Fear to love [+18]

Capitulo 30

Alexander

Alrededor de las siete de la mañana siguiente, nos reunimos en el despacho de Alessandro. Andrey, Maxim y Anthony estaban apoyados en el escritorio. Alessandro ocupaba su silla detrás del escritorio, mientras que Luca y yo nos sentábamos en los sillones uno frente al otro.

—Debo admitir que fue un buen cumpleaños —comentó Alessandro.

—Habría sido aún mejor si me hubieras permitido unirme a la diversión —replicó Maxim.

En ese momento, Moretti entró en el despacho.

—¿De qué querías hablar? —le pregunté a Moretti, inclinándome hacia atrás en el sillón.

Moretti intercambió una mirada significativa con Maxim antes de responder.

—Es sobre el ataque de ayer.

La mención del ataque envió un escalofrío por mi espalda. Aunque esperaba que ese fuera el tema de la conversación, no lo hacía menos desagradable.

—¿Qué sabemos hasta ahora? —pregunté, manteniendo mi voz firme a pesar de la tensión que sentía.

Moretti se aclaró la garganta antes de responder.

—No mucho, desafortunadamente. Sabemos con certeza que fue la Yakuza. Pero en cuanto a por qué atacaron en ese momento, o cuáles son sus próximos movimientos... eso aún está por determinarse.

Esa revelación no era sorprendente, pero tampoco era reconfortante. La Yakuza siempre había sido experta en mantener sus planes en secreto.

—Sabemos que debemos estar preparados para lo que venga —añadió Maxim, con su voz grave—. Y eso es precisamente lo que haremos.

Asentí, reconociendo la verdad en sus palabras. No podíamos permitirnos ser tomados desprevenidos nuevamente. Necesitábamos estar alerta y listos para enfrentar cualquier eventualidad que la Yakuza pudiera lanzarnos.

—¿Qué es lo que realmente buscas, Moretti? —le interpelé, consciente de que él no se presentaría sin esperar algo a cambio.

—No estoy aquí por un favor, Alexander —respondió Moretti con firmeza—. Estoy aquí porque necesitamos unir fuerzas si queremos tener alguna oportunidad contra la Yakuza.

Lo observé con escepticismo. Moretti no era conocido por su altruismo ni por su espíritu colaborativo, entonces ¿por qué de repente se presentaba para proponer trabajar juntos contra la Yakuza?

—Hace una semana solicitamos una reunión contigo y la rechazaste —le recordó Maxim—. ¿Por qué ahora estás dispuesto a dialogar?

Maxim tenía razón. Habíamos intentado reunirnos con él hace una semana y nos había dado la espalda. ¿Qué había cambiado desde entonces?

Francesco Moretti se aclaró la garganta y dirigió una mirada seria a Maxim.

—He reconsiderado mi postura. Me he dado cuenta de que la amenaza de la Yakuza nos afecta a todos, y solo trabajando juntos podremos vencerla.

Reflexioné sobre sus palabras, tratando de discernir si eran genuinas o no. A pesar de todo lo sucedido, no podía evitar sentir cierta desconfianza.

—¿Por qué deberíamos confiar en ti? —inquirí, frunciendo el ceño.

Moretti me sostuvo la mirada directamente, su expresión seria y decidida.

—Porque si no nos unimos, la Yakuza nos destruirá a todos. Y yo no quiero que eso suceda.

Sus palabras resonaron en mi mente mientras intentaba evaluar si podía confiar en él. Antes de que pudiera formular una respuesta, Russo intervino.

—Deja de rodeos y dime qué es lo que realmente buscas, Francesco.