees que te voy a dejar aquí en esta lluvia de balas no puedo irme sin ti me aterra qué te pase algo. _ me dice aferrándose al cinturón de seguridad y con una mirada dura, como amo a esta mujer incluso en este momento que se está muriendo del miedo y le estoy diciendo que se vaya a un lugar seguro, no deja de pensar en mi seguridad.

-Cariño no es primera ves que vivo algo como esto y los superamos en números, pero no me puedo concentrar sabiendo que tu estas aquí corriendo peligro y necesito pensar con cabeza fría para poder atacar y que todo salga bien, vete con los muchachos, te prometo que apenas salga de aquí te llamo y en unas horas estoy contigo. _veo que se están acercando más a nosotros, no espero que me responda sino que la saco rápido y Sergio otro de mis hombres la agarra y arrancan de una el carro.

Al no ver el carro en mi campo de visión, alzó las sillas de mi asiento trasero y saco una bolsa de lucha donde guardo mis armas cargadas y las llevo a todos lados conmigo, saco el chaleco antibalas y me lo coloco, una ametralladora, un par de granadas y mi sig sauer favorita me la meto en la parte trasera de mis pantalones y la tapó con mi chaqueta de vestir. Ahora si que comience la puta fiesta, veo que están como a 20 metros de nosotros y les lanzó una de las granadas, cae por la ventanilla del techo y rápido se oye la explosión, el auto arde en llamas y yo solamente puedo disfrutar del rugir de las llamas y saber que esos hijos de puta se explotaron junto con el carro solo me llena de satisfacción. Eran cinco autos los que nos seguian, escucho otra explosión y veo a diez metros de mi en donde esta maikol con una bazuca qué acaba de disparar y volar otro de los autos, ahora son tres, como ya están muy cerca de nosotros no podemos hacer más explosiones porque podrían llegarnos a nosotros también, nos ponemos tras de los autos y tomamos posición de atacar, yo agarro la metralleta y comienzo a bombardearlos, les disparo a las luces delanteras y eso hace que el carro se explote, me lanzó hacia atrás para que no me llegue algún vidrio de mi auto ya qué el retumbar de la explosión hace qué vuelen los vridos de mi camioneta. Ahora quedan dos, les hago seña para que dejen que se bajen y así poder matarlos uno por uno y agarrar por lo menos dos por si alguno se niega a hablar, al estar a una milla de cinco metros de nosotros, se bajan y empiezan a disparar como locos, grave error solo son unas ratas asustadas qué se sienten acorraladas y empiezan a disparar como sea sin ver a donde van las balas con tal de que con suerte le atinen a uno de nosotros, eso solo puede hacer que con más razón los acabemos rápido ya qué uno siempre debe tener los ojos fijos en el objetivo y luego disparar.
Uno a uno los vamos acabando y al ver que solo quedan dos le hago señas a maikol para que los agarren.

-¿donde los llevamos jefe?. _ me dice maikol, normalmente los llevaríamos al sotano de la casa pero allá esta Jari y no me voy a arriesgar a que me vea torturar, eso podría alejarla de mi y es algo que no puedo permitir.

-A la bodega donde guardamos las mercancías, consígueme mis herramientas de torturas. _demando.

Cuando vamos en el auto llamo a Jari y la tranquilizó con una video llamada para que vea que estoy intacto y le digo que se tome unas gotita de su calmante para que relaje los nervios y se pueda dormir mientras llego.
Llegamos a las bodegas, los atan a unas sillas y maikol me trae todo tipo de cuchillos, alicates y un taladro inalambrico, qué espero no me hagan usarlo, soy un puto sádico con las torturas pero el taladro solo me gusta usarlo cuando tengo mucha ira o hicieron algo por lo cual no merezcan una muerte sin experimentar antes cualquier tipo de dolor.

- Hablen rápido para que puedan tener una muerte rapida o espero que tengan buena resistencia al dolor, porque una ves que me meto en mi papel de torturador me cuesta mucho salir de él.

Les digo con una voz fría y lenta, la cual solo sale cuando dejó despertar mis demonios y una ves que están despiertos no hay quien los detenga hasta que se sacien del todo del sufrimiento qué proporcionan.
Veo que uno tiene ganas de soltar la lengua pero el otro le da una mirada mordaz, mmm con que tenemos a un machito.
Agarro una cinta y se la coloco en la boca al qué se las tira de macho alfa y agarro un cuchillo pequeño pero que es el que mas filo tiene, empiezo a pasarlo lentamente desde su mano hasta su brazo, veo como sus ojos se inyectan de sangre y como su boca hace el impulso de gritar lo cual no puede por la cinta, hago el mismo procedimiento con su otro brazo y un par de cortes más en otras partes del cuerpo, cuando ya me divierto de cortarlo por todos lados le pregunto a su compañero que si va hablar y al ver que asiente y dice qué si, termino con el otro con un disparo en el centro de su frente.

-Viste lo que le hice a tu compañero, responde a todo lo que quiero saber y te doy una muerte rápida y sin dolor. _le digo.

-¿Quien es tu jefe y porque me ataca?. _le pregunto.

- Geronimo weber, solo se que es una venganza contra usted, no se que tipo de venganza es, ni el lugar donde se encuentra ubicado. _al ver sinceridad en sus ojos y que conozco el apellido alemán, le disparo y le digo a mis hombres que se deshagan de los cuerpos.

-Maikol necesito que averigües quien es, que quiere de mi y en donde se encuentra el hijo de perra ese. Quiero la información cuanto antes pídele ayuda a David el sabrá que hacer.

-Capito capo.

Me monto en el auto y le digo a uno de los muchachos que me lleve a mi casa, necesito una dosis de Jari y su amor para poder calmar del todo mis demonios, todavía me siento alterado y no me gusta esta sensación de ira que me hace querer destruir todo a mi alrededor.

Hasta aquí el capitulo de hoy.
Al parecer Alejandro no solo es ternura y amor, hoy nos mostró su lado sádico.

Poniendo Al Mafioso De Los Nervios Donde viven las historias. Descúbrelo ahora