CAPÍTULO 4

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ROXANNE

Estar con Harper es algo maravilloso, luego de nuestro beso decidimos descansar, tampoco quería incomodarla si continuábamos. Por la mañana Harper me despertó con el desayuno en la cama y una rebanada de pastel que ella terminó comiendo.

Pasamos todo el día en el apartamento, pedimos algo para almorzar y vimos una película abrazadas, siempre hemos hecho esto, pero ahora se siente diferente, porque ya no es solo mi mejor amiga, es con quien siempre quise compartir momentos bonitos.

—¿Porque me miras así? —le pregunto viendo por el rabillo.

—Quiero besarte —dice y volteo para verla.

—¿Y porque no solo lo haces? —le pregunto sonriendo.

Sus mejillas se tiñen de rojo y se acerca lento para besarme, seguro aún es raro para ella, nunca a tenido pareja, ella siempre los rechazaba y hasta ahora se porqué.

Nuestros labios se mueven con soltura, ella sujeta mi rostro entre sus manos, yo coloca las mías en su cintura y la aprieto levemente sacándole un gemido que me hace sonreír a mitad del beso y ella me suelta.

—Deja de reír —dice ella también sonriendo.

—Es la primera vez que escucho tus gemidos —la molesto y ella cubre su rostro.

—No lo digas que es más vergonzoso —dice dándose la vuelta.

—No puedes ocultar tu deseo Harper —le digo colocando mi barbilla en su hombro.

—No puedo hacerlo aún.

—No digo que lo vamos a hacer, pero es normal que se te escape un gemido, suena muy lindo.

—¿No lo puedes olvidar?

—Nunca.

Ella es la única mujer capaz de llevarse mi lado tierno, aunque realmente no sé si me aceptaría si supiera como soy realmente, hay cosas que nunca le he dicho, que haya aceptado que mi familia es parte de una mafia es diferente a que se entere de lo que hago dentro de ella.

Harper me ha visto pelear o golpear a alguien cuando se roban mi paciencia, pero ella no sabe que tengo mis manos manchadas de sangre, ella no sabe del lío que se forma en mi cabeza y que a veces no puedo controlarlo.

Quiero que Harper tenga lo bueno, no quiero mostrarle ese lado oscuro, eso no va con ella, un ser tan lindo como ella realmente no debería estar con alguien como yo, pero soy egoísta y la quiero para mi.

Mis días con Harper pasan entre citas, besos, viajes de fin de semana cuando no tengo nada que hacer con mi abuelo o con Alexei, él dice que ya lo he superado y que nadie podría contra mi, pero creo que puedo mejorar, aún hay cosas que quiero hacer.

Desde que comencé como hacker, he hecho muchos trabajos para la mafia, él abuelo me pidió que no revelara mi identidad a nadie, solo él, mi tía y Alexei saben que soy yo quien hace los trabajos más difíciles.

Habían pasado tres meses en los que "intentar" algo con Harper se había convertido en algo más real, no había tenido ninguno de esos episodios extraños desde hace dos meses, mi mente se ha sentido vacía, como si ella hubiera hecho que todo eso desaparezca, aunque en el fondo sé que no es así, todo eso está ahí latente, esperando el momento para volver a salir a la luz, es parte de lo que soy.

—¿Mi madre te habló? —me pregunta Harper terminando su cena.

—Lo hizo, solo quería asegurarse de que estábamos bien —le digo tomando de mi copa.

—Ella sabe de lo nuestro —me suelta de repente y me ahogo con el vino.

—¿Cómo? —pregunto limpiándome con una servilleta.

HémeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora