Capitulo 41

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Hola mis amores. Perdonen la tardanza y mi falta de actualización.

Narra Alejandro:

- ¿Que te parece si lo hacemos un poco mas emocionante y no te mato con un tiro entre las cejas de un solo?
Me gustaría que sufrieras un poco para desahogarme por todo lo que haz jodido, antes de que mueras. _le digo y miro como su cara se contorsiona de la furia.

- Estas tan confiado de que vas a matarme, pedazo de mierda, como si fuera a dejar que acabes conmigo así como lo hizo tu padre con él mio.
Primero voy acabarte y luego iré por toda tu familia, tu mujer, tus hijos, tu padre, tu madre y tu hermana, aunque esa última me gustaría tirarmela un poco antes de acabar con ella, esta buenota no como la vaca esa que tienes por mujer y que en cualquier momento pareciera que va a estallar.

Me dice el maldito ese y no me contengo más. Le lanzó el cuchillo con que el que apuñalé a su hombre unos minutos atrás y le llega justo en el pecho derecho, el maldito suelta un grito que parece mas un rugido y con cara de furia se abalanza sobre mi, pero no dejo que su puño me llegue, con un puñetazo lo lanzó al suelo y le colocó una rodilla en su espalda para mantenerlo donde esta, siento como el cuchillo se incrusta más en su pecho y esta ves el grito que suelta no es tan varonil, pero en este momento no me importa nada, solo quiero que sienta la desesperación y todo tipo de dolor, por lo tanto lo tomo del cabello y lo estrelló contra el suelo continuamente hasta que veo que se le han salido un par de dientes.  De repente se da la vuelta y me propina una patada qué me hace caer al suelo y justo en donde caigo hay una pistola a mi lado, no dudo en tomara y por el rabillo del ojo veo que también tiene una en su mano y esta apunto de dispararme pero soy mucho más rápido y afortunadamente no tenía seguro esta arma y le propino dos disparos en el pecho y para estar seguro uno en todo el centro de la frente.

Al ver como cae contra el suelo, suelto un suspiro de alivio porque ya quité esta amenaza del camino de mi familia y aunque siempre he tenido enemigos, ninguno tan audaz como este de querer atentar contra mi familia, aunque puede que si los hubiera pero mi padre sabe como cuidar de él y de mi madre, mi hermana también está bien custodiada y como antes no tenía nadie que me preocupara no me importaba mucho quien estuviera tras de mi, pero ahora tengo que mirar dos veces a los lados antes de cruzar una calle, ya que mi familia depende totalmente de mi para protegerlos y primero me meto un tiro antes de dejar que los dañen de alguna manera.

No me quedo mucho tiempo aquí ya que este edificio está apunto de derribarse y al salir veo como el imbécil de Santino suelta uns bomba tras de mi que si estuviera unos pasos por detrás me hubiera alcanzado.

- ¡QUE TE PASA MALDITO LOCO HIJO DE PUTA, POR POCO Y ME VUELAS EN PEDAZOS!._ Grito y el muy perro me mira con cara de pesar.

- Lastima esa era la idea, todavía te guardo algo de rencor por lo que le hiciste a la dulce Jari._Me dice y no se si meterle una bala a la cabeza por dirigirse así a mi ángel o agradecerle por salvar a mi hijo.

-No vuelvas a llamar así a mi mujer, consíguete una para que puedas colocarle cuanto apodos quieras y no a mi angelo, te agradezco mucho tu ayuda por sacar a mi hijo. ¿Donde lo tienes?._ Le pregunto porque no lo veo por ningún lado.

- Cuando llegue a la habitación en la que lo tenía, solo había un guardia, me lo bajé sin hacer ruido y al entrar le comenté que venía de parte tuya y tal parece que él niño tiene conocimiento de ti, porque vino sin oponerse. Antes de salir de la habitación le coloqué unos audífonos con música infantil y un antifaz para que no vea nada a su alrededor, solo me tocó enfrentarme a dos guardias más y como puedes ver salimos intactos.

-Hasta que no vea a mi hijo no puedo decir si salió intacto, estando a tu cuidado. _Le digo solo para cabrerlo, pero se que Santino puede mantener a una persona sana y salva hasta en medio de un tiroteo por eso sé que mi hijo estaba siendo rescatado por buenas manos, aunque sea un maldito payaso que me saca de quicio con sus burradas.

-Serás hijo de perra, te cubro las espaldas rescatando a tu hijo y asi es como me pagas, maldito._Me dice y por fin le veo seriedad en la cara y no con la burla con la que cargaba, hasta en momentos de aprietos.

-Lo siento pero ya me estabas sacando de quicio con tus pendejadas, y ya larguemonos de aquí que me muero por conocer a mi hijo y volver con mi preciosa mujer.

- Si, salgamos de aquí antes de que llegue la policía.

Dice y no se diga más, nos largamos de aquí. Ya quiero estar en casa para disfrutar de mi dulce mujer y aprovechar de las hormonas que la colocan tan caliente que en cuestión de segundos me esta rogando por que la tome y no saber si quiere mi boca o mi polla, me encanta cuando se coloca así porque pasamos toda la noche cogiendo como conejos.

Hasta aquí este capitulo, espero y les guste.
Nos estamos acercando al final.

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